Hablan de Dylcia Pagán

Foto Alina Luciano

 

 

 

La partida de la patriota Dylcia Noemí Pagán nos deja un legado de lección de una mujer luchadora, en todo el sentido de la palabra. Los testimonios sobre su persona de aquellos que la conocieron, que compartieron con ella sus afanes, tanto en la lucha por la liberación de la patria, como personalmente nos dan prueba de su grandeza.

 

Dylcia cumplió con nuestra patria
Edwin Cortés/ ex prisionero político

 Conocí a Dylcia en el centro correccional de Chicago durante uno de sus tantos traslados de prisión a prisión. Nuestra abogada Jan logró reunirnos en un visita legal junto a Alberto Rodríguez y Alejandrina Torres. Fue un visita muy emotiva e inspiradora para nosotros porque estuvimos esperando juicio en ese entonces y pudimos tener un diálogo necesario e importante.

Volvimos a encontrarnos en nuestra patria amada después de nuestra excarcelación el 10 de septiembre de 1999. Siempre con chistes y regaños hacía sentir su presencia.

Dylcia cumplió con nuestra patria y el pensamiento Corretjeriano que los boricuas – no importa donde nazcan seguirán siendo puertorriqueños. Dylcia fue parte de la tercera generación de boricuas acusados de conspiración sediciosa. ¡Patriota, mujer ejemplar, ejemplo a emular! Te extrañaremos. Sé que Elizam te recibió con los brazos abiertos. Descansa en poder. Seguirás marchando a nuestro lado.

Dylcia trasciende la historia como combatiente revolucionaria
Rita Zengotita/Comité Pro Derechos Humanos de Puerto Rico

Decía don Pedro Albizu Campos, el Maestro, que allí donde reposa el mayor número de muertos ilustres radica la más vigorosa dignidad nacional. Dylcia trasciende la historia como una combatiente revolucionaria, que aceptó el legado que nos dejaran nuestras heroínas nacionalistas para darle continuidad a una lucha inconclusa pero irreversible, la de la independencia patria y de justicia social. Aportación de valor incalculable.

Hija de migrantes puertorriqueños obtuvo una exquisita preparación académica. Fue exitosa en su carrera profesional habiéndose destacado por sus significativas aportaciones al mundo de las comunicaciones y las artes. Aún siendo así, optó por poner su inteligencia al servicio de la lucha de liberación patria y se entregó sin reservas a las filas de las Fuerzas de Liberación Nacional (FALN) organismo independentista clandestino, de lucha armada. Fue amenazada de si encontraban a su hijo, casi bebé, lo reventarían contra el piso, lo que la obligó tener que lidiar con la drástica y dolorosa decisión de aceptar que este fuera sacado fuera de EU; que siempre había sido el entorno de lucha de ésta y así proteger su vida. Poco más de una década, vivió bajo el temor y la incertidumbre de lo que le pudiera pasar; sin contacto alguno físico -visual. Pasaron más de diez años para que se diera el momento para tan ansiado encuentro. A pesar del dolor de madre, de las diferentes formas de tortura a la que fue sometida, incluyendo la larga sentencia a cumplir en prisión, Dylcia no claudicó. Nunca cedió un ápice y trascendió dejando el mayor ejemplo de valor, perseverancia y dignidad patriótica. Como mujer puertorriqueña y compañera de ideales y luchas de Dylcia, digo que trascenderá nuestra historia dejando una huella indeleble de entrega y sacrificio, los cuales vivió con alegría contagiosa y a su manera.

Como dice mi compañero José M. Martí Nieves (Cheo) en verso: La Muerte perseguidora// que aún no logra darme alcance// me golpea tantas veces// cuantas mata a un ser querido

Gracias por todo lo que has dado a la patria
Carlos Alberto Torres/ ex prisionero político

Siempre me encontraba a Dylcia en las ferias artesanales donde yo montaba mi cerámica. Era cuando yo aprovechaba dejar la mesa e irme a caminar con ella. Conversábamos de lo nuevo o recordábamos lo ya pasado. Podia ser una conversación seria, o nos perdíamos entre los chistes y descargas políticas. Todo dicho en son de humor y picarda. Quiero recordar siempre su humor y su forma cariñosa de ser. Pues, es imposible olvidarnos de su arte, su conciencia política y enorme sacrificio. Hoy, Dylcia está unida en espíritu a esos otros seres queridos que ya se han ido. Descansa en paz compañera, gracias por todo lo que has dado a la patria.

 Su militancia la definió su amor inquebrantable por nuestra patria.
Lucy Rodriguez/ ex prisionera política

La lucha de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional me dio la oportunidad de vivir experiencias transformativas al lado de Dylcia. Su militancia la definió su amor inquebrantable por nuestra patria.

Fue evidente su capacidad de ganarse el cariño de muchas personas no sólo puertorriqueñas, sino de muchas culturas diferentes. Dylcia vivió libremente dentro de los principios claros de lo que es la libertad.

Eres parte integral de nuestra familia revolucionaria
Alicia Rodríguez/ ex prisionera política

Querida Dylcia, tu fuerza, compromiso y devoción a la lucha por la independencia de nuestra nación Puerto Rico perdurarán para siempre. Eres parte integral de nuestra familia revolucionaria. Te extrañaremos. Que descanses en paz.

— Con un hombro menos —
Oscar López y Clarisa López Rivera
Y esa noche la luna sonreía
con su sonrisa amplia y vacía
y las lágrimas se secaron en los más tristes ojos.
Así, que cuando yo muera
la vida seguirá su tremenda algarabía
de coquíes, de niños llenos de alegría
que es la vida misma.
Donde me entierren, los coquíes
cantarán contentos sobre mi tumba…
– Consuelo Lee Tapia de Corretjer-
Compañeros y Compañeras anoche me enteré de la partida física de una de mis camaradas de lucha, la compañera Dylcia Pagán. Inmediatamente recordé el poema de Doña Consuelo del cual citó unas estrofas para acompañar este breve mensaje lleno de amor y energías positivas para el Truki, su amado hijo (Ernesto) y sus amadas nietas. Dylcia fue y será una de las mujeres imprescindibles que dedicó su vida a la lucha de la independencia y soberanía de Puerto Rico.
Gracias compañera, VENCEREMOS!
En Resistencia y Lucha,

 

¡Qué mucho echaré de menos a esa fuerza de la naturaleza que fue Dylcia!
Jan Susler
Abogada de Dylcia

Una pequeña muestra de ese compromiso se desprende de sus acciones en la lectura de sentencia, cuando le dio la espalda al juez para dirigirse a las personas que acudieron para apoyarla, y luego se dirigió al juez para decirle:

“Usted intenta asustarnos con una sentencia de 80 años.  Pues sepa que eso no nos asusta, no nos asusta porque los que estamos dispuestos a tomar las armas por una causa no tenemos por qué temer, porque sabemos el objetivo y sabemos que la causa es justa y acertada.  Senténcieme a los 80 años, que los serviré con honor y dignidad, porque es un honor poder servir con dignidad a la causa en la cual tan firmemente creemos”.

Mientras el juez hablaba sobre su sentencia, ella cantaba en español.  El juez le dijo: “Debo decir en su defensa que creo que William Morales es tan responsable por sus acciones [las de Dylcia] como el que más,” a lo que ella respondió, “Ay, por favor.  Usted trata de decir que yo no tengo opiniones propias. Escuche bien, por favor, no siga poniendo en evidencia toda la ignorancia que ha demostrado hasta ahora.” El juez la condenó a 55 años de prisión, añadido a los ocho años que ya cumplía en prisiones de Illinois.

Tanto en las prisiones estatales como en las federales, Dylcia luchó por mejorar las condiciones carcelarias de sus hermanas prisioneras y la de los niños que las visitaban, hizo todas las gestiones posibles para reconectarse con su querido hijo Ernesto, desarrolló sus destrezas como artesana, y se convirtió en mentora política de los y las jóvenes puertorriqueños/as que la visitaban… todo ello mientras seguía vistiendo a la moda y poniéndose su “lipstick” rojo furioso.

Luego de su excarcelación, adquirió su casa en Loíza, la cual convirtió casi en un museo, rodeada de arte y artesanía puertorriqueña, algunas piezas hechas por ella misma.  En cada una de sus causas, fuese su participación en las campañas por la excarcelación de sus compañeros aún en prisión, su labor como documentalista, o su participación en organizaciones políticas, continuó siendo una fuerza de la naturaleza, llena de energía, pasión y entrega, a veces temeraria y hasta chabacana, siempre fiel a su profundo compromiso con la libertad de Puerto Rico, y siempre vestida a la moda y con su característico “lipstick”.

¡Qué mucho echaré de menos a esa fuerza de la naturaleza que fue Dylcia! No puedo evitar pensar que ahora Elizam y ella están bailando juntos, celebrando su encuentro, y sonriéndonos desde allá arriba.

 

 

 

 

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