Idalia Pérez Garay: “Hay que ser cómplices de la esperanza”

 

La primerísima actriz conversó con En Rojo de su trayectoria como dramaturga, productora y actriz

En Rojo

En todas partes del mundo el teatro es sinónimo de muchas ideas. De los escenarios, los personajes, los vestuarios y hasta del telón que devela y oculta a los actores. Pero en Puerto Rico, el teatro también es sinónimo de Idalia Pérez Garay, a quien se le dedica el 54to Festival del Teatro Internacional. En entrevista con En Rojo, la productora galardonada compartió sus impresiones del premio y otros asuntos pertinentes a su trayectoria.

“Me siento muy honrada, sobre todo agradecida del comité del Instituto de Cultura Puertorriqueña que me escogió y a todos los estudiantes que han pasado por mi vida. Gracias también a todas mis amistades, a todos los miembros del Teatro del Sesenta y, por supuesto, a mi familia”, agradeció Pérez Garay

Este reconocimiento, además de honrar a la veterana actriz por sus seis décadas en el teatro, le ha permitido reflexionar sobre su carrera y “reconciliarse” los años. Tranquila, contenta y con un leve tono jocoso, Pérez Garay abraza “lo bueno y lo malo” que su trayectoria le ha regalado con el tiempo. Para la productora, la Universidad de Puerto Rico (UPR) ha sido un puntal de esas experiencias.

“Creo que la Universidad de Puerto Rico y su Departamento de Drama han sido el centro de mi vida. En ese departamento me formé conjuntamente con toda una generación. El Departamento de Drama del recinto de Río Piedras fungía como la escuela nacional de teatro, de donde coexistían estos dioses y diosas del teatro. Myrna Casas, Rafael Cruces Meri, Victoria Espinosa. Ellos nos enseñaron el amor al teatro, a respetarlo como un gran arte, una gran profesión”, relató Pérez Garay, quien ha interpretado múltiples roles en obras como Quíntuples, La verdadera historia de Pedro Navaja y Antígona.

El último profesor de esa lista, cuenta la dramaturga, fue el fundador del Teatro del Sesenta, Dean Zayas. Bajo su tutela, un nuevo grupo de jóvenes se integró al teatro nacional. Personas como Sharon Riley, Belén Ríos, Flora Pérez Garay, Fernando Aguilú y Raulito Carbonell figuraron como “la nueva cepa” del grupo, que duró hasta el 2015. Durante la época “convulsa” de sus inicios, esta compañía sirvió como espacio de expresión artística y de crítica social.

“La compañía duró hasta el 2015. Está inactiva en estos momentos, y nos hemos propuesto terminar una docuserie llamada La verdadera historia del Teatro del Sesenta, donde recogemos sesenta años de labor teatral en Puerto Rico, visto a través del prisma del grupo”, recordó Pérez Garay. El proyecto presentó sus primeras dos partes, divididas por décadas, en La Campechada 2024.

El propósito del documental, según Pérez Garay, es compartir esos sesenta años de “gran teatro” en Puerto Rico con las generaciones actuales y futuras. A juicio de la actriz, la juventud debe conocer aquellos tiempos en que todo el mundo enfrentó unos cambios que, en muchos casos, fueron liderados por la juventud de entonces. Con énfasis en la desigualdad económica, la equidad social, el ambientalismo y la independencia del país, la productora de El hijo de Celina diferenció ese tiempo del que se vive ahora.

“La mentalidad está dispersa. La tecnología ha venido a cambiar el modo de ver el mundo, y sabemos cómo las estructuras de poder han ido atacando la educación, la cultura, el arte, los beneficios sociales, la justicia laboral. Todo eso había logrado algo en un momento dado, y ahora se está desmoronando de nuevo”, criticó la experta en teatro y dramaturgia.

Por eso, no hay espacio en que Idalia Pérez Garay no repita que la UPR, como baluarte de la transformación nacional, sufre de recortes y precariedades por las determinaciones de la Junta de Control Fiscal (JCF). No obstante, la guionista hizo la salvedad de que los jóvenes de esta generación, al igual que los de la década de 1960, sienten un deber con luchar por las condiciones que merecen.

“Hay una generación nueva que está consciente de que tiene que usar el teatro y las artes como medio de concienciación social, como medio de educación política, hasta de educación espiritual. Hay una nueva gama de jóvenes que tienen una raíz con los sesenta”, opinó Pérez Garay.

Esa raíz se refleja en la lucha por el ambiente, los derechos sociales y especialmente en la defensa de la cultura y el arte. Sin embargo, la actriz añadió que, a diferencia del teatro de hace unos años, el país vive una banalización temática en que la mediocridad, la chabacanería y la inmediatez dominan el escenario teatral.

“En los ochenta, el Teatro del Sesenta logró establecer, con una sala, que el teatro durara de corrido, sin parar. Logramos hacer del teatro una profesión, porque el teatro necesita continuidad, y lo logramos con La verdadera historia de Pedro Navaja”, expresó Pérez Garay.

Otras funciones continuas que logró la otrora compañía fueron: El gran pinche, Los Titingó de Juan Bobo y Puerto Rico Fua. Ahora, contrastó la dramaturga experta, el teatro se limita a dos o tres funciones cada fin de semana, con pocas excepciones como Teatro Breve, que ofrece funciones de modo rutinario hace 17 años.

“La diferencia es que tú podías hacer una comedia por dos o tres meses y después hacías una obra seria o dramática, y la gente iba. Ahora, para mantener una sala llena, tienes que tener la comedia, la comedia, la comedia, la comedia porque, si no, la gente deja de ir al teatro”, consideró Pérez Garay.

Por esa razón, la veterana actriz agradeció la labor “titánica” que hacen personas como Ismanuel Rodríguez y Carlos Ruiz- organizadores del Festival del Teatro Internacional- porque amplía el acceso del teatro a escuelas, talleres y sitios como Vieques y Culebra. Maravillada con la programación, Pérez Garay destacó la importancia de crear más espacios como este para el futuro del teatro.

“Es importante aportar a la cultura y a la educación porque ahí es donde construyes el espíritu de un pueblo. Le das la espina dorsal a ese pueblo. Para mí, educar es hacer arte, y hacer arte es educar. Eso es importante y, lamentablemente, la mezquindad política ha cortado todo lo necesario para que un pueblo piense, y lo que hay que hacer es darles las opciones para amplíen su mente y conocimientos. Hay que ser cómplices de la esperanza”, concluyó Pérez Garay con las palabras del poeta Rubén Blades.

Los próximos 10 y 26 de noviembre, Pérez Garay presentará su docuserie del Teatro del Sesenta en La Goyco y en el Franciso Arriví. También estará disponible, el 14 de diciembre, en la Casa Aboy.

 

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