Especial para CLARIDAD
Los aranceles recíprocos impuestos por Trump, son impuestos que un país impone a productos importados como respuesta a los aranceles que otro país impone a sus exportaciones. Es decir, si un país A decide poner aranceles a los productos de un país B, entonces el país B responde imponiendo aranceles similares (o equivalentes) a los productos del país A. Es una forma de «medida espejo» dentro de una guerra comercial o de una negociación económica. Una medida espejo es una respuesta a una acción comercial de otro país, como un aumento de aranceles, mediante la aplicación de aranceles similares. Estos aranceles fueron justificados por motivos de “seguridad nacional” pero en realidad es para corregir los déficits comerciales, fiscales y la deuda. Usar la palabra “seguridad nacional” es para enganchar al pueblo en su discurso y que no cuestionen sus políticas. Así no se enteran del saqueo que están sufriendo por las élites económicas y que los aranceles recíprocos tienen enormes implicaciones para los trabajadores, las empresas, los consumidores y los mercados bursátiles de todo el mundo. Pero la realidad es otra, oculta entre tanta des información, donde Trump coloca y detiene los mismos, unos días dice que sus aranceles son para aumentar los ingresos, o para obligar a todo el mundo a invertir en Estados Unidos(EE.UU)., o para mantener fuera el fentanilo.
Las empresas, el déficit y la deuda
Los aranceles para corregir los déficits, pero el mismo no prueban una competencia desleal. Pero ¿por qué se dan esos déficits comerciales? Debido a la deslocalización de empresas de EE.UU. La deslocalización de empresas (offshoring) es cuando empresas de EE.UU. trasladan parte de su producción o servicios a otros países, generalmente buscando reducir costos laborales, fiscales o de operación. Al producir en países con salarios más bajos, las empresas ahorran dinero, lo que puede aumentar sus márgenes de ganancia. De esta manera las empresas pueden ofrecer productos, ganar y competir mejor en mercados globales. Estas fábricas se trasladan a países como México, China o Vietnam, mientras deja zonas industriales deprimidas en EE.UU. Los trabajadores industriales pierden empleos bien pagados, mientras los beneficios se concentran en empresas y sectores financieros. Al producir fuera, las empresas importan más productos terminados o componentes que antes se fabricaban en EE.UU. y esto reduce las exportaciones de productos estadounidenses y aumenta las importaciones, generando un déficit comercial.
Mientras el enorme déficit por cuenta corriente de EE.UU. es una de las mayores amenazas para el dólar estadounidense. Esto se ve reflejado en la elevada inflación, lo que hace que el valor del dólar estadounidense se reduzca. Una moneda más débil mejora la competitividad exportadora de EE.UU.
Porqué se da el déficit fiscal y la deuda, por razones de financiar conflictos bélicos. EE.UU. gasta más de lo que gana y pide prestada la diferencia al resto del mundo, toma prestada para mantener los conflictos en el mundo y alimentar la industria armamentista y de reconstrucción. La conexión entre capitalismo y guerra no es accidental. Hoy la dirección de este proceso no está en manos de la política -y mucho menos de la política democrática-, sino de los poseedores del capital, de los sujetos que encarnan las necesidades de las finanzas y han capturado el poder político y económico.
Los Bonos del Tesoro de EE.UU. que tienen los acreedores, presionan al país. Los principales tenedores de bonos estadounidenses son Japón (1 billón de dólares), China (780 mil millones), Reino Unido (723 mil millones) y paraísos fiscales como Luxemburgo e Islas Caimán (843 mil millones) si se deciden a vender afecta la estabilidad financiera y la rentabilidad de los bonos.
El desplome en los mercados financieros cuando se imponen aranceles ocurre por varias razones clave que tienen que ver con la incertidumbre, el costo del comercio y las expectativas negativas. Los aranceles asustan a los mercados porque significan más costos, menos comercio, menos ganancias y más incertidumbre.
Y Puerto Rico
Puerto Rico puede atraer empresas estadounidenses que quieren relocalizar su producción dentro del sistema federal, pero buscan costos operativos más bajos. De igual forma enfrentaran los mismos retos que en EE.UU. y se le añade los elevados costos de energía eléctrica y la inestabilidad del sistema eléctrico. Puerto Rico tiene una de las tarifas eléctricas más altas bajo jurisdicción estadounidense, lo que desincentiva la manufactura intensiva en energía.
Puerto Rico, como territorio no incorporado de EE.UU., no impone ni negocia aranceles propios, ya que está bajo la política comercial federal estadounidense. Esto significa que cualquier arancel que EE.UU. imponga (o reciba en represalia) afecta directamente a Puerto Rico, aunque no siempre se toman en cuenta sus particularidades.
Y la economía
El aumento de precios para los consumidores, cuando los productos importados se encarecen, lo que puede provocar inflación y reducir el poder adquisitivo de los ciudadanos.
Otro de los afectados son los exportadores locales que pueden ver como las represalias pueden afectar a los exportadores nacionales si el otro país responde con aranceles similares, reduciendo las ventas en el extranjero. El aumento de precios en productos importados tiene repercusiones en Puerto Rico que importa la mayoría de los productos que consume, muchos de los cuales vienen desde EE.UU. aunque son importaciones extranjeras que llegan a través del sistema comercial estadounidense.
Produce la distorsión del mercado debido a los aranceles que interfieren con la libre competencia y pueden llevar a decisiones económicas ineficientes.
Cuando EE.UU. impone aranceles a productos importados, eso tiene un impacto directo e indirecto en el costo de vida, especialmente en productos de la canasta básica o cotidiana, además de la maquinaria hasta productos de consumo como electrodomésticos, ropa y muebles.
Muchas empresas dependen de insumos importados (materias primas, piezas, maquinaria), como las empresas manufactureras en Puerto Rico (farmacéuticas, textiles, componentes electrónicos) que importan materias primas. Si estos insumos están sujetos a aranceles, sus costos de producción aumentan. Una fábrica de automóviles que necesita acero y aluminio importado verá aumentado su costo en 25% por el arancel, aunque el auto se fabrique en EE.UU., lo que puede hacerlas menos competitivas.
Por ejemplo, en la construcción.
El sector de la construcción en Puerto Rico es uno de los más sensibles a los efectos de los aranceles impuestos por EE.UU., ya que depende fuertemente de materiales importados. Eso impactó directamente en el precio de vigas, clavos, mallas, varillas, marcos de puertas, ventanas y las estructuras en metal.
Si esos productos están sujetos a aranceles, suben de precio y esto afecta directamente el costo de vida en Puerto Rico. El arancel de 25% al acero va a encarecer los materiales de construcción en Puerto Rico, afectando sectores como la vivienda o la reconstrucción tras huracanes. Cuando los materiales suben de precio, el costo total de construcción se eleva. Esto afecta tanto a proyectos públicos (como escuelas, hospitales o carreteras) como a proyectos privados (viviendas, comercios). Puede frenar la inversión o reducir la escala de los proyectos. Y demoras en reconstrucción y obras críticas. Si construir se vuelve más caro, también suben los precios de venta y renta de propiedades, lo que agrava la crisis de vivienda asequible en Puerto Rico.
¿Quién saquea a quién?
Cuando Trump alega que han saqueado a EE.UU. la realidad es otra. Es EE.UU. el que saquea al mundo buscando reducir los costos laborales, fiscales, de operación y comprar los recursos a precios reducidos. Pero es más fácil vender que es un “saqueo de los otros” o es un asunto de “seguridad nacional” para que la gente acepte y normalice todo esto sin analizar el problema.
Pero ¿quién saquea a quién? EE.UU. ha venido incrementando las ambiciones expansivas de los poderes imperialistas, donde la globalización se convierte en la redivisión del mundo por los imperialistas, donde el control de los combustibles fósiles y recursos como las tierras raras es vital para los intereses geoestratégicos en los próximos años. Los estadounidenses están experimentando la agenda neoliberal y el secuestro del Estado por manos de los grandes intereses económicos. Con el adelgazamiento del Estado, gobiernos autoritarios que imponen el proyecto que dicta el capital y el aumento de las desigualdades sociales. Agenda neoliberal que también se manifiesta en la deslocalización empresarial para abaratar costes y aumentar la eficiencia, actividad que para volver a tener las empresas de nuevo en EE.UU. envuelve muchas variables que ante tanta incertidumbre
El problema es que no han identificado la raíz del problema, el capitalismo que estafa al mundo y que, para sobrevivir requiere un crecimiento continuo. Además de buscar hacer la guerra, controlar, manipular y someter.
El problema es el capitalismo de consumo que es un sistema económico en el que se produce en masa para satisfacer la demanda de bienes y servicios, lo que genera un consumo masivo y a su vez las etapas de producción se deslocalización es la reubicación de para estimular la competitividad de las empresas.
Mientras, Trump trata de demostrar su poder coercitivo para cambiar unilateralmente todos los parámetros básicos de la economía occidental. El hecho de que solo la coerción permitirá a EE.UU. conciliar las contradicciones la redefinición de la deuda y la preservación del dólar con el estatus de reserva y mantener su poder hegemónico. A su vez espera reforzar su cadena de suministro, renegociar sus lazos con todos los países para que se distancien de China y dar forma al orden mundial emergente.
El Mundo espera que no sea así, que los demás países se unan para hacer frente a esa hegemonía de EE.UU. Proponer cambios radicales en la economía mundial que podrían transformar la relación entre los países y EE.UU., acelerar la multipolarización y acabar con la hegemonía del dólar estadounidense.