CLARIDAD
Si la Policía Municipal de San Juan cumpliera con la Ordenanza Municipal 41, que dispone ciertas calles del Viejo San Juan para estacionamiento de sus residentes, en cuatro horas la administración municipal podría allegar a sus arcas hasta 91,500 dólares.
Así lo evidenció el ejercicio que la Asociación de Residentes del Viejo San Juan (ARVSJ) llevó a cabo el fin de semana inmediatamente después del paso de la tormenta Ernesto, al emitir unos boletos de “cortesía” a vehículos estacionados en las calles Luna, Sol, San Sebastián y Norzagaray.
Rei Segurola, residente de una de las calles en cuestión y miembro de la Asociación, denunció en entrevista con CLARIDAD, la falta de atención del alcalde, Miguel Romero, a los problemas de los vecinos del VSJ. Aunque la acción de los vecinos de dar los boletos de cortesía tenía el propósito de denunciar la situación de estacionamiento, este señaló que los problemas no se limitan solo a eso, sino que además al recogido de la basura, los alquileres a corto plazo (ACP) y los altos ruidos en horas de madrugada, entre otros. Sobre los ACP trajo el dato de que ya en los finales de la anterior administración municipal el 25 % de las unidades de vivienda en el VSJ estaba en manos de ese tipo de alquiler.
Segurola denunció que desde su llegada a la alcaldía, Romero nunca procuró convocar a la Asociación para conocer a sus miembros y, en su lugar, recogió un nuevo liderato con el cual tampoco se reúne. A su llegada, de parte de la Asociación se le entregó una carta con sobre 100 firmas en la que le presentaban sus reclamos y preocupaciones al alcalde. De parte del alcalde, observó, ni siquiera hubo acuse de recibo.
El vecino del VSJ describió el problema de tránsito como escandaloso, en el sentido de que en caso de una emergencia de salud un domingo o sábado en la tarde, no hay forma de que una ambulancia llegue a atender la situación. “No es solo el derecho a estacionar que tienen los residentes, que la gente lo pueda ver como algo elitista. Los reclamos tienen que ver con el tránsito, los ruidos innecesarios, el problema de la basura. Como nosotros lo vemos es que en el Viejo San Juan todo se vale, si tú te quieres estacionar en línea amarilla, tú te estacionas en línea amarilla, en impedidos, trepas las dos gomas en la acera… Es un sentido de anarquía lo que está pasando aquí”.
La Ordenanza Municipal 41, expuso, designó unos espacios específicos de estacionamiento para los residentes en las calles Luna, Sol, Cruz y Norzagaray y las que cruzan San Justo, San José, Cristo. La ordenanza aprobada bajo la administración de Carmen Yulín se adoptó luego de unos estudios que presentaban que para poder mantener la población residencial saludable en el VSJ había que garantizar la posibilidad de que la gente se pudiera estacionar en determinadas áreas en determinados horarios. A esos efectos, se seleccionaron las calles citadas con horario de lunes a viernes, después de las seis de la tarde. Antes de las seis de la tarde, el visitante puede estacionarse. En el fin de semana de viernes hasta la madrugada del lunes, los espacios son para los residentes. Eso no quiere decir que el residente tiene que sacar su auto, quiere decir que si saca su auto pierde el derecho a tener el estacionamiento. En los primeros meses de la administración de Miguel Romero, la Policía Municipal cumplía con la ordenanza dando ronda y boletos, con penalidad de $250.00, pero luego han dejado de hacerlo.
El licenciado Segurola reclamó que los vecinos comenzaron hacer unos informes de la situación de esas calles a las cinco de la mañana, en los que daban cuenta de las condiciones del área, la basura, los carros estacionados, los contenedores que había en las esquinas, que son sólo para la basura de los residentes, y que los comercios también los estaban usando. Se supone que los comercios saquen sus zafacones media hora antes de que pase el camión de la basura. Al día de hoy, alegó, se le han enviado a alcalde más de 400 informes en estos cuatro años.
La reacción a los informes se ha limitado a una reunión con la jerarquía de la Policía Municipal y dos ayudantes del alcalde. En la reunión se acordó que el Municipio destinaría dos guardias, cuya única función sería la de dar boletos para que se cumpliera con la ordenanza. Esto no ha sucedido.
Ante la falta de cumplimiento por parte del Municipio, los vecinos decidieron tomar la acción de dar los boletos de cortesía, como una manera de educar y a la misma vez servir como evidencia de lo que realmente está pasando, declaró Segurola. Destacó el hecho de que la cantidad de boletos, 366 en tan solo cuatro horas, representan la suma de $91,500.
En reacción a la denuncia de los vecinos, el alcalde Miguel Romero declaró que la Policía estaba haciendo su trabajo, que la Policía no puede estar todo el tiempo dando boletos y que había dado más multas que las que nunca se habían dado.
Segurola precisó que la Asociación de Residentes está hablando de boletos tan solo en cuatro calles del Viejo San Juan. “Quisiera saber cuántos boletos se han dado en esa área”, cuestionó. “No estamos pidiendo nuevas leyes, ni nuevas ordenanzas ni nuevos códigos, lo que queremos es que se ponga en vigor lo que está: la Ordenanza 41”.