María Dolores (Tati) Fernós López ¡PRESENTE!

Foto alina Luciano

 

Nota: Con motivo del fallecimiento de la querida compañera María Dolores,(Tati), Fernós, y en homenaje a su vida fecunda y consecuente como abogada, líder feminista, luchadora independentista y y activista de todas las causas justas de nuestro pueblo, reproducimos en esta edición de CLARIDAD un extracto del resumen sobre su trayectoria publicado en la revista Mujeres en Marcha, con motivo del 39no.Aniversario de la Organización Puertorriqueña de la Mujer Trabajadora (OPMT), organización feminista pionera, de la cual ella fue fundadora.

Foto Alina Luciano

Aunque su nombre de pila ha tenido mucha trascendencia en Puerto Rico, aún quienes no la conocen personalmente, la llaman Tati.  Tiene mucho que ver con sentirla cercana, cálida, aliada de las causas que más afectan al Pueblo y por la claridad y franqueza para decir y opinar sobre las cosas en las cuales cree.  Es fundadora y activista de la Organización Puertorriqueña de la Mujer Trabajadora (OPMT), al tiempo que forma parte de la dirección de importantes organizaciones que contribuyen todos los días al bienestar de nuestra sociedad.

Nació en Santurce, hija de Doña Rosalina López Cepero y del Dr. Antonio Fernós Isern, quien fuera Comisionado Residente de Puerto Rico en Washington.  Su niñez, adolescencia y primeros años de la adultez transcurrieron en Villa Palmeras, junto a su hermano mayor Antonio (Toñito) y el menor, Manuel (Manolete).  Cursó la escuela elemental y secundaria en la Academia del Sagrado Corazón.

Rebelde contra las desigualdades, protestaba porque le tocaba ayudar en las tareas domésticas, pero no a sus hermanos, y porque las dos calles del vecindario más cercanas a la casa fueran el límite para las incursiones con su bicicleta. Quería seguir estudios universitarios en el campo de las Ciencias Políticas, por lo que se matriculó en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico (UPR), una de las más combativas del recinto riopedrense.

Reunión celebración en casa de Tati Fernós y Harry Anduze celebrando la salida de Oscar López. Foto: Alina Luciano

Próxima a terminar el bachillerato, optó entonces por el Derecho como una alternativa para alcanzar su principal meta de combatir las desigualdades y adelantar las causas de las personas que vivían en mayor vulnerabilidad por la pobreza, el racismo y defender el derecho al respeto de su dignidad.  Obtuvo el Juris Doctor de la UPR en el 1970 con los más altos honores, como ocurrió con el grado de bachillerato.  Luego se trasladó a la Universidad de Columbia en Nueva York para cursar una maestría en Derecho, la cual culminó exitosamente al cabo de un año. En su clase, la única latina era la boricua de Villa Palmeras.

La carrera de abogada de Tati no pudo comenzar en mejor lugar para demostrar su fidelidad con el pueblo puertorriqueño y los sectores más desventajados en términos económicos y sociales, que en Servicios Legales de Puerto Rico (SLPR).  La entidad se había establecido en el 1966 por iniciativa del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico. Con gran pasión, conocimiento y creatividad, durante veinte años tramitó casos en SLPR cuyas controversias giraban en torno a derechos civiles y constitucionales, especialmente en el área de Vivienda Pública en sus varias modalidades; subsidios, títulos de propiedad, rescates de terrenos, expropiaciones.  Logró establecer jurisprudencia en el Tribunal Supremo de Puerto Rico en la que fueron reconocidos derechos fundamentales, como los casos de Santiago Acevedo v Soler Aquino sobre expropiación forzosa (1980) y Mora v Sandín que abordó los desahucios en casos de vivienda bajo la sección 8 (1987). Su gestión se extendió a la Corte Federal para el Distrito de Puerto Rico donde aún es citado Castro v Arrarás, sobre la renta negativa y los subsidios para agua y luz de los inquilinos de Vivienda Pública.

Pero Tati no limitaba su accionar a la litigación de casos.  Militó en organizaciones políticas que impulsaban la descolonización de Puerto Rico y afirmaban el derecho patrio a la independencia.  Formó parte de la Federación de Mujeres Puertorriqueñas y fue integrante de la OPMT desde sus inicios.  De igual forma, al interior de SLPR, fue una de las fundadoras de la Unión Independiente de Empleados de Servicios Legales.  Como integrante del primer Comité Negociador del sindicato promovió y participó activamente en las propuestas y defensa de cláusulas que promovían la ampliación de los derechos de las mujeres trabajadoras.  Algunas de éstas fueron la ampliación de la licencia de maternidad a 12 semanas; la creación de la licencia de lactancia, mucho antes de que el gobierno de Puerto Rico la legislara; la aplicación de las licencias de maternidad cuando hay adopciones y abortos; la licencia por paternidad.  Estas cláusulas sirvieron de modelo a otras uniones e, incluso al propio gobierno.

En el 1991 fue reclutada para dirigir la Oficina Legal de la Comunidad (OLC), que está adscrita a la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana.  La OLC es, además, el Centro de Práctica o Clínica para el estudiantado de Derecho de dicha Escuela. Posteriormente se integró a la Facultad donde enseñó cursos de Derecho Administrativo, Constitucional y Género, entre otros. Mientras, se mantenía activa en la OPMT, en Coordinadora Paz para la Mujer (CPM), en Pro Familia y otros espacios desde donde laboró arduamente por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.  Participó en equipos de investigación y como ponente en congresos y reuniones académicas junto a compañeras de Puerto Rico y Latinoamérica. Abrazó también la causa de la Casa Protegida Julia de Burgos, el primer albergue que se estableció en Puerto Rico para sobrevivientes de violencia de género, sus hijas e hijos y   fue integrante de su Junta Directiva.

Nuestra compañera tuvo un rol destacado en el activismo del feminismo para lograr la aprobación de legislación dirigida a adelantar la equidad de género.  Resaltamos la Ley 17 Contra el Hostigamiento Sexual en el Empleo, del 22 de abril de1988, la Ley 54 para la Prevención e Intervención con la Violencia Doméstica, del 15 de agosto de 1989 y al inicio del siglo XXI, la Ley 20 para crear la Oficina de la Procuradora de las Mujeres (OPM), del 11 de abril de 2001.  Llegado el momento de seleccionar a la Procuradora que cumpliera con los criterios del estatuto y respetando la disposición establecida en el mismo artículo 4 de la Ley, respecto a que la persona que ocupe la gobernación podrá solicitar y recibir recomendaciones de los grupos que defienden los derechos de las mujeres, éstos identificaron rápidamente y por consenso, a Tati como la persona idónea para ocupar el cargo. Tenemos la certeza de que el rol por el cual Tati es más querida, admirada y recordada por el Pueblo de Puerto Rico es como primera Procuradora de las Mujeres.

Durante los siete años que ejerció como procuradora dejó un gran legado abriendo caminos de más anchura para la equidad de género; impulsando legislación y políticas públicas, promoviendo y publicando investigaciones para la erradicación del discrimen y las violencias de género; apoyando a las organizaciones que le ofrecen servicios a las mujeres, sus hijas e hijos; fomentando las discusiones en mesas redondas de trabajo para escuchar las opiniones de los grupos y valorarlas; afirmando la necesidad de la educación con perspectiva de género; enfrentando valientemente el partidismo y la maledicencia feroz, así como el fundamentalismo retrógado.  Ha sido consultora de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), organismo regional de la Organización de las Naciones Unidas, entidad que ha publicado sus investigaciones sobre temas de género. A través de la CEPAL mantuvo la integración de la OPM al entorno caribeño y latinoamericano que nos corresponde.

Firme creyente del paso del batón, renunció como Procuradora de las Mujeres el 31 de diciembre de 2007 y  regresó a su cátedra en la Escuela de Derecho de la Interamericana.  Allí creó junto a otras profesoras feministas la organización Intermujeres, entidad que se dedica a la investigación y publicación de trabajos sobre los problemas de desigualdad de las mujeres y las niñas, a participar en el debate público y promover legislación.  También en la Interamericana ha sido la consejera de la Asociación de Mujeres Estudiantes de Derecho.  Es una de las integrantes iniciales de la recientemente creada Fundación de Mujeres de Puerto Rico, que fue establecida en colaboración con la New York Women Foundation, que integra a boricuas de la Diáspora.  La Fundación Comunitaria de Puerto Rico también ha contado con su participación durante muchos años y allí ha desempeñado un importante rol en la incorporación de la equidad de género en las áreas de trabajo de la entidad. Su iniciativa motivó la fundación del Observatorio de Equidad de Género Puerto Rico, para monitorear y analizar la situación de violencia y equidad de género, hacer recomendaciones sobre políticas públicas y fiscalizar las respuestas gubernamentales.

Es coautora de varios libros, así como de múltiples artículos en revistas de Derecho y en la prensa escrita del país. Ha recibido múltiples reconocimientos por sus contribuciones.  Integrante del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico, presidió la Comisión de la Mujer de la entidad y fue reconocida con la prestigiosa Medalla Nilita Vientós Gastón por las afinidades que tiene con los principios de vida de una de las abogadas más distinguidas de nuestro país.  También le fue dedicada la asamblea número 181 del Colegio el pasado 11 de septiembre. En la última colación de grados de su Escuela de Derecho, la Universidad Interamericana le otorgó la máxima distinción universitaria de Profesora Emérita.

En lo personal hay que destacar el amor y el orgullo que siente por sus hijas Tania y Roxana Varela Fernós, una Doctora y Profesora de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Berkeley y la otra, Jueza de Asuntos de Familia en el Tribunal de Primera Instancia.  Idéntico es el sentimiento por el menor de la familia, Jorge Farinacci Fernós, Doctor en Derecho y Profesor en la Escuela de Derecho de la Universidad Interamericana.  Bertín es el nieto adorado cuyas hazañas y gracias aplaude con su bella sonrisa.  Le encanta el arte, la lectura, la historia, la buena conversación, esperar la Navidad con entusiasmo para acompañar las melodías con el güiro, el cual toca con gran destreza.  Feminista irredenta, inconforme con toda injusticia, seguidora de don Juan Antonio Corretjer y de su frase “La vida es lucha toda”.  Así ha vivido, fiel a los principios que aquí resume: “Yo soy feminista por la misma razón que combato la injusticia, la pobreza, el colonialismo y rechazo el racismo”.

 

 

 

 

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