para morir en la orilla (fragmentos)

Foto Archivo CLARIDAD/Alina Luciano

 

[De: Paulina Pagán Picó, para morir en la tierra, La Impresora, 2019.]

Estos poemas nacieron en la orilla del mar. En mayo del 2016 comencé a desarrollar una práctica diaria de movimiento en la playa para ver si aliviaba los síntomas de mi depresión. Intenté auto-documentar ese proceso con la cámara pero eso agudizaba mi ansiedad y decidí experimentar en vez con la escritura como lente. Este medio me brindó mucha paz. Por más de un año mantuve vivo el ritual de visitar la orilla, moverme «libremente» y luego plasmar la experiencia en palabras. He ido desligando la práctica de movimiento y la de escritura, pero ambas continúan alimentando mis ganas de nadar, de retar la desesperanza a toda costa para no morir en la orilla.

La colección completa de escritos diarios inéditos vive en el siguiente enlace: paramorirenlaorilla.weebly.com

***

la orilla que me vio nacer
suplió cubos de mar
para bajar la mierda
cuando el huracán Hugo
se llevó el agua,

inspiró mi primer poema fracasado,

me mostró cómo se despide de la vida
un cuerpo
antes
de ahogarse,

sembró el coraje de una ola sobre mi rostro,

pulió los vidrios
que usamos para el piso de la terraza,

fue testigo de mi primer amor,
y lo vio desvanecerse,

la misma orilla que rugía cuando mamá
me acompañaba a la escuela por la playa
en aquellos días especiales de burricanes*

lunes 23 de enero de 2017

*palabra que inventó papá para describir las olas cuando están bien grandes

***

bajo noches sin nubes
se suspenden zapatos sucios
de cables celestes
nos dicen que si la droga
que si el punto
que si suelas con brea de barrio caliente
que si el vicio
que si los niños necios
que si neveras vacías y leche rancia
que si perros con sarna y gatos en celo

querida ciudad de hoteles y ruinas
hoy cierro mis celosías
para verte

miércoles 19 de abril 2017

***

te ruego que no seas otro poema tristón
tampoco tienes que ser un lío resuelto
ni un confesionario

me conformo con tu compañía

con tu aliento a verso crudo,
a metáfora incompleta

miércoles 18 de octubre 2017

***

hoy le admití al mar que
cuando sea grande
quiero ser una villa sin miedo
un terreno rescatado con babilla
un fusil que dispare dignidad
una gota de sudor que valga la pena
un velero que teja puentes colganes
entre las Antillas
o un cohete que le dé giras a la luna
a los niños de la guerra

un paño húmero
que limpie la sangre de los rostros
y las cenizas de los cuerpos
algún instrumento cargado de valentía
que reconozca la mirada de la avaricia
y pueda transformarla en espuma de mar

sábado 10 de septiembre 2016

***

alguien me dijo alguna vez
que entre las cortinas de polvo
se cuela suficiente luz
como para ver la sangre y secarla
con el mismo paño que se usa para la lluvia
con las mismas manos que saben dar una caricia

también me dijo
que en los archipiélagos hambrientos
se hacen mallas de pescar
con fibras derivadas del tiempo
con la misma calma que se mecen las hamacas
con el mismo coraje que suscitan la red
y la burocracia

me contó que a oscuras
escuchamos mejor a los muertos
y que del aburrimiento nacen repúblicas gentiles

habló de un caribeño porvenir
lleno de cosechas tiernas
con olor a tierra
y colores improbables

compuso una canción
que se toca con panderos de arcilla
y barriles de cuero de vaca feliz

me aseguró que la inercia se vence jugando
como cualquier miedo de infancia
y que las dudas
son el tierno reflejo
de una persona parada
en la orilla de sí misma
mojándose los pies
con aquella sustancia
que más se asemeja a la libertad

viernes 20 de octubre de 2017

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