Pies de Medusa

Foto suministrada por la autora

 

Especial para En Rojo

 

Nadie imaginó de quién eran esas tenis blancas, pero fueron parte de un velorio histórico nacional. Eran altas, casi nuevas, con cuatro escudos de Medusas mirando de frente al Capitolio y sumando fuerza al Memorial de Zapatos por las víctimas del huracán María. Eran marca Gianni Versace, con detalles dorados y suelas casi intactas. Las tenis posiblemente costaban $900.00 a $1,000.00, según la tienda virtual de la marca italiana. De Juan del Pueblo no eran. ¿Pero de quién eran? ¿Cómo confirmarlo?

1 de junio de 2018. San Juan, Puerto Rico. Vigilia de recordación, en un cementerio simbólico en el que cada par de zapatos, colocado por el público, representa a uno de los 4,645 fallecidos por causas relacionadas al paso del Huracán María, frente al Capitolio, en San Juan, Puerto Rico. . (Foto por: ENID SALGADO)

Iré a atrás. Comenzaba junio del 2018. La Universidad de Harvard, en colaboración con la Universidad Carlos Albizu, publicó un estudio calculando en 4,645 las muertes del temporal. Se convocó al país para hacer una manifestación en la Plaza de la Democracia -nada democrática- y llevar ese número de pares de zapatos frente al edificio, en protesta al número oficial de 64 víctimas, que repitieron a la saciedad.

El primer día llegaron unos 900 pares de zapatos. Nos quedamos a acampar, porque funcionarios a cargo del edificio legislativo amenazaron con tirarlo todo a la basura.

Las misteriosas tenis blancas posiblemente las dejaron en la mañana del sábado 2 de junio del 2018. El segundo día del memorial. Tenían el número 1012 asignado bajo las suelas.

Ese sábado amaneció tranquilo. Una mujer de pelo largo, vestida de indígena, bailó descalza entre los zapatos. Llevaba caracoles amarrados a los tobillos y soplaba un caracol al cielo. Varias personas llegaron temprano a compartir café, galletas y queso; a encender velas y poner flores en los pequeños altares que fueron naciendo por las esquinas. Un chico llegó al amanecer y tomó vídeos aéreos de la línea de zapatos que crecía a cada minuto.

Con rapidez la plaza se llenó de medios locales e internacionales, familiares de las víctimas y gente solidaria. Quien llevó las tenis número 1012 fue discreto. No llamó la atención de nadie y se fue. Con su acto, se sumó a la línea de la muerte, como le llamamos a esa línea imaginaria, donde cada par de zapatos se le asignó un número que fue creciendo por tres días consecutivos. Era una fila de pueblo. No hubo insignias políticas, favoritismo o abolengo. Nadie brincó turnos. Se esperaba con calma. En esa línea se guardó silencio

Se ubicaron un par de zapatos por las 96 personas que se suicidaron durante esos meses, por las víctimas de “los pueblos olvidados” de Yabucoa, Maunabo, Patillas, Guayama; por los viequenses que murieron sin transportación ni comunicación para acudir a sus quimioterapias y sin centros de diálisis en Isla Verde; por quienes murieron por falta de oxígeno.  Llegaron los zapatos número 2830 a la memoria del trompetista Elías López, paciente de apnea del sueño y los zapatos número 2669 por doña Adelaida Mejías González, de 81 años, que murió por falta de energía eléctrica, porque no pudieron mantener los equipos de cuidado intensivo en el hospital. Zapatos de personas que operaron a oscuras, alumbrándose con el celular y con aguas negras inundando los hospitales. Y así miles de relatos más.

Las tenis #1012 no contaron tragedias. Estas botas blancas narraban un momento de cúspide. Un spot light sobre el escenario más importante del país, que sería la puerta para conquistar el mundo. Quien las dejó, entregó su gloria y su respeto.

Sobre la suela izquierda del zapato número 1012 se leía con letra comprimida, aparentemente tímida: “primera vez en el choli”. En la suela derecha, casi a punto de salirse del borde, dos letras distintivas en mayúscula, escritas en sharpie negro: B.B.

Un año más tarde, sería Bad Bunny una de las figuras públicas centrales del movimiento de pueblo que ayudó a sacar a Ricardo Roselló de Fortaleza. Hace apenas dos semanas, a través de su cuenta de Twitter, Benito Antonio Martínez Ocasio, reveló que eran suyas y que eran una de sus tenis favoritas. Las usó su primera vez en el escenario del Choliseo, junto a Farruko. Esperó siete años para decir que eran suyas. Las identificó en una foto compartida en las redes, donde aparecía junto al mar de zapatos solidarios. Lo que no se menciona, es que las tenis tienen cuatro Medusas, que parecen escudos en los laterales y en las suelas.

No es un detalle menor, que esta imagen de la mitología griega, es símbolo de protección. La honran por ser guardiana. La leyenda dice que de su cabeza salían culebras y si la mirabas fijamente te podía convertir en piedra. Algunas historias decían que la Medusa podía volar.

En el siglo XVI el pintor barroco Caravaggio inmortalizó el mito, pintándola al momento de ser decapitada y que se usó como talismán, porque servía para protección en las guerras, símbolo de la ira y respeto. Por dos días estuvieron las Medusas de B.B. allí silenciosas, mirando la autoridad que hoy cuestiona.  Ahora salen a la luz. Dicen que retan el mal.

 

 

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