A juicio de la Fundación Juan Mari Brás, la insistente alegación del Buró Federal de Investigaciones (FBI, en inglés), de que no tiene información sobre el asesinato de Santiago Mari Pesquera, lo que hace es reforzar la idea de que las agencias federales estuvieron directamente involucradas en el asesinato.
La negativa del FBI fue en respuesta a una petición hecha el pasado mes de febrero por las congresistas demócratas Nydia Velázquez y Alexandria Ocasio Cortés para que se desclasificara documentación tanto de Mari Pesquera, asesinado el 24 de marzo de 1976, como del joven Carlos Muñiz Varela, asesinado el 28 de abril del 1979.
En comunicado de prensa, la Fundación y la familia Mari Pesquera expresaron su frustración por la respuesta del FBI y declararon que es completamente improbable que el FBI no tenga información sobre el asesinato por diversas razones, pero, “ante todo, esta postura lo que hace es reforzar la idea de que las agencias federales estuvieron directamente involucradas en el asesinato. De lo contrario, ¿qué tendrían que esconder y proteger?”
Hay varios argumentos para cuestionar la postura del FBI de que no tiene información sobre el caso. La familia Mari posee al menos un documento desclasificado y con tachaduras del FBI sobre el caso En este memo en particular se hace referencia a que, inmediatamente después del asesinato de Mari Pesquera, la Policía de Puerto Rico solicitó que la información sobre el asesinato de Santiago Mari Pesquera quedara exenta del Freedom of Information Act (FOIA). En el año 2015, (39 años después del asesinato), el entonces superintendente de la Policía, José Caldero, envió una carta al FBI en la que solicitaba que se dejara sin efecto esa petición. Aun así, el FBI se ha negado a divulgar la información.
Incluso los oficiales del Departamento de Justicia de Puerto Rico muchas veces han dicho a la familia Mari que el FBI se rehúsa a compartir la información. Nunca han dicho que el FBI no posea información sobre el caso. Aun más, al último fiscal del caso, Pedro Berríos Lara, el FBI le prohibió de manera expresa entrevistar a agentes retirados de esa agencia para la investigación de este particular. Esta prohibición ha sido un gran impedimento para la investigación del asesinato.
“Si el FBI no tuviera algo que esconder, ¿por qué entonces iba a imponer esa rigurosa prohibición”? cuestionó la FJM.
Tanto la familia Mari como la Junta Directiva de la FJM indicaron no tener dudas de que el asesinato de Santiago Mari Pesquera fue un asesinato político para provocar daño a Juan Mari Brás, entonces líder socialista e independentista y candidato a la gobernación, así como al movimiento anticolonial e independentista en Puerto Rico. Esta última negativa del FBI lo que hace es reforzar la idea de que las agencias federales estuvieron directamente involucradas en el asesinato, que es lo que el movimiento independentista siempre ha sostenido y denunciado.
Abona a esta denuncia el que en documentos desclasificados por el FBI que se identificaron en el año 2009 se pudo confirmar que desde octubre de 1975 y, nuevamente, en enero de 1976, meses antes del asesinato del joven Santiago, existía un complot por parte de grupos cubanos anticastristas para asesinar a Juan Mari Brás. El FBI tenía conocimiento de estos planes, alertó a la Policía acerca de ellos, pero solicitaron que no se revelara que la agencia federal era la fuente de la información. En marzo de 1976, Santiago Mari Pesquera, hijo mayor de Mari Brás, fue asesinado.
La familia Mari Pesquera y la FJM indicaron que solicitaran una reunión a las congresistas Velázquez y Ocasio Cortés para discutir otras estrategias de acceso a la información de las agencias federales. Además, la Fundación se encuentra finalizando la producción de un documental y un cortometraje sobre la historia de Chagui, que se estrenarán en el 50 aniversario de su asesinato en 2026.
“La memoria colectiva es nuestra, y ninguna agencia criminal y colonial nos arrebatará la verdad ni el camino hacia la justicia grande, la más expansiva, que es la justicia de los pueblos”.