Se acabó la luna de miel

Se acabo la luna de miel con la Gobernadora.

Por María de Lourdes Guzmán/Especial para CLARIDAD

Luego de los eventos del verano de 2019 que provocaron la renuncia del gobernador Ricardo Rosello, y sofocado el golpe de estado de Pedro Pierluisi, finalmente fue juramentada la actual gobernadora, Wanda Vázquez. Aun cuando la Gobernadora no es santa de la devoción de muchos(as) de los que participamos de las masivas protestas de pueblo, con su llegada se respiró un aire que calmó las protestas, con lo que el País volvió, por así decirlo, a la cotidianidad. En sus primeras expresiones en el cargo, esta dijo que su puesto no era político partidista y que la estadidad no estaba entre sus prioridades. Eso revolcó a los estadistas del corazón del rollo, pero le ganó simpatías de un gran sector de un pueblo harto de la politiquería y la corrupción que emanó de ella. Desautorizó un contrato de con la firma Stantec para la reconstrucción del sistema eléctrico, que José Ortiz, director de la Autoridad de Energía Eléctrica, había aprobado y que ya tenía salivando a uno de tantos contratistas que por años han pululado por la AEE. La gobernadora indicó que todos los contratos gubernamentales serian evaluados “sin excepción”. Comenzó a celebrar reuniones con Reymundo y to´ el mundo en una muestra de apertura con la que parecía querer distanciarse de su antecesor, Ricardo Roselló.

Ante el furor público que causó el anuncio de la posible aprobación de un nuevo mapa de calificación de terrenos que daría al traste con el Plan de Uso de Terrenos vigente, Vázquez comunicó que evaluaría dicho mapa lo que alivió un poco las tensiones de los opositores a ese proyecto. Destituyó de su posición a la directora del Negociado de Ciencias Forenses, agencia que, durante este cuatrienio, ha estado manga por hombro. Despidió al Lcdo. Erick Rolón, secretario del Departamento de Corrección y Rehabilitación, señalado por irregularidades en una subasta en dicha agencia y para quien las recientes muertes en las cárceles eran un asunto “normal”. Ante los insistentes reclamos de los sectores feministas del país frente la alarmante incidencia de violencia de género, se reunió con la Colectiva Feminista en Construcción y otras representantes de las mujeres, luego de lo cual emitió una “alerta nacional”. Discutió con el presidente de la UTIER la situación de las condiciones de trabajo de los celadores de la AEE y sus quejas ante la enorme cantidad de contratos millonarios otorgados por esa corporación a diversas empresas. Para algunos, como mi amigo Ignacio Rivera, la gobernadora parecía traer “un pasito muy bonito”.

Poco antes de cumplir un mes en la gobernación, se le presentó su primera prueba de fuego con el aviso de la llegada de la tormenta tropical Dorian, que poco antes de acercarse a nuestras costas, se convirtió en huracán categoría uno. La gobernadora se dirigió al país y pareció tener control del asunto. Sin embargo, pronto asomó su adhesión al republicanismo estadounidense, pues no faltó el agradecimiento a Trump quien, sin reservas, ha mostrado su desprecio hacia los puertorriqueños. Según la Gobernadora dio a entender durante la emergencia, las agencias concernidas estaban preparadas para enfrentarla. Poco después el pueblo supo que no existía un plan de contingencia. No se hicieron esperar las múltiples quejas hacia la labor del Sr. Carlos Acevedo, director de la agencia de manejo de emergencias por su pobre desempeño ante la emergencia. Ex directores de esa agencia solicitaron, unánimemente, su renuncia. La Gobernadora se negó a despedirlo alegando que le habían “leído la cartilla”.

Medios periodísticos independientes divulgaron los múltiples contratos que había otorgado José Ortiz en la AEE, la constante intervención del Ing. José Pérez Canabal en los asuntos de la corporación pública y los pagos de gastos exorbitantes a funcionarios de compañías estadounidenses. Contrario a su promesa de evaluar todos los contratos gubernamentales, la gobernadora ha hecho oídos sordos ante el desempeño inmoral y escandaloso de José Ortiz en la AEE. Ante la denuncia del festival de contratos en la Legislatura, la gobernadora indicó que dará “deferencia a los líderes legislativos”. Como si ello fuera poco, expresó su respaldo a la reestructuración de la deuda de la AEE con los bonistas, acuerdo que según el respetado economista Ramón Cao García, sería devastador para la economía del país. Luego expresó que no intervendría en la pugna laboral entre la corporación y la UTIER. Por otro lado, la tan anunciada “alerta nacional” resultó ser letra muerta pues nunca dio paso formal a las propuestas de los sectores feministas para implantarla. Sigue latente la amenaza de la aprobación del nuevo mapa de calificación. Recientemente, la Gobernadora recibió elogios de la nefasta Junta de Control Fiscal por su respaldo a dicho organismo, incluyendo a los nombramientos de sus miembros, cuya constitucionalidad está en entredicho. Además, a pesar de la deficiencia e indolencia en el trato dado por el gobierno federal luego del implacable azote del huracán María, ha justificado el retraso en la llegada de fondos para la reconstrucción. Se desentendió del escándalo que se creó al asignársele el nombre de un parque recreativo en Canóvanas, a uno de los artífices de los asesinatos del Cerro Maravilla. La Gobernadora del pasito bonito comenzó a dar traspiés.

El Junte de Voluntades organizado desde el Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico, que agrupa numerosos sectores que luchan, entre otras cosas, por la derogación de las leyes de cabotaje, le solicitó su intervención para evitar la fusión entre P.R. Terminals y Luis Ayala Colón, fusión que permitiría el control de un 80% del acarreo marítimo por parte de Tote Maritime. Ello, indudablemente, provocaría un monopolio del manejo de la carga marítima del país y se entregaría a Tote y Crowley el control absoluto de toda nuestra subsistencia económica. A pesar de que los muelles donde se recibe la carga son propiedad de la Autoridad de Puertos, el secretario de la agencia, Anthony Maceira, uno de los participantes del chat de la vergüenza, se ha lavado las manos aduciendo, falsamente, que la corporación marítima federal ha dado el visto bueno al acuerdo. Rememorando a su antecesor, la gobernadora expresó que Maceira goza de su confianza. Todo tiende a indicar que el resto de los miembros del gabinete nombrados por Ricardo Roselló, gozan también de su confianza, a pesar de la manifiesta incompetencia con la que muchos se han desempeñado.

Aquella gobernadora que mostró un rostro afable y actitud de diálogo con el pueblo, ya va mostrando sus verdaderos colores. Es el rostro del neoliberalismo clásico y de la adhesión a los intereses de los enemigos del país. Detrás de la sonrisa para la foto ya se asoma el rostro de quien es cómplice de aquellos que representan intereses contrarios a los del pueblo, desdeñando la legitimidad de sus reclamos. Que nadie se llame a engaño. Con la gobernadora se acabó la luna de miel.

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