Se nos fue un gran patriota

 

 

Especial para CLARIDAD

Rubén Arcelay Medina, gran patriota puertorriqueño, se nos fue el pasado 16 de mayo de 2022. Además de su incuestionable intelectualidad, Rubén sobre todo, un auténtico e insobornable patriota. Su vida fue un libro abierto con grandes lecciones las presentes y futuras generaciones comprometidas con la libertad y la justicia para esta patria. Siempre estuvo en la vanguardia y para ello pagó un alto costo.  En octubre de 1966, me vi precisado a escribir una columna en la revista El Pepino, para desenmascarar a la División de Inteligencia de la Policía que, a través de sus agentes e informantes pretendieron sembrar dudas sobre la integridad y compromiso patrióticos de Rubén. Decíamos entonces: “Rubén ha tenido que pagar un alto costo por sus grandes aportaciones a las grandes luchas de este país, que va desde haber sido expulsado del Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas de Mayagüez (CAAM), hasta la cárcel, la pobreza extrema y la infamia”.

Hagamos un somero recorrido por la heroica trayectoria de Rubén Arcelay Medina. Ingresó al CAAM, hoy Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico en 1963, en el cual estuvo hasta 1968. De allí fue expulsado del recinto por su militancia en contra de la presencia del programa militar de Estados Unidos conocido por sus siglas ROTC en la UPR, en contra del Servicio Militar Obligatorio y de la injusta guerra de Vietnam. Él y otros, entre ellos Ramón Figueroa Sorrentini, fueron víctimas de la actitud represiva del entonces rector José Enrique Arrarás. Según lo expresado por Figueroa Sorrentini, en las honras fúnebres de Rubén, aquella represión no los amedrentó y ambos emigraron a Estados Unidos donde completaron sus estudios.

Rubén regresó a su hogar en el barrio Juncal de San Sebastián. De inmediato se integró a las brigadas en contra de la explotación de las minas de cobre, plata y oro de Lares, Utuado, Adjuntas y Jayuya. Las brigadas, que tuvieron su centro de operaciones en la finca de Alejo Sellas en Lares, estaban integradas mayormente por jóvenes universitarios y fueron organizadas por el Movimiento Pro Independencia (MPI) al empezar la década de 1970. Nos dice Damaris Martínez, una de sus líderes, que los jóvenes iban casa por casa de los cuatro pueblos orientando sobre los efectos nocivos de la explotación, el robo que se pretendía y organizando la resistencia. A no ser por las brigadas, el incipiente liderato ambiental, el liderato patriótico, así como la resistencia comunitaria, se hubiese concretado lo que Juan Mari Brás llamó “el robo del siglo” con graves consecuencias ambientales para la zona minera y más allá de esta. Rubén Arcelay fue uno de los líderes de aquella heroica jornada. Rubén fue además, el máximo dirigente, del MPI – PSP de la zona minera, desempañándose como Secretario de Zona. Como tal, era miembro del Comité Central. No solo era un líder regional, también lo fue nacional.

Decía José (Lole) Rodríguez, en el homenaje póstumo, que Rubén realizaba toda esa labor patriótica con grandes sacrificios. No había recursos ni para sufragarle sus gastos de operación. Pasaba hambre. Dormía en condiciones infrahumanas. Cuando, por razones históricas, que merecen otro análisis, se redujo la combatividad de los 70 y de los 80, Rubén volvió a emigrar a las entrañas del monstruo. Se estableció en Perth Amboy, New Jersey. Se desempeñó como trabajador social – esa era su especialidad académica – en un penal de aquel estado. Allí también afloró su liderato, esta vez sindical, organizando a trabajadores de la prisión en una unión obrera. Esa labor social y sindical se interrumpió porque su mamá enfermó y tuvo que regresar a la patria para cuidar de ella. Aquí, en Puerto Rico, se desempeñó como organizador de la Unión Nacional de Trabajadores de la Salud.

Rubén fue también un líder comunitario. Su comunidad Juncal de San Sebastián de un deficiente servicio de agua. Junto a Papo Irizarry organizó el Comité Agua para Todos, con muy buenos resultados para su comunidad. Además, junto a Víctor Rivera y otros, organizó la resistencia a la instalación de una antena de comunicaciones en otra comunidad pepiniana.

Rubén fue un asiduo lector, además de escribir, dibujar, hacer caricaturas y tallar. Todo de manera excelentes. Escribió: Diccionario biográfico de Aguada. Dejó inédito La desmitificación de Luis Muñoz Marín. También boletines políticos y sindicales, así como cápsulas históricas y biográficas ilustradas. Usó las redes sociales como medio educativo y de debate político.

El viernes 20 de mayo efectuamos un homenaje póstumo a Rubén en la Funeraria Salcedo de Lares. Compañeros de la zona metropolitana, como también de Ponce, Mayagüez, Aguada, Utuado, Jayuya, San Sebastián y Lares, entre otros pueblos, nos reunimos allí para despedir al compañero previo a su incineración. Sus primas, Dra. Lydia Arcelay y la periodista Yolanda Vélez Arcelay, Genaro Rentas, Florencio Merced, Rafael Baerga, Lole Rodríguez, Ramón Figueroa Sorrentini,  Reinaldo Acevedo, Wilson Rivera, Edgardo Nieves Mieles, Víctor Rivera, Milagros Rivera, José Morales, David Quiñones, Ángel Adames, Miguel ((Chino) Hernández, Noel González, Ché Paralitici y otros, se pronunciaron exaltando la grandeza de Rubén Arcelay Medina.

Nos queda expresar nuestro más sentido pésame a su compañera Migdalia, su hijo Pablo, su hermano Ángel, sus sobrinos …

En la ceremonia, además de llorar la muerte de Rubén, celebramos su intensa y productiva vida, sus ejecutorias y su legado.

Ver homenajehttps://www.youtube.com/watch?v=FlGPjrN51ow

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