Sobre soldados desertores, fechorías y pena de muerte, Mayagüez, 1855

 

Especial para En Rojo

La noche del 15 al 16 de mayo de 1855, los cabos primeros Felipe Menéndez y Melquiades Sebastián y los soldados José Rodríguez, Juan Sánchez Sedano y Marcos Cubells, todos del Regimiento Peninsular de Valladolid No. 1, y que se hallaban destacados en Mayagüez, desertaron de su cuartel y se lanzaron a cometer «feos y repetidos delitos» en un solo día. Este grupo de soldados desertores metió miedo a la población de Mayagüez, pero a la postre los desertores no terminaron bien. El gobierno español los capturó ese mismo día y los condenó a diversas penas en Consejo de Guerra sumarísimo.

Desertaron con tres fusiles y algunos cartuchos. Intentaron robar en la Hacienda Carmen. Robaron en la pulpería de José Rufo aunque, arrepentidos, devolvieron el dinero. Intentaron robar, también, en la pulpería de Faustino Camacho, a él lo hirieron de bala y a su hija Ramona la mataron de un tiro. Robaron varias gallinas en el Ancón del río Guanajibo y con violencia quisieron obligar a los anconeros a que los llevaran hasta la isla de Santo Domingo, cosa que no lograron porque el ancón no servía para tal travesía. Luego robaron una yola para irse a Santo Domingo, pero tampoco lo lograron porque el alcalde del barrio, con el auxilio de varios vecinos, los persiguieron, frustándoles así la fuga a la isla vecina. Resistieron a las autoridades. Hirieron de bala al vecino Juan Pablo Hernández. Y todo esto en un solo día.

Finalmente, una partida de su propio regimiento, que había sido destacada en su persecución, los atrapó el mismo día de su deserción. Raudo y veloz, el gobierno de la isla los sometió a proceso y fueron «encausados por tan continuados y censurables delitos». Fueron «condenados a sufrir la pena de ser pasados por las armas» los cabos Felipe Menéndez y Melquiades Sebastián y el soldado Juan Sánchez Sedano. Los soldados José Rodríguez y Marcos Cubells fueron sentenciados a diez años de prisión. Además, el sargento Juan Antonio Ariste fue privado de su empleo porque «habiendo tenido noticia de la fuga de los reos a las dos de la madrugada del 16 de mayo, no tomó ninguna disposición ni dio parte» de ello hasta horas de la mañana de ese día.

La pena de muerte de los cabos Felipe Menéndez y Melquiades Sebastián y el soldado Juan Sánchez Sedano fue ejecutada a las nueve de la mañana del día 21 de julio de 1855 en Mayagüez, «próximo al teatro de tantos excesos”.

 

Referencia: Gaceta del Gobierno de Puerto Rico, sábado, 28 de julio de 1855, pp. 1-2.

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