Trina Rivera de Ríos en su centenario

«Aquí nadie sobra”. Me dijo en una ocasión doña Trina Rivera de Ríos, allá para los años ‘80 y tantos, en las escalinatas del Capitolio en ocasión de que varios grupos se encontraban trabajando en una misma causa. No recuerdo exactamente cuál pero seguro era por una causa justa. Como tantas otras cosas el azote del huracán María, el 21 de septiembre de 2017, dejó en suspenso las actividades en conmemoración del centenario de la trabajadora social doctora Trina Rivera de Ríos, nacida el 18 de noviembre de 1917.

Milagros Rivera Waterson, portavoz del Comité Amigos y Familiares del Confinado (CAFC) indicó que entre las actividades de conmemoración del centenario de Rivera de Ríos (quien murió en el 2011 a los 93 años), que quedaron suspendidas tras el paso del huracán, está un reconocimiento por parte de la Legislatura, el cual se ofrecería este martes 6 de marzo en sesión especial de la Cámara de Representantes, como parte de las actividades de la Semana de la Mujer. La iniciativa parte de una petición del Comité. Rivera Waterson expresó que para el Comité de Amigos y Familiares del Confinado, la actividad es una oportunidad de reconocer las aportaciones de Rivera de Ríos, fuera de líneas partidistas. En la actividad se esperaba la participación de familiares, hijos, nietos, académicos, familiares de confinados y el secretario de la Administración de Correcciones y Rehabilitación (ACR).

Rivera Waterson reveló que la ACR rechazó una solicitud del Comité para que hubiese confinados en la actividad. Entre la población penal –comentó Rivera Waterson– Doña Trina era llamada “el Ángel de los Confinados”.

Añadió que aunque Rivera de Ríos ha sido objeto en muchas ocasiones de reconocimientos por su valor como persona, su valor como patriota, por ser una mujer de personalidad fuerte, clara precisa, transparente, quizás no ha recibido todos los que debería por sus aportaciones, pero que ella no estaba pendiente a eso, “lo de Doña Trina era servir”. Destacó que Rivera de Ríos aprendió a defender los derechos de los demás desde que era pequeña porque su papá se lo enseñó ya que creció cerca de una institución penal. La destacada activista por los derechos tanto de los confinados como los derechos humanos para todos se inició en el servicio público como maestra normalista, fue la primera empleada becada por el gobierno de Puerto Rico para cursar una maestría en Trabajo Social, lo que hizo en la Universidad de Washington y luego estudió su doctorado en la Universidad de Pennsylvania.

Rivera Waterson abundó que Doña Trina ocupó la dirección del Negociado de Instituciones de Menores y Centros de Tratamiento Social de 1963 a 1974, pero roces con la administración del momento la empujaron a dejar su puesto. De ahí fue a trabajar al Colegio Lehman, de la ciudad de Nueva York, recinto de la Universidad de Nueva York, en donde colaboró en la organización del Departamento de Estudios Puertorriqueños. Tuvo que regresar a Puerto Rico por motivos de salud en el 1976.

Aun cuando Rivera de Ríos es reconocida por haber luchado por los derechos de los confinados mediante el CAFC que fundó en el 1980, su colega y sucesora como portavoz del Comité recordó que ésta junto a su hermana Carmen Rivera de Alvarado, también trabajadora social promovieron la ratificación del Colegio de Trabajadores Sociales. “Fue una persona que se distinguió en la profesión, siempre fue a la vanguardia de la defensa de los derechos humanos, escribía poesía”. Entre las distinciones está el haber sido reconocida por su pueblo Vega Baja como “hija distinguida” y cada año se otorga un reconocimiento en su nombre al trabajador o trabajadora social más destacado(a).

Una de sus muchas luchas fue la defensa para que se le conmutara la pena de muerte en Nueva York, al joven puertorriqueño Salvador Agrón. La historia de este joven puertorriqueño, de la década de los ‘60 representa un caso de transculturación típico el cual incluso se llegó a estudiar en facultades de Trabajo Social. Rivera de Ríos además fue la primera en dirigir la Comisión de la Mujer.

Rivera Waterson no obstante reconoció que la labor de Doña Trina también tiene algunos críticos por abogar por el derecho al voto de los confinados “alguna gente se lo aplaude y otros la critican, las personas que lo critican piensan que el confinado vota según el partido que le ha hecho mas ofertas”. Waterson defendió que lo que hay que hacer, lo importante es orientar a ese confinado a que haga un uso consciente de ese derecho. “Doña Trina siempre decía los derechos no se renuncian”.

De estar aún con vida no hay dudas de que la incansable trabajadora social continuaría defendiendo las mismas causas, repasa Rivera Waterson; obviamente el derecho al voto, en contra de la pena de muerte, el derecho a la fianza “y hoy más que nunca estaría defendiendo de que ante las circunstancias que tienen las instituciones penales igual que las otras instituciones en Puerto Rico tiene un presupuesto más restringido que esos servicios que necesita el confinado no se afecten y ahora mismo estaría protestando contra la última idea que tiene el actual administrador de Correcciones de que entre el 2019 al 2022 enviar a tres mil y pico de confinados fuera de Puerto Rico porque sale y que más barato”, dijo indignada.

Respecto a esta medida la portavoz del ACH reveló que familiares de confinados que han sido trasladados a cárceles en Estados Unidos han denunciado al Comité que los presos boricuas se han sentido rechazados, no conocen el idioma , en algunos casos maltratados y tampoco se les han cumplido las “promesas” de estudios.

La portavoz del Comité censuró que el gobierno esté utilizando criterios puramente económicos para decir que no va a dar los servicios que requiere el confinado. Rivera Waterson destacó que el país tiene una posición muy retrógada sobre la atención que requiere un confinado y la criminalidad. “Si fuésemos un país progresista en términos de reforma penal nos daríamos cuenta que los países más progresistas del mundo, por ejemplo, Holanda en los últimos años cerró ocho cárceles”.

Rivera Waterson, quien ha presidido en tres ocasiones el Colegio de Trabajadores Sociales, se hizo eco del reclamó de Rivera de Ríos de la necesidad de una verdadera reforma penal en la que participen todos los sectores y no una vista legislativa de dos días, criticó. Describió que hay muchas formas en que una persona que comete un delito sea penalizado, como lo es en algunos países una pena de restitución, el que en los países más progresistas el tiempo mayor de cárcel son 20 años. “Nosotros tenemos un enfoque tan punitivo que aquí hay gente que piensa que el que está preso deben votar la llave, es más hay quienes piensan que gastamos mucho alimentándolos que deberían estar a pan y agua”.

La Trabajadora Social señaló que las personas que tienen este pensamiento no se dan cuenta que esto es un círculo vicioso. “Además no podemos tapar el cielo con la mano, en Puerto Rico hay un problema socio económico terrible desde antes de María y que con María se puso la cosa mas difícil pero eso es desde hace décadas”. Fue enfática al denunciar que la criminalidad es producto de la pobreza, la mala distribución de la riqueza y a la violencia que existe en el país desde todos los puntos de vista. En esa línea reiteró que las políticas de “mano dura contra el crimen” o “la lucha contra las drogas” lo que hacen es echarle abono a unas circunstancias sociales ya detrimentales. Trajo la observación, además, de que la población penal ha ido cambiando y que hace dos años un perfil preparado por la misma ACR reveló que ha aumentado el número de personas confinadas con preparación académica, antes había más personas procedentes de caseríos, y hoy hay más personas procedentes de barriadas.

Regresando a la celebración del centenario de Rivera de Ríos, su compañera de luchas expresó que “quisiera que los políticos de ahora sigan su ejemplo, los líderes contemporáneos tienen mucho que aprender de Doña Trina, porque hay que ser valiente hay que denunciar lo que está mal pero como ella hacia dando alternativas, no criticaba por criticar”.

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