50 Años de un Festival de cultura y tradición

La comparsa de Agua Sol y Sereno, Mari Brás presidiéndola. Foto por Johanna Emmanuelli

CLARIDAD

La historia es conocida. El fundador del Periódico CLARIDAD, Juan Mari Brás, regresó de Francia con una particular idea que le inspiró el periódico Le Monde: la organización de un festival en apoyo al medio. Sopesada y discutida la idea, encargó a Domingo Mingo Vega Figueroa la logística general del evento, tarea que el entonces administrador del semanario asumió en los años subsiguientes. En 1973, nace el primer Festival de Apoyo a CLARIDAD, realizado en los predios de la antigua sede del periódico, en Villa Capri, Río Piedras.

50 años después, la actividad es renombrada, consistente y única en su clase. Al punto de que la ubicación y el tamaño del Festival se asocian, muchas veces, con el lote adyacente al  estadio Hiram Bithorn, donde se dio la quincuagésima (50.a) edición de esta fiesta de pueblo.

Jueves

Lo primero que toma la vista es una enorme bandera de Palestina que, solitaria, ondea en medio del lote, al lado de la autopista más concurrida del país. Lo segundo que tal vez llame la atención es la fila para entrar por la avenida Roosevelt. Hileras de dos carriles, más tarde tres, afluyen al estacionamiento del estadio, en busca de un resquicio oportuno. Pasadas las cuatro de la tarde, es muy improbable que se hallara un espacio cercano a la entrada principal.

A pocos pasos de la entrada, el olor a frituras invadía cualquier olfato en augurio de festejo. El umbral de la entrada dividía dos mundos: uno que perpetúa el coloniaje y otro que celebra la patria. Adentro, cada quien cargaba un programa del festival que lucía un puño rojo, rebelde. El artista del cartel del 50mo Festival, Carlos Ito Aponte, había justificado el uso del puño colorado en el afiche porque representaba, de forma sencilla, « la lucha de los puertorriqueños».

Más allá del arte oficial del evento, incontables piezas de arte bruñían bajo las carpas y entre las mesas de artesanía. La sátira cundió en suéteres, calcomanías y prendas; los libros, entre la mercancía de las librerías que dijeron presente. Un poco de todo se reunía en la carpa de la Claritienda, contigua a la Tarima Elliott Castro Tirado. Encima del escenario, periodistas como Nydia Bauzá, Nelson del Castillo y Millie Gil animaban la tarde que se hacía noche. El primer día del Festival comenzó al son de Mikie Rivera y la Brigada y Mapeyé

En la Tarima Estrella, se organizó un encuentro poético por Palestina entre 7:00 p.m. y 8:30 p.m.

Como parte de las presentaciones, cada noche contó con una dedicatoria. Para el jueves, la directora del semanario histórico, Alida Millán Ferrer, recibió el primer homenaje por los esfuerzos que, por años, ha dedicado al Periódico CLARIDAD.

“Como símbolo de ese trabajo incansable, realizado con amor por cuatro generaciones, y en representación de ellos y ellas, hacemos un reconocimiento especial a la compañera Alida Millán Ferrer, directora de CLARIDAD, quien simboliza y encarna las cualidades extraordinarias de todos y todas los que nos han traído hasta aquí, desde aquel Festival de Villa Capri”, expresó la presidente de la Junta Directiva de CLARIDAD, Carmen Ortiz Abreu.

Además, Ortiz Abreu recordó que, para la directora del semanario,  el Festival de 1974 fungió como «su iniciación» en el medio independentista. La presidenta de la Junta Directiva evocó a Millán Ferrer friendo bacalaítos en el kiosko de la Federación Universitaria Pro Independencia (FUPI). Tres años antes del primer Festival, la ahora directora repartía el semanario en su natal Caguas, como parte de la Federación de Estudiantes Pro Independencia (FEPI). Millán Ferrer nunca imaginó, agregó Ortiz Abreu, que el 72 % de su vida giraría en torno a CLARIDAD.

“Se pulió en todas las fases del periódico. Levantando la tipografía, sustituyendo a quien tuviera que ausentarse y hasta laborando un tiempo en Impresora Nacional, la imprenta que producía CLARIDAD. Esto le dio experiencia que luego le serviría para llegar a dirigir nuestra revista cultural, “En Rojo”, lo cual hizo con excelencia, más adelante, convertirse en la primera mujer directora de CLARIDAD en toda nuestra historia”, continuó Ortiz Abreu.

Tras los agradecimientos, la noche prosiguió con el Concierto del Festival, dirigido por el maestro Carlos Tato Santiago y la Brigada de Rivera. Las voces, siempre fieles al Festival, alternaron entre Chabela Rodríguez, Choco Orta, Andy Montañez, Carmen Nydia Velázquez, Fofé, Luis de la Rosa, Luis Díaz, Roy Brown, Tito Auger y Zoraida Santiago. Quién no se siente patriota, Mr. Con Macana y Salimos de aquí figuran entre las canciones más coreadas por el público.

Ya son cincuenta años
Del Festival Claridad
No se equivoquen señores
Esto nunca va a parar

 – Choco Orta en CLARIDAD, 2025

Viernes

 El cielo era ambiguo, de esas veces que el agua quiere pero no cae, o a veces cae súbitamente. El ambiente se sostiene. Hay fila para entrar de nuevo. Hay dos tarimas con música, carpas con muchos artesanos y unas machinas que, por algunas lloviznas, de momento se suspenden. En la Estrella tocaron Andanza, luego The Kid and the Curse, seguidos por Tapaboka. Los últimos mencionados interpretaron Mr. Con Macana al ritmo de rock pesado. A Roy Brown le gustó, dijo en sus redes que «el futuro es la blasfemia». La Estrella termina con Neysa Blay y The Valerets.

Cerca de la Elliott Castro Tirado, la bomba acompasa la noche entre libros, esculturas y pinturas. Aixa Vázquez y Braulio Castillo son algunos de los animadores de esta noche, mediando presentaciones como la de Juan Riestra y los Bohiques o de Tata Cepeda y Gracimá. Al rato, el periódico hizo un reconocimiento a los hermanos Santiago, Zoraida y Tato.

“Puede decirse que, al Periódico CLARIDAD, lo sostienen sus lectores, sus donantes y sus artistas. Hoy, viernes 27 de abril, este quincuagésimo Festival reconoce la contribución de dos de sus artistas más generosos: Zoraida Santiago Buitrago y Carlos Tato Santiago Buitrago”, expresó Millán Ferrer a los músicos laureados.

La directora del semanario repasó la trayectoria profesional de ambos artistas, resaltando el tiempo de Zoraida como reportera de CLARIDAD bilingüe, trabajo en el que conoció a Roy Brown. Ahí la historia de la cantautora coincide con otra historia conocida: la de la agrupación Aires Bucaneros.

Los hermanos Santiago se presentaron después de la dedicatoria, precediendo a los grupos Atabal, Viento de Agua y PVC.

Sábado

 El reconocimiento del tercer día, hecho en la Tarima Elliott Castro, correspondió al Movimiento Ñin Negrón, pero antes sonó una lista formidable de artistas. Son de Loíza, Tambores Calientes, Los negritos de la L y hasta un segmento cómico con Davicito, Wilda Rodríguez y Graciela Rodríguez Martinó.

Desde el mismo escenario, el periodista y animador de la tarde, Manuel Ernesto Rivera, pasó el batón a Jacobo Morales y Elga Castro. Hace 50 años, en aquel Festival que organizó Vega Figueroa en Villa Capri, Morales animó la misma actividad.

Por otro lado, la Tarima Estrella sirvió este día como foro para los conversatorios de Insurrección Energética, liderada por Arturo Massol y Saúl González, y de No a Esencia, dirigido por representantes de la comunidad caborrojeña como Jeannette Ramos García. La Estrella también dio espacio para los Verdugos, La experiencia de Toñito Cabanillas, Cold Times y las Ratas.

Fotos por Alina Luciano, Víctor Birriel, Johanna Emannuelli, Juanma Hernández

Domingo, día de la niñez

 El último del Festival de Apoyo a CLARIDAD siempre ofrece una diversidad de actividades durante el día. En el caso de la 50.a  edición del Festival, la Tarima Estrella fue escenario de talleres de máscaras, bomba, presentaciones de trova y lectura grupales. En la tarde, la comparsa anual de Agua, Sol y Sereno develó a sus asiduos zanqueros, pleneros y cabezudos dedicatorios. Este año, la colectividad preparó un cabezudo del fundador del Periódico de la Nación Puertorriqueña, Juan Mari Brás.

Desde el lado de la Tarima Elliott Castro Tirado, otra serie de eventos entretuvo al público. Exhibiciones de paso fino, décimas, tunas y el documental Memorias de Chicago dieron paso a la última dedicatoria de este Festival, que honró la figura del director y fundador del Centro Cultural Puertorriqueño en Chicago, José López.

“El Centro Cultural Boricua de Chicago se ha convertido en el eje de una comunidad activa y militante, en defensa de sus derechos civiles, humanos, contra la gentrificación, el desplazamiento y en apoyo a la lucha y resistencia del pueblo puertorriqueño por nuestra independencia nacional. Vivir y luchar en las entrañas del monstruo da un perspectiva única de lo que significa el yugo del colonialismo sobre nuestra nación”, loó Madeline Ramírez, integrante de la Junta Directiva, además de resaltar la figura de Oscar López Rivera, hermano del homenajeado.

Asimismo, Ramírez esbozó los logros del Centro, como la creación de la escuela secundaria Pedro Albizu Campos, una exitosa campaña a favor de la excarcelación de los integrantes de la Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) y la afirmación identitaria de todo un sector puertorriqueño que reside allá, lejos de su terruño.

La tarde prosigue. Miles de carros corren por el expreso Las Américas, obligados a mirar la bandera de Palestina y las de Puerto Rico. A mirar las cientos de carpas que generan capital local, redes de apoyo, conocimiento y un lugar para afirmar la puertorriqueñidad. Podrá ser obviada o censurada, pero la historia de este Festival es conocida.

 

 

 

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