AEE: Los trabajadores sindicados son el mejor activo

Contrario a la acusación en la que ha insistido la presente administración del gobierno y la gerencia de la Autoridad de atribuirle a la uniones, en particular a la Unión Independiente de Trabajadores de Energía Eléctrica (UTIER), responsabilidad por el estado financiero de esa corporación pública, el análisis de IEEFA lo desmiente y plantea todo lo contrario desde su título: el proceso de privatización del sistema eléctrico de Puerto Rico pasa por alto a los trabajadores sindicalizados, que son el mejor activo de la compañía.

Por Cándida Cotto/CLARIDAD

ccotto@claridadpuertorico.com

La afirmación de que las nuevas empresas privadas que ingresen a Puerto Rico para administrar la AEE no aceptarán contratos sindicales es errónea. Así lo establece el más reciente examen del Instituto para el Análisis Económico y Financiero (IEEFA, siglas en inglés), respecto a los planes de privatización de la Autoridad de Energía Eléctrica.

Contrario a la acusación en la que ha insistido la presente administración del gobierno y la gerencia de la Autoridad de atribuirle a la uniones, en particular a la Unión Independiente de Trabajadores de Energía Eléctrica (UTIER), responsabilidad por el estado financiero de esa corporación pública, el análisis de IEEFA lo desmiente y plantea todo lo contrario desde su título: el proceso de privatización del sistema eléctrico de Puerto Rico pasa por alto a los trabajadores sindicalizados, que son el mejor activo de la compañía.

IEEFA favorece que el proyecto de privatización que se discute en el Senado y Cámara de Puerto Rico le requiera a las empresas privadas que honren los acuerdos de negociación colectiva que existen en la AEE. Los analistas basan su defensa en datos del mismo Plan Financiero Certificado de la AEE del año fiscal 2020. Según detallan, los gastos laborales se proyectan en $281 millones (8% de los gastos totales). Estos gastos cubren sueldos, prestaciones y pensiones.

Aun cuando los gastos laborales son la partida más pequeña del presupuesto de Energía Eléctrica, IEEFA defiende que esta implica la mayores consecuencias para los residentes de Puerto Rico, ya que la fuerza laboral de la AEE brinda un apoyo aproximado a 6,000 hogares, lo que representa una fuente importante de empleos en la isla. Mientras, el combustible, los subsidios, los contratos y el mantenimiento cuestan más que la mano de obra. Aun si se incluyera algún nivel de pago de la deuda de la AEE, el porcentaje de dólares requerido para los empleados se reduciría mucho más, indica IEEFA.

Como han defendido la UTIER otros sectores sindicales y varios economistas, IEEFA trae a la atención que los gastos laborales “no son y nunca han sido el principal problema de la AEE”. En términos económicos, cerca de la mitad de los gastos anuales de $ 3.4 mil millones de la AEE se desplazan de la isla para pagar el petróleo, el gas y el carbón. Esta cantidad significativa de los contribuyentes de Puerto Rico siempre se ha destinado a los inversores de la AEE, la mayoría de los cuales no vive en la isla.

Los analistas sugieren a su vez que si la intención de la AEE con el uso del gas natural y la energía renovable es ahorrar $500 millones en costos de combustible, antes debe reducir en cientos de millones de dólares sus pagos anuales de deuda para poder sobrevivir financieramente. Añaden que el plan fiscal de la AEE contiene un conjunto de declaraciones que sugieren que las reglas de la fuerza laboral, los beneficios médicos y los costos de pensión son la raíz de sus problemas financieros. Denuncian que, en cambio, no hay estudios o análisis publicados que evidencien este problema ni soluciones específicas.

“Hacer quejas sin fundamento, con soluciones no especificadas, no equilibra los presupuestos. Sin embargo, sí causa división y frustración en un momento en que las partes interesadas deben unirse”, expresan Tom Sanzillo y Cathy Kunkel, autores del estudio.

Pero ante el análisis de IEEFA, la postura de la gerencia de la AEE está del lado contrario. Los analistas una vez más hacen las mismas denuncias que los sectores sindicales de la corporación. Sanzillo y Kundel plantean que los problemas de trabajo a los que se refiere el Plan Financiero de la AEE no tienen que ver con la falta de trabajadores diestros, sino con la mala gestión política de la agencia, que no es otra cosa que la politización. 

En el caso de la falta de mano de obra diestra, indica que esto se debe a que en el continente estos trabajadores son mejor pagados. Entonces, ante esta falta, la AEE contrata consultores privados a largo y corto plazo, que históricamente han cobrado de más y que tienen un desempeño inferior. Sobre este señalamiento expone que un estudio de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) reveló que hay más de 200 empleados políticos en las nóminas de la Autoridad, lo que ha creado caos e ineficiencia. La Comisión de Energía de Puerto Rico también ha encontrado un mal manejo generalizado dentro de la AEE.

IEEFA califica de errónea la postura de la gerencia de la AEE de decir que las empresas privadas interesadas en administrar la AEE no aceptarán contratos sindicales. Presenta como ejemplo que la empresa PSEG, que es una licitante cualificada para operar el sistema de transmisión y distribución de la AEE y que en la actualidad posee un “gran” contrato de operaciones con la Autoridad de Energía de Long Island (LIPA), se presenta como un modelo para el programa de privatización de Puerto Rico.

Los acuerdos de negociación colectiva son, de hecho, parte de operaciones privatizadas de larga existencia en LIPA. Por su parte, la compañía Public Service Enterprise Group (PSEG) asumió las operaciones LIPA en 2013 de la compañía National Grid de Massachusetts. Ambas compañías respetaron los acuerdos de negociación colectiva preexistentes como obligaciones contractuales. PSEG tiene 12,000 empleados en todas las operaciones de la compañía, de los cuales 8,000 son trabajadores sindicales cubiertos por acuerdos de negociación colectiva, un hecho que la compañía destaca con orgullo en sus presentaciones a los inversores.

En su informe, el Instituto para el Análisis Económico y Financiero hace un reconocimiento a los trabajadores sindicalizados de la AEE, que ni la gerencia de la corporación, ni el gobernador Rosselló nunca han hecho. “El trabajo es un activo económico con un rostro muy humano. Después del huracán María, la administración de la AEE no pudo mantener las luces encendidas. Tomaron una decisión equivocada y potencialmente mortal una vez tras otra. El gobernador no estaba por ninguna parte. El equipo no funcionó y la administración quedó paralizada; pero los empleados sindicalizados de la PREPA aparecían todos los días para hacer su trabajo y reconstruir a Puerto Rico”.

Para concluir, este Instituto, especializado en temas de energía, exhorta a los sectores interesados (negocios, política, comunidad, trabajo, académico y finanzas) a trabajar juntos por una solución y advierte de que, mientras los líderes políticos continúen dividiendo la opinión para lograr ganancias políticas a corto plazo, continuarán saboteando la recuperación de Puerto Rico.

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