Alianza de la humanidad para el bien vivir

Puede parecer sin importancia, pero la asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó  el 2019 como año internacional de los idiomas indígenas. Esa decisión tiene como base la convicción para preservar e incentivar el uso de las lenguas indígenas  que es fundamental para la valoración de las culturas y la autoestima de estos pueblos.

Según la Comisión Económica para América Latina y Caribe (CEPAL), en el continente latinoamericano hay cerca de 45 millones de indios e indias, organizados en 826 comunidades. Eso representa 8. 3% de la población latinoamericana. En todos los países, los pueblos indígenas tienen una historia de persecución y gran sufrimiento. En algunos países, mataron a los indios y  fueron considerados extinguidos. Sin embargo, en décadas más recientes, comunidades consideradas desaparecidas se  han encontrado vivas y han retomado su cultura original y buscan sus derechos colectivos. La ONU reconoce esos derechos y cada vez más una gran parte de la sociedad toma conciencia de que reconocer a los indios esos derechos le hace bien a toda la humanidad. En Bolivia y Ecuador, en las nuevas constituciones, esos países reconocen las naciones indígenas como grupos autónomos, unidos a todos los ciudadanos en una patria pluralista y formada por muchas etnias.

Aunque desde los años 90, la ONU haya firmado pactos y compromisos de protección para los pueblos indígenas, en varios de nuestros países, sus derechos a la tierra y a su autonomía cultural no han sido reconocidos. En Brasil, el nuevo presidente comparó los territorios indígenas con parques zoológicos. En esta nueva realidad brasileña, parece abrirse la temporada de caza a los pueblos indígenas. Como reacción, pueblos indios y la parte más sana de la sociedad brasileña están unidos en la defensa de los derechos humanos de indios y no indios.

Los movimientos sociales saben que el Bien vivir o el buen vivir es la propuesta cultural de muchos pueblos indios que puede unir toda la humanidad en un modo diverso de convivencia entre los humanos y comunión con la madre Tierra y la naturaleza.

El bien vivir propone considerar que el bien común debe ser buscado más que sólo el bien individual y la colaboración entre las personas debe substituir todas las relaciones de competencia. Las comunidades cristianas creen que esa forma de vida enraizada en el bien vivir es acá y ahora un inicio de lo que la Biblia llama el “reino de Dios”, o sea el proyecto que Dios tiene para el mundo. Es importante que seamos testigos de que ese nuevo modo de vivir es posible y urgente.

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