Año nuevo para la Madre Tierra

Especial para En Rojo

En medio de la pandemia que aflige toda la humanidad, crece una más aguda conciencia de la íntima conexión que existe entre la vida humana, la naturaleza y el planeta Tierra. Todos saben que nuestro organismo es habitado por un inmenso número de virus, bacterias y otros microorganismos. Lo que la mayoría no piensa es que si rompemos el equilibrio ecológico que mantiene esta multitud de virus en su hábitat natural, sufrimos consecuencias terribles, como hace años tiene ocurrido con virus como Ébola, Sars, Corona y otros que podrán venir si la sociedad capitalista sigue destruyendo el equilibrio de la madre Tierra.

Actualmente, todas las religiones toman conciencia de que tienen la responsabilidad de ayudar la humanidad a profundizar la dimensión cósmica de la presencia del Espíritu. Para las personas que creen, la Tierra, el Agua, el aire y todo ser vivo son los primeros y más importantes signos de la presencia divina.

Si la tierra es agredida, las aguas envenenadas, el aire contaminado, las florestas destruidas y muchos seres vivos siguen en extinción, no solo eso revela un fracaso de la actual civilización humana sino que también indica una profunda crisis espiritual. Parece que la religión del dios dinero y el culto del mercado es más importante que la vida y se imponen a las estructuras sociales y a las conciencias.

En ese contexto, es urgente volver a la intuición de los caminos espirituales que nos enseñan a proteger la tierra y cuidar de la naturaleza como responsabilidad espiritual. Durante siglos, la teología cristiana parecía dividir el cielo y la tierra, lo natural y lo sobrenatural. El antropocentrismo moderno fue de cierto modo legitimado por una lectura fundamentalista y literal de la Biblia que debe ser superada. La actual reflexión bíblica y la espiritualidad ecuménica han devuelto a los cristianos la conciencia de la sacralidad de cada ser vivo y de todo el universo.

Este año de 2021 empieza por un nuevo Foro Social Mundial que, por causa de la pandemia, aún tendrá de ser virtual. Se realizará de 23 a 31 de enero. Como siempre empezará por una marcha que de esta vez será una presentación virtual de tantos grupos, organizaciones y entidades civiles que están en el mismo camino. Y se cerrará en el domingo, 31, con una Ágora del futuro. Todo eso intenta movilizar la sociedad civil internacional en la construcción de un nuevo mundo posible.

Es importante que todas las personas que aman la vida participen de la búsqueda de nuevos caminos para la humanidad. Las Iglesias cristianas creen que Dios nos da su Espíritu que “llena todo el universo y es principio de vida para toda criatura” (Cf. Gn 6, 17; Ez 37, 10 – 14 y Sb 1, 7). En su más reciente carta-encíclica, el papa Francisco invita toda la humanidad: “Soñemos con una humanidad única, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de la misma tierra que nos abriga a todos y todas; cada cual con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada cual con su misma voz, pero todos y todas como hermanos y hermanas” (Fratelli Tutti, 8).

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