Asociación de Economistas: Construyendo una agenda para el desarrollo

 

CLARIDAD

ccotto@claridadpuertorico.com

El aumento de la pobreza, del desempleo, de la desigualdad social, la emigración y el incremento en el deterioro del medio ambiente fueron parte de los retos comunes abordados en la conferencia Construyendo una Agenda para el Desarrollo, presentada por la Asociación de Economistas de América Latina y el Caribe (AEALC) y la Asociación de Economistas de Puerto Rico (AEPR).

El evento, que se celebró de manera virtual, contó con la participación de economistas de Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, El Salvador, México y Puerto Rico. El presidente de la AEPR, el doctor José Luis Rivera Rivera, indicó en entrevista que debido a los retos que tanto Puerto Rico como los hermanos países participantes han estado confrontando por la pandemia del COVID-19, la conversación se enfocó en la agenda de desarrollo social y económico, pero con un enfoque en las distintas crisis ocasionadas o exacerbadas por la pandemia, como niveles insostenibles del incremento de la pobreza, del desempleo, de la desigualdad social y el deterioro del medio ambiente. En el caso del medio ambiente, observó que debido al COVID-19 este también ha sido impactado de manera muy seria. Esto ha repercutido en la quiebra de muchas industrias nativas y ha afectado la sostenibilidad de los países, haciéndolos recurrir a la deuda.

Rivera Rivera apuntó que aunque los países caribeños y latinoamericanos, al igual que Puerto Rico tienen un problema de deuda y lo atienden de otra manera por ser países soberanos, cuando se analiza desde el aspecto económico, lo cierto es que hay mucha dependencia de otros países dominantes en el ámbito internacional. Mucha de la deuda es con el Banco Mundial o el Banco Latinoamericano. Como el Banco Latinoamericano tiene un limitado acceso a capital, algunos países latinoamericanos tienen que recurrir a deuda con países que le comprometen mucha de su idiosincrasia y dependencia económica. Esto a su vez les resta poder a los países para invertir en proyectos sociales y para mitigar situaciones que han sido exacerbadas por el covid: “Ese ha sido el reto, han tenido que quebrantar hasta cierto punto su soberanía”.

La actividad contó con siete mesas de diálogo y tuvo como conferenciante principal al subdirector de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU) en México, Hugo Beteta, quien disertó sobre la inversión económica social, la crisis sanitaria del covid, el nuevo escenario de la crisis internacional y los retos que representa para América Latina y el Caribe de más pobreza, desigualdad y emigración. Describió que este último ha sido un tema complicado para nuestros países, y que se prevé va a acrecentarse tanto a niveles internos como entre los países de toda la región. Se anticipa que habrá países que van a tener que asumir esa responsabilidad y tener una política de manos abiertas con esos países hermanos.

Rivera Rivera apuntó que parte de los retos que la AEPR ha identificado es la situación alimentaria en la región antillana. Parte del diálogo fue sobre cómo se ha afectado la cadena alimentaria con la pandemia, con los desastres naturales y otros factores exteriores que nos ponen en una situación más vulnerable y más dependientes.

Sobre la pandemia, se explicó que la caída de los sistemas de salud en muchos países que no estaban preparados para este tipo de crisis salubrista tuvieron que hacer una inserción de recursos para atender la crisis, lo que ha significado una mayor deuda. “Muchos compañeros economistas señalaron que hay que repensar los sistemas de salud de nuestros países y que la realidad es que tenemos que ser mucho más intencionales en la inversión en los sistemas de salud porque están muy vulnerables e inaccesibles. Para las comunidades marginadas, como las de indígenas, de obreros o inmigrantes, el nivel de protección de la vida ha sido limitado durante este periodo”. Aun cuando hizo la salvedad de que en algunos casos no ha habido una prioridad gubernamental en atender estas poblaciones, señaló que en otros hay un limitado acceso a recursos.

En tanto, la economista Martha Quiñones Domínguez, organizadora del evento y miembro de la AEPR, expuso que en la conferencia se abordó la necesidad de acuerdos y de colaboración entre los países del Caribe y Latinoamérica y cómo se dan esos procesos con otras regiones. Por ejemplo, lo relacionado con la cadena de suministros, cómo nuestros países se insertan en el mundo global y cómo cambiar la forma en que se produce para poder ser productores de tecnología y nuevos avances para nuestras economías. Según la economista, para eso se requiere colaboración, regionalismos y acuerdos afines “Los caribeños y latinoamericanos no somos mano de obra barata, sino que nosotros somos países que tenemos tecnología y conocimientos que podemos aportar al crecimiento y desarrollo de la región”, aseguró.

Sobre el caso de Puerto Rico, reparó en que no podemos pertenecer a ningún organismo internacional, pero que la AEPR puede insertar algunos de estos elementos de suministros y valores, por formar parte del Caribe. De hecho, indicó que parte del plan de trabajo de la AEPR para este próximo año está dirigido a colaborar con grupos de Puerto Rico y de fuera que inciden en nuestro desarrollo. El propósito es ver cómo los economistas del país pueden insertarse más en la política pública. La Asociación además está participando de manera activa en el grupo que está preparando una nueva reforma contributiva.

Cuestionados sobre si el Gobierno de Puerto Rico escucha a los economistas, Quiñones Domínguez y Rivera Rivera reconocieron que hay países que están más adelantados en contar con economistas que influyen y son escuchados, contrario a Puerto Rico donde hay que pelear por que les escuchen, les hagan caso y se entienda que los procesos económicos que estamos enfrentando son dinámicos y complejos.

Quiñones Domínguez añadió que muchos otros países tienen problemas similares a nosotros, como una alta concentración de personas no reportadas trabajando, que están en el trabajo informal; unos donde hay una brecha digital en muchos sectores de la economía y otros donde la mayoría de las poblaciones son envejecientes. Aun cuando el tema de la pobreza en Puerto Rico es uno afín, existe una falta de coordinación en las políticas públicas de las agencias, lo que no permite que se desarrollen y se den las alternativas apropiadas.

La economista objetó que se pretenda desarrollar el país solo con microempresas.“Entendemos que un país no se desarrolla solo de micro empresas. Se requieren empresas más grandes, y se habló del cooperativismo como una alternativa para el crecimiento”. Trajo a la atención que al igual que en la isla, en los países hermanos las pequeñas empresas fueron las más afectadas por la pandemia.

El modelo neoliberal

La discusión planteó las diferencias entre el llamado modelo neoliberal y el modelo socialista, y de cómo el primero busca asumir cada vez más medidas de recorte, austeridad, de quebrantar derechos, limitando la participación obrera en uniones. Uno de los mayores ejemplos es el ver cómo la privatización de los servicios de salud con la pandemia ha aportado a exacerbar inequidades mientras los modelos con una inclinación social han sido mucho más protectores de la vida con los sistemas de salud universales. “Se dijo claro que el modelo neoliberal ciertamente carece de mucho futuro y el modelo social es el que debe prevalecer”, concluyó Rivera Rivera.

 

 

 

 

 

Artículo anteriorMari Brás y la unidad independentista
Artículo siguienteLas huelgas estudiantiles recientes: La organización de la ira