Bingeing/Maratoneando series de verano-2

 

En Rojo

Para seguir con mi preferencia por las series de investigaciones criminales protagonizadas por detectives (dentro del aparato policíaco o independiente) o las redes sociales formadas por individuos para sobrevivir o establecer un aparato paralelo, comento dos que, aunque han terminado, tienen el potencial de extender sus temporadas y episodios.

StartUp

Creador:Ben Ketai; 2016-2018, 3 temporadas de 10 episodios cada una; originalmente en Crackle y ahora en Netflix.

Aunque al principio cada personaje principal, y otros que irán desapareciendo durante las tres temporadas, expresan públicamente el significado y atractivo que Miami tiene para ellxs, los 30 episodios se filmaron en Puerto Rico. Así que iremos identificando lugares conocidos y actores tanto de teatro y cine (como Eugenio Monclova, Idalia Pérez Garay, Julio Ramos, Modesto Lasén) como de la TV local a través de esta larga y complicada aventura en un mundo de gran peligrosidad. Los tres protagonistas se presentan individualmente con sus propios aciertos y complicaciones para luego casi accidentalmente o por razones totalmente ajenas a su voluntad se juntan para bien y para mal. Nick Talman (Adam Brody) es el primero que recibe la visita del agente del F.B.I. Phil Rask (Martin Freeman) porque está en busca de su padre no por la estafa cometida sino porque no ha recibido su parte de la ganancia. Izzy Morales (Otmara Marrero) se dedica enteramente a desarrollar el Bitcoin y poderlo vender a grandes empresas como la economía del futuro donde agentes gubernamentales como Rask no pueden rastrear las ganancias. Su problema es que no tiene un lugar seguro y habilitado para su proyecto y tiene que acomodarse a lo que encuentre que no cueste nada porque dinero real no tiene. Ronald Dacey (Edi Gathegi) es uno de los líderes del tráfico de drogas en Little Haiti y tiene que batallar en varios frentes a la misma vez para cuidar de su familia (esposa y dos hijos), afirmar su liderato, lidiar con empresas mafiosas de alto nivel sin poner en peligro las vidas de sus socios en la comunidad haitiana.

Tanto Nick como Izzy y Ronald van a enlazarse cuando traten de lanzar el proyecto de Izzy, venderlo al mejor postor sin renunciar a su autoría y enfrentarse a la empresa controladora que usa el asesinato, el secuestro, la tortura y la desaparición para mantenerse a la cabeza de esta maquinaria. Izzy siempre será el cerebro del desarrollo del proyecto de Bitcoin y sus derivados, mientras Ronald es el organizador de los detalles pequeños y grandes de cómo llevar a cabo la venta de este invento. Nick es el más vulnerable porque nunca ve los efectos secundarios que sus negociaciones traen. La dinámica entre los tres es excelente precisamente por lo diferente que aparentan ser, pero trabajando juntos pueden mover lo inimaginable. Integrar a Ron Perlman como un antiguo asociado del padre de Nick con todo lo que eso implica y a Mira Sorvino como una ex agente del F.B.I. o C.I.A. y ahora una renegada que no se sabe para quién trabaja, es otro de los aciertos de la serie.

Mi único gran problema con el desarrollo de la historia es la estadía de Izzy en Cuba. En vez de trabajarlo mejor para que resultara en complejidades que se apartaran de lo propagandístico, parece escrito por precisamente la comunidad cubana miameña. Cuando Izzy tiene que desaparecer de Miami, llega a Cuba (¿cómo?) y se establece lo más fácil en un vecindario y muy pronto tiene a un novio que se desvive por ella y de quien sabe muy poco. Pero comete el pecado capital (según nos informaron los medios hace poco) de establecer líneas de acceso al internet para beneficio de un grupito que se lucra de ofrecer el servicio. Eso le vale ser perseguida, arrastrada, golpeada, intimidada y encarcelada por la policía que se sigue vistiendo como si estuvieran en la Sierra Maestra. ¿Así tratarían a una ciudadana estadounidense? Y ya verán quién es la que la salva de esta tortura. Pero como esto es tan solo una escena prolongada, puede echarlo a un lado y seguir la historia de Nick, Izzy y Ronald que espero los productores y escritores puedan seguir desarrollando.

“Black Space

Creadores: Anat Gafni y Sahar Shavit; 2020-2021, 1 temporada de 8 episodios; Netflix.

Las series israelíes siempre están muy bien escritas, pero la mayoría ignora casi por completo que, les guste o no, comparten un territorio en disputa con el pueblo palestino. Pero, otras como “Black Space” desarrollan una historia investigativa que, aunque enfoca en la población juvenil de un colegio privilegiado, integra la visión distorsionada que la policía y la población israelí segmentada tiene de la población palestina con que conviven. En toda serie de investigación policiaca, el elemento más importante, aparte del crimen o crímenes cometidos, es el carácter y la historia “detrás de los bastidores” del/a investigador/a. Rami Davidi (Guri Alfi) se nos presenta de inmediato con un ojo nublado y luego con un parcho negro. Ya eso de por sí nos levanta la curiosidad de cuándo le pasó esto y cómo esto ayuda o dificulta su labor como investigador ya que el resto del cuerpo, cara y actitud es casi de un miembro del cuerpo de inteligencia y terrorismo de Mossad. De esa cita con el oftalmólogo, Rami sale de emergencia a investigar un tiroteo todavía en progreso en una escuela secundaria. Aunque para Rami, la investigación preliminar parece indicar que es una masacre tipo Columbine y Parkland de EEUU, la policía insiste en tratarlo como un acto de terrorismo con un saldo de cuatro estudiantes muertos, otros heridos y la mayoría traumatizados por lo ocurrido. La ventaja que tiene Rami sobre los otros miembros de la policía—aparte de que es un excelente investigador que sigue todas las pistas no importa cuán extrañas parezcan—es que él estudió en esta escuela y sabe la estructura, la moral, las preferencias y el bullying que se practica entre los estudiantes y con el visto bueno de la administración.

Rami, vestido de negro de arriba abajo y con mirada (por un ojo), tono de voz y actitud intimidante va a crearle un cerco a todo aquél—sea estudiante, padre/madre o administrador—que él sospeche de saber más de lo que confiesa porque para él todos mienten, todos tienen vidas secretas que esconden de sus padres, otros compañeros de clase y especialmente de los adultos administradores o investigadores. Aunque trabajar solo es su preferencia—como si fuera un investigador privado que dedica 24 horas si fuera necesario para esclarecer un caso—su departamento le impone una joven psicóloga investigadora en problemas juveniles, Morag (Reut Alush), como su asistente. Morag tendrá que imponerse para que la incluya en el proceso de investigación y probarse una y otra vez como analista de pruebas y situaciones. Mientras Rami sigue su investigación con una tenacidad que nada lo distrae, su compañera, Miri (Meirav Shirom), casi llegando a los nueve meses de preñez, lo llama continuamente para recordarle sus responsabilidades como futuro padre.

Durante estos ocho episodios, Rami tendrá que lidiar con una serie de problemas muy serios aparte de investigar para descubrir a lxs culpables de esta masacre. Lo primero es exculpar a los trabajadores palestinos; adentrarse en las relaciones familiares de los estudiantes, especialmente, paterno-filiales; evitar otras muertes tanto de estudiantes como de una madre que no acepta la muerte de su hijo; sus propias obsesiones y su renuencia a estar en una relación que le exige dedicar tiempo que él prefiere pasar en su trabajo de investigación.

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