¿Cómo asumir las externalidades que tienen que ver con el trabajo en línea?

 

Por Giancarlo Vázquez López/CLARIDAD

gvazquez@claridadpuertorico.com

Hay “detalles neurálgicos” que no se están discutiendo respecto a las nuevas relaciones laborales dadas ante la irrupción involuntaria de los cursos en línea. La compensación por los gastos extras que están asumiendo profesores, maestros y estudiantes en sus casas; el tiempo dedicado por los primeros a generar contenidos para sus cursos; y el asunto de accidentes laborales, son algunos de estos detalles.

Así lo destacó la presidenta de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU), en la Universidad de Puerto Rico en Arecibo, Martha Quiñones Domínguez en entrevista con CLARIDAD. Quiñones, profesora de economía y estadística en el Departamento de Ciencias Sociales de dicho recinto, explicó que esto se llama en economía una externalidad,  unos asumen los costos mientras que un grupo en particular obtiene las ganancias.

“En este nuevo contexto laboral el problema es que nos están obligando a asumir unos costos fuera de lo que nos están pagando a nosotros para entonces nosotros cumplir con nuestras obligaciones laborales. A diferencia de los free lancenosotros no somos patronos individuales, somo empleados y por lo tanto no podemos reclamar ninguno de esos costos que estamos invirtiendo en nuestras planillas”.

“Además, de eso estamos pagando internet, luz, brindamos un espacio de nuestras casas, compramos materiales, equipos y hacemos una serie de actividades que anteriormente eso lo pagaba el patrono”, añadió Quiñones.

Estudiantes de escuelas y universidades, tanto públicas como privadas están enfrentando el mismo problema. “Son diferentes escenarios, pero es el mismo problema para todos y todas”. Están asumiendo costos que también debería asumir el patrono. Quiñones mencionó que el tema de las externalidades es uno del que los economistas no hablan mucho porque es uno que se trata siempre con cuestiones del medio ambiente. No obstante aclaró que aplica a todos los procesos donde hay costos externos.

Debido a que ya está establecido en la teoría económica del medio ambiente los sindicatos pueden determinar el costo externo y cuál va a ser la compensación que deben recibir maestros, profesores y estudiantes por asumir dichos costos.

“Son muchos costos externos y no estamos hablando de eso. Estamos hablando de que hay que comprar computadoras internet y nada más pero todo eso requiere unos costos que nadie quiere medir ni decir porque son unos costos externos y a los economistas tradicionales no les gusta hablar de los costos externos porque lógicamente tendrían que discutir como los patronos tienen que resarcir daños a sus trabajadores”, dijo.

Quiñones mencionó que con los fondos que fueron asignados se compensó parte de los daños, pero que tampoco han sido distribuídos como se debe. Considerando que lo más caro es el internet cuestionó por qué no mejor compensar este servicio. A modo de ejemplo expuso que: “A lo mejor los padres podrían comprar una tableta que es más económica pero tienen que pagar internet y si tienen 3 hijos en la casa el internet se sobrecarga. Si el profesor o profesora le envía videos, como nos están pidiendo, más aún”

La mayoría de los estudiantes (pre-universitarios y universitarios) utiliza principalmente el internet de su celular, la universidad o a cualquier fast food. Ante la actual situación del COVID-19 y los altos costos que representa un servicio de internet ilimitado el estudiante se encuentra imposibilitado de un acceso cómodo a dicho servicio, lo que en consecuencia afecta su proceso de aprendizaje y desempeño académico.

Por otra parte, Quiñones expuso otro ejemplo en el que si el maestro se tiene que desplazar en su automóvil para llevar a sus estudiantes el material, está asumiendo un costo adicional. En ese caso que la escuela (o el Departamento de Educación) cubra el gasto de la gasolina o provea al maestro de un carro para efectuar su labor. Además que la escuela pague un seguro choferil y un seguro con la Corporación del Fondo del Seguro del Estado en caso de accidentes laborales. “Aquí eso tampoco está muy claro, cómo es que se va a compensar por estos accidentes”, señaló.

Algunas de las preguntas sugeridas por la profesora en relación a lo anterior son: Yo me puedo quedar en mi casa dando clase pero ¿si yo me caigo en mi casa como yo le demuestro al patrono que ese accidente es laboral y no uno común y corriente? Si como maestra de escuela pública me dicen que tengo que llevarle contenido a mis estudiantes y tengo un accidente en el camino ¿cómo yo demuestro que estaba llevando cosas a mis estudiantes? ¿Cuál sería mi horario laboral? Si la mitad de mis cursos en línea son de 8:00 am a 3:00 pm ¿a qué hora le voy a llevar el material a la otra mitad de mis estudiantes? Son riesgos laborales que hay que discutir.

Mencionó también el caso específico de la sicóloga del recinto UPR-Arecibo que tuvo que utilizar su celular para atender a los estudiantes. Reclamó que no se utilizara parte de los fondos para proveerle un celular que pudiera utilizar específicamente para hacer su trabajo. Ahí viene el caso de otros docentes como trabajadores sociales, psicólogos escolares y orientadores.

Otro asunto que no deja de ser importante es que aquellos profesores que no estaban certificados para dar cursos en línea tuvieron que coger los cursos en línea en verano, algunos tomaron estos cursos en semana santa. Luego tuvieron dos meses para montar el curso. A pesar de que eso se les compensó con una cantidad de $1,600 que no se les va a pagar hasta diciembre, estos profesores trabajaron más en menos tiempo para traducir todo el material que daban presencial a las nuevas plataformas. Quiñones ya estaba certificada y ha ofrecido cursos en línea. Resaltó que a profesores y profesoras como ella les tomó todo un año montar un curso en línea.

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