Cuba ratifica en referendo popular el Nuevo Código de las Familias

Foto toma de Granma

Corresponsal CLARIDAD

 

La Habana, Cuba Con más del 66% de los votos emitidos a favor del “SÍ”, el pueblo cubano ratificó el nuevo Código de las Familias, que legaliza el matrimonio entre personas del mismo sexo y establece las bases para regir los derechos y las responsabilidades de las familias en el país.

¿Está usted de acuerdo con el nuevo Código de las Familias, SÍ o NO?” Esa fue la pregunta a la que respondieron 6,251,786 de cubanos y cubanas que participaron en el referendo popular el pasado 25 de septiembre, una jornada caracterizada por la tranquilidad y la agilidad en el proceso de votación.

En un informe preliminar del Consejo Electoral Nacional de Cuba (CEN), la opción del “SÍ” contaba con el 3,936,790 (66.81%) de los votos, mientras el “NO” sumaba el 1,950,090 (33.19%). Si bien estos resultados no son finales –al cierre de esta edición aún faltaban 36 circunscripciones por completar el recuento–, las cifras muestran una “tendencia irreversible” a favor del Código, según las autoridades. Votó el 74% del padrón electoral.

“El CEN valida estos resultados como válidos y muestran una tendencia irreversible. Posteriormente, se darán a conocer los resultados totales, pero ya se puede confirmar que el Código de las Familias ha sido ratificado”, afirmó la presidenta de ese organismo electoral, Alina Balseiro Gutiérrez, en un mensaje televisado.

Los diputados de la Asamblea Nacional de Cuba ya habían aprobado en julio pasado el Código de las Familias, pero el proyecto necesitaba la ratificación “del soberano” (el pueblo) para su implementación, lo que hace de esta la primera Ley en la historia de Cuba que se lleva a referendo popular.

cubEn términos concretos, el Código legaliza el matrimonio entre parejas del mismo sexo y la adopción de hijos entre estas. También permite la gestación solidaria (subrogada), amplía los derechos y las atenciones a los adultos mayores, y sienta las bases legales para procesar las agresiones en las familias. Por otro lado, amplifica la voz de los menores y sustituye el sistema de uno de patria potestad a responsabilidad parental –este último fue uno de los puntos que mayor resistencia enfrentó dentro de la población.

Para muchos, la nueva Ley –que sustituye al antiguo Código de las Familias de 1975– viene a atemperar la sociedad cubana a los tiempos que corren y a subsanar errores cometidos por la Revolución, como aquellos referentes a la discriminación y marginación de las personas homosexuales, una espina aún muy enterrada en la cultura cubana. Y si bien este código no lo resuelve todo –no son pocos los que opinan que la Revolución debe aún públicamente admitir sus errores y disculparse por ellos–, es visto en la mayoría de la población como un paso de avance y de cambios necesarios en el país.

“Yo creo que es algo bueno que está sucediendo en el país porque tiene muchas cosas que el país necesita [como] la atención a las personas de la tercera edad, cosas de la familia que estaban sueltas todavía. Siempre hay algunas dudas […] en el caso del matrimonio con los gays, que no es una cultura en este país, por lo menos a la edad mía que tengo 60 años y vengo de otra cultura. Pero, por lo general, creo que es bueno que sucedan estas cosas porque es un cambio que el país necesita”, expresa a Claridad Juan del Sol Echemendía, quien votó por el “SÍ” en el referendo.

Para la sociedad cubana, con fuertes vestigios de machismo y homofobia aún enquistados en su población, aprobar un Código de este tipo no es poca cosa. El propio periódico estadounidense de corte conservador The Washington Post se refería así al tema: “El nuevo Código de Familia propuesto estaría entre los más progresistas de América Latina, desafiando una larga tradición de machismo en Cuba”.

El General Raúl Castro conversa con los pioneros luego de emitir su voto. Fotos tomadas de Granma.

Aunque gran parte del apoyo al Código se le atribuye a las nuevas generaciones de cubanos –menos conservadores y más tolerantes a ciertos temas que sus antecesores–, dentro de la llamada generación histórica de la Revolución no fueron pocos los que dieron su aprobación.

“Esto es lo máximo. El Código de las Familias es un complemento que recoge todos los beneficios que ha hecho la Revolución. Nosotros, los que hicimos la Revolución, estamos muy contentos porque es un código para todo el mundo, es un código para prestigiar aún más la personalidad cubana y a la Revolución cubana”, dice René Hernández Delgado, un octagenario jubilado, quien dice no entender cómo hay personas que se opongan a la medida.

Cabe mencionar que la Ley contó con un número considerable de detractores, cuya oposición al Código estuvo matizada por disimiles factores, que van desde la aversión real a ciertos aspectos de la propuesta, así como la falta de información sobre sus componentes, hasta un antagonismo con la dirigencia del país –y, por tanto, votar en contra les sirvió como una especie de voto de castigo.

“Nosotros los cubanos no tenemos una cultura jurídica como para entender qué es lo que quiere decir ese Código. Por eso muchos de nosotros no estamos de acuerdo, como no sabemos, votamos en contra. Hay cosas que no me interesa que se cambien. No estoy de acuerdo con el tema del cambio de la patria potestad, solamente el hecho de cambiarle el nombre sugiere cosas que no conocemos”, opina Yoniel Rodríguez Batista, músico de 36 años, quien considera que no era necesario hacer una Ley tan abarcadora. Aclara, sin embargo, que sí está de acuerdo con “ayudar a que se le de oportunidad a otras personas a tener su vida libremente, por ejemplo, las parejas de unión de hecho afectiva (parejas homosexuales)”.

Previo a su votación en referendo, el Código de las Familias pasó por un proceso de consultas populares. Durante varios meses, el proyecto se debatió y discutió en los municipios de todo el país, en esas discusiones se recogieron las propuestas de los ciudadanos, que finalmente quedaron plasmadas en la medida que ya hoy rige a las familias cubanas.

Cuba hoy ya cuenta con un Código de las Familias que puede nombrarse entre los más avanzados y abarcadores de toda la región, y cuya creación colectiva da cuenta del margen de garantías que otorga la Revolución a la hora de poner en marcha medidas que impactan directamente al pueblo.“Las Revoluciones son un constante cambio”, decía alguien en la fila de uno de los colegios de votación.

Ver el código aqui: https://www.gacetaoficial.gob.cu/sites/default/files/goc-2022-o87.pdf

 

 

 

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