Dedican los actos de Maravilla a Rita Zengotita

Rita se dirige al público. Foto suministrada por el autor

 

Los actos de este año del Cerro Maravilla fueron dedicados a la patriota Rita Elena Zengotita, aquí su semblanza. 

Buenos días a todos y todas. Me han encomendado la tarea de hablarles sobre la vida y obra de mi querida hermana Rita Elena Zengotita Ramos. Muchos saben que no soy orador y, mucho menos comunicador, ya que me pongo muy nervioso y me emociono, pero como se trata de nuestra querida Rita, o Ritín como a veces la llamo, debo hacer un esfuerzo mayor. Pero traje refuerzo por si flaqueo. Pues aquí vamos.

Rita Elena Zengotita Ramos, su nombre lleva en sí algo místico: Santa Rita, Santa Elena, y no olvidemos que es descendiente del Obispo Juan Bautista Zengotita.

Nació el 1 de julio de 1945 en Ponce, hija de José Ángel Zengotita Morales y Elena Ramos Colón. Rita Elena viene de una familia numerosa: es la sexta de doce hijos; tiene más de 15 tíos y tías, y de primos y primas, ni se diga.

Desde muy pequeña, Rita sintió el llamado a servir al prójimo pues le inquietaban la injusticia y la desigualdad social y económica. Sus compañeros de escuela le llamaban “La Abogada” por su defensa de las causas justas, como cuando ella y un grupo de sus compañeros, se negaron a asistir a la graduación de cuarto año de escuela superior ante la negativa de la administración de permitir que los graduandos asistieran con el uniforme escolar.  Rita y sus compañeros sabían que muchas familias no tenían los recursos para comprar ropa nueva para la ocasión.  Este evento marcó el inicio de Rita Zengotita como una fiel militante en defensa de los derechos de la Humanidad.

Década de 1960

En 1963, Rita ingresa a la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, donde obtiene un Bachillerato en Artes con Concentración en Ciencias Políticas y Sociología. En esta década, Rita se casa y luego nace su hijo Carlos Alberto Álvarez Zengotita. Eran los años de la Guerra de Vietnam.  Su hermano Ricardo militaba en el Movimiento Pro Independencia (MPI) y era uno de los muchos jóvenes opositores al servicio militar obligatorio en Puerto Rico. El activismo de su hermano, junto con su  innata sed de justicia, impulsan a Rita a integrarse a la lucha política, a luchar por la libertad de nuestra Patria.

Los nacionalistas

En uno de sus cursos universitarios, a Rita le asignan realizar una práctica en la Penitenciaría Estatal de Puerto Rico, el notorio Oso Blanco.  Es a través de esa experiencia que se enfrenta a las condiciones infrahumanas en que viven los presos y las flagrantes violaciones a sus derechos humanos.  Ahí conoce a varios  nacionalistas encarcelados y se inician unas relaciones de afecto, aprendizaje y apoyo hacia nuestros luchadores y luchadoras que Rita cultiva y mantiene hasta el día de hoy. Entre los nacionalistas, habría que mencionar a don Pepe Rivera Sotomayor, Jacinto Rivera Pérez, Rosa y Lydia Collazo Cortez, Carmín Pérez González, Blanca Canales Torresola, Isabelita Rosado Morales, Juanita Ojeda Maldonado, Doris Torresola, Angelina Torresola, Isolina Rondón, Carmen Bencón, Lolita Lebrón Soto, Rafael Cancel Miranda e Irvin Flores Rodríguez, entre otros.  Al presente, esos afectos y el apoyo inquebrantable de Rita  se han mantenido con igual entrega y firmeza para nuestros héroes y heroínas del presente.

Década de 1970 

Concluidos sus estudios universitarios en 1969, Rita comienza a trabajar como Técnica de Servicios Sociales en el Programa de Incentivos de Servicios Sociales en Caguas.  De ahí pasa a trabajar como Oficial Socio Penal en el Tribunal de Menores, Sala de San Juan, de la Administración de los Tribunales. Integrada al ejercicio de su profesión, pasa a formar parte de la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales (ANTS).  En esos momentos se cuestionaba el enfoque del trabajo social en Puerto Rico, pues se entendía que promovía la dependencia social y económica, sin atacar la raíz de los problemas. ANTS también reclamaba la restitución de las licencias de trabajadora social a las patriotas nacionalistas Blanca Canales Torresola e Isabel Rosado Morales. En todas estas gestiones, Rita se involucró activamente.

Las trabajadoras sociales de ANTS se enfocaron en el trabajo comunitario, sindical y ambiental y se unieron a la campaña por la excarcelación de los cinco (5) presos nacionalistas.  Como parte de ese trabajo, Rita viajó a Cuba, República Dominicana y Perú para asistir a conferencias y encuentros internacionales sobre temas del Trabajo Social. En todos eso foros recabó apoyo para la excarcelación de los presos nacionalistas.

La experiencia como trabajadora social y el trabajo que realizó en ANTS fueron determinantes en la formación de Rita como organizadora y luchadora.  Ahí desarrolló la visión, las destrezas y el conocimiento necesarios para desempeñar exitosamente las tareas que acometió en los años subsiguientes.

12 de Septiembre de 1979

El 12 de septiembre de 1979 o sea hace cuarenta y cuatro (44) años atrás, la vida de Rita dio un giro inesperado.  Fue arrestada junto a los  compañeros Félix Avilés Ortiz y Jorge Delgado Ramos por la expropiación de 800 mil dólares a la compañía Wells Fargo mientras se descargaban valores en la sucursal del Banco de Ponce en Vega Baja. Al grupo se le radicaron cargos por apropiación ilegal, posesión de armas cortas y largas, hurto de auto y otros delitos.  Le impusieron una fianza global de $666,000. En el caso de Rita, la fianza impuesta fue la mayor puesto que la catalogaron como la líder del grupo. Desde el inicio, el caso fue vinculado con las acciones de grupos clandestinos en el país y así fue reseñado en los medios.

Los tres fueron enviados a prisión. Rita fue recluida en la cárcel de mujeres en Vega Baja.  Coincidentemente, el mismo día de su arresto, mientras Rita era encausada y encarcelada, los Cuatro Nacionalistas arribaron a la Patria, libres.  El quinto nacionalista, Andrés Figueroa Cordero, había sido excarcelado un año antes por motivos de enfermedad.  La lucha, en la que Rita había volcado toda su energía y empeño, concluía exitosamente.  Estoy absolutamente seguro de que esta turbulencia en la vida de Rita no opacó la alegría del regreso a casa de los nacionalistas porque, para ella, la felicidad de la libertad, aunque sea de otros, es como si fuera propia. También se fortalecieron los lazos de amistad y su confianza en familiares y amigos, que cuidaron y protegieron a su hijo Carlos mientras ella estuvo encarcelada.

Rita  permaneció en prisión varios días hasta que se logró prestar la fianza. Pero, el 16 de octubre el grupo fue arrestado nuevamente y se le sometieron nuevos cargos.  Rita estuvo encarcelada hasta el 23 de diciembre de 1979, cuando salió de prisión bajo fianza por segunda vez.   Finalmente, el 12 de febrero de 1981, 1 año y 5 meses después del arresto inicial, los cargos contra Rita y sus compañeros fueron archivados por falta de pruebas.

Como consecuencia de su arresto, Rita fue despedida de su puesto como Directora de la Unidad de Orientación del Programa de Tratamiento Alternativo para Prevenir la Delincuencia Callejera. Además, le negaron todos los derechos que había adquirido durante 10 años de servicio.   Posteriormente, Rita descubrió que su nombre había sido incluido en un memorando a la Marina de Guerra de Estados Unidos con los nombres de 25 sospechosos del asesinato de soldados gringos en Puerto Rico.

Por otra parte, el apoyo y la solidaridad que Rita recibió del pueblo y de sus compañeros de lucha le sirvieron de impulso e inspiración para tirarse a la calle más combativa que nunca y continuar la lucha por la independencia de la Patria, junto a los Héroes Nacionalistas recientemente excarcelados.

Década de 1980

Luego del regreso de los nacionalistas, se organiza el Comité Unitario Contra la Represión y por la Defensa de los Presos Políticos (CUCRE), del cual Rita fue cofundadora y portavoz. El CUCRE se crea para brindar apoyo legal, moral y económico a las víctimas de la represión y sus familiares.  Fue instrumento de lucha, denuncia, educación, concientización y organización sobre la violación de los derechos civiles y humanos de los pueblos intervenidos militarmente y de los perseguidos politicamente.  Como portavoz del CUCRE, Rita desplegó una actividad intensa, tanto en Puerto Rico como en el exterior.

La década de 1980 fue de intensa actividad para los luchadores por la independencia de Puerto Rico y los derechos humanos.  Las causas fueron muchas y en todas Rita estuvo en primera fila, denunciando, organizando, apoyando a los arrestados y arrestadas y a los prisioneros políticos y realizando las tareas necesarias, pues no hay tarea demasiado grande o muy pequeña para Rita cuando de la lucha se trata.

Algunas de las causas a las que Rita se entregó, ya fuera como portavoz del CUCRE o para apoyar a otras organizaciones y grupos comunitarios, fueron:

  • campaña contra la presencia del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos en Puerto Rico y el Gran Jurado  Federal;
  • campaña para denunciar las torturas que sufría la prisionera política  Alejandrina Torres, recluida en una Unidad de Máxima Seguridad de una prisión federal;
  • campaña para evitar que el gobierno de México extraditara al prisionero político Guillermo Morales a Estados Unidos y que pudiera recibir asilo político en Cuba;
  • campaña para que la Policía de Puerto Rico cesara de preparar expedientes ilegales, o ¨carpetas”, sobre luchadores independentistas y líderes obreros y comunitarios;
  • campaña para apoyar a los y las rescatadoras de terrenos y a las comunidades en lucha por su derecho a una vivienda digna; y
  • campaña para lograr la salida de la Marina de Guerra de la isla de Vieques, lucha que se prolongó hasta el 2003.

Durante esta década de 1980, entre piquetes, marchas, reuniones y trabajo–porque Rita trabajaba y sigue trabajando–viajó a Cuba, República Dominicana, Trinidad y Tobago, Nicaragua, Guatemala, México, España y Estados Unidos para dar a conocer el caso de Puerto Rico ante distintos foros y recabar apoyo para la excarcelación de nuestros prisioneros políticos.

Década de 1990 hasta el presente

Al iniciarse la década de 1990, Rita participa en la creación del nuevo grupo Ofensiva ’92, el cual evoluciona para convertirse en el Comité Pro Derechos Humanos de Puerto Rico. Ahí encontramos a Rita hoy, laborando con el mismo entusiasmo, la misma dedicación y el amor de siempre.

En 1999, comienza a trabajar en el Colegio de Abogadas y Abogados de Puerto Rico como Coordinadora de Actos Públicos y Culturales. Desde ahí se involucra en el apoyo legal y moral a los desobedientes civiles arrestados por la lucha contra de la Marina Criminal en Vieques; gestiona asistencia legal para los estudiantes durante la huelga universitaria de 2010, para los manifestantes en contra de las políticas antiobreras del gobierno y para los empleados cesanteados por la Ley Núm. 7 del 2009.

Rita continúa, además, viajando al exterior para hacer presente nuestra lucha en foros internacionales.

Rita ha sido y sigue siendo miembro de muchísimos comités, colectivos, asociaciones, grupos de amigos y más.  Ha organizado asambleas, homenajes e históricos actos fúnebres como los de los nacionalistas Irvin Flores Rodríguez, Blanca Canales y Rafael Cancel Miranda.  En los últimos años, Rita se ha dado a la tarea de traer a la luz pública los aportes significativos de las mujeres revolucionarias. Ha levantado su voz para sacarlas del olvido y dar a conocer sus contribuciones, las hazañas de nuestras mujeres en la lucha por la independencia de Puerto Rico.  Nuestra Rita ha sido, conferenciante, oradora, embajadora, ministra sin cartera, cuidadora y ángel guardián de muchos y muchas.

Como las heroínas que le precedieron, Rita es una figura a emular en la lucha por la independencia de Puerto Rico, una valiente e incansable mujer que ha entregado su vida a la lucha por la libertad y los derechos humanos.  Su dedicación y compromiso han sido ejemplares y han servido de inspiración para muchos, y es fiel creyente en las alianzas, en buscar consensos y en apoyar a otras organizaciones.

Hoy día, su activismo continúa siendo relevante, en momentos en que la lucha por la independencia y la justicia social son una necesidad apremiante en Puerto Rico y en muchos otros lugares del mundo.

Rita Elena Zengotita Ramos, con absoluta justicia, ha sido homenajeada en varias ocasiones, en y fuera de Puerto Rico.  Hoy, junto a ustedes, me honro en honrarla.  Salió de Ponce para defender a los desventajados, combatir la injusticia y la desigualdad social y económica y terminó defendiendo los derechos de la Humanidad.   Hoy, cinco décadas después, sigue en esa tarea.

Antes de terminar quiero darle las gracias a la Coordinadora por este homenaje a nuestra querida Rita, por la oportunidad que me brinda, a Evelyn Vázquez Matos por su ayuda en organizar parte de este trabajo y a María de los Ángeles Vázquez por editar el mismo..

Le deseo a nuestra querida Rita, que siempre le acompañe la felicidad que da la lucha, junto a su entrañable compañero y co-conspirador José (Cheo) Mártir Nieves, su amado hijo Carlos Alberto Álvarez y su nuera, Maribel Rodríguez (Cusa),  sus nietos y su extensa familia de sangre, así como su familia de afectos y de lucha.

¡Larga vida, Rita, y feliz lucha!  Muchas gracias.

Texto leído en los actos del Cerro Maravilla en su 45 aniversario.

Edición de: María de los Ángeles Vázquez

 

 

 

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