Por Marissel Hernández Romero (Negra, Académica & Malcriá)
Ilustración por Ahisamar Antonia
Confieso, estimada Beatriz, que tu escrito https://claridadpuertorico.com/sera-otra-cosa-la-negritud-es-un-archipielago/ La negritud es un archipiélago”, publicado en el periódico CLARIDAD me sorprendió mucho. Hay que saberse privilegiada para atreverse a equiparar el sufrimiento y las experiencias de las personas negras con tu lugar de mujer blanca en la isla. Al hacer esto convertiste la lucha negra antirracista en una lucha que tiene que verse desde la culpa y el dolor de la persona blanca. Y es que hasta pareces preocupada por estar “traicionando la blancura”. Y esto es peligroso porque centra la discusión una vez más en la persona blanca. Me pareció problemático que hablaras/escribieras de la experiencia de la negritud desde tu sufrimiento porque muy a tu pesar te identificas como “blanca por azar”. ¿Qué significa ser blanco “por azar”? ¿A caso sugieres que no tienes ninguna responsabilidad para erradicar las desigualdades que sufren las personas negras en el país porque tú no escogiste ser blanca, por ende no es tu problema? Hice una segunda y tercera lectura a tu escrito y entendí que tú, como tantos otros, están haciendo un esfuerzo en ser aliados en un país que ha elegido no escuchar ni hablar sobre el racismo y el problema del discrimen racial. Por eso decidí escribirte, a ti y a todos los aliados que se preguntan, qué hacer, cómo posicionarse e intervenir en las luchas antirracistas que están ocurriendo a nivel mundial y en la isla.
Te reconozco como aliada Beatriz y espero que desde tu posición privilegiada de mujer blanca te atrevas a abogar por las personas que no son blancas como tú; porque sabes que es lo correcto, es importante y porque muchos no tienen el poder de hacerlo por sí mismos. Claro, esto si entendí bien que el propósito de tu escrito era transmitir que se puede empatizar con una persona negra en el contexto que describes, el isleño, el caribeño, pues dices aspirar “[…] a ofrecer unas notas tentativas en pos de lo que me parece una necesaria discusión: qué posición crear, asumir, invitar…”. Aunque percibí que te sabías privilegiada, te reconoces como “una cuerpa blanca”, no pareces aceptarlo porque al fin y al cabo te identificas como “ […]antiblanca por convicción”. Quizás sea necesario revisar lo que significa tener privilegio racial, ese es el primer paso para ser una aliada.
Siempre me llama la atención que muchas personas que aspiran a ser aliadas para poder hablar de la lucha negra tienen que hablar de su sufrimiento como persona blanca. En esta coyuntura no se trata de saber cómo tú te sientes en tu blancura y sí cómo puedes usar el privilegio de tu blancura para construir un Puerto Rico más justo para las personas negras. Ese Puerto Rico que dices amar, pero que en ningún momento cuestionas el racismo sistémico que mantiene a muchos en desventaja económica y social. Un racismo que no te ha permitido encontrar en la isla referencias de escritores y académicos negros. Porque, aunque pareciera que esto es un tema aparte, sabemos que la academia y la literatura boricua, dos mundos a los que perteneces, son dos espacios muy elitistas y blancos y da la impresión de que encontrar un académico o escritor negro es tarea difícil. Pero no lo es Beatriz. Parecería entonces que este problema de la blancura académica te lleva a contradecirte, ya que criticas la condición colonial de nuestra isla y el imperialismo de los Estados Unidos, pero recurres a buscar como referentes a escritores y académicos negros de allá. No es tu culpa que hayas tenido que hacerlo, lo entiendo; la condición colonial nos ha hecho creer que allá hay mejores respuestas para todos nuestros problemas. Solo me pregunto si te cuestionaste ¿qué dicen les escritores y académicos de nuestra isla? Porque tenemos a Mayra Santos Febres, a Yolanda Arroyo Pizarro, Bárbara Idalissee Abadía Rexach, Welmo Romero Joseph, por mencionar algunas personas. Beatriz, ni siquiera pudiste mirar a nuestras hermanas islas caribeñas que tantos pensadores y pensadoras y escritores han dado y trabajan temas antirracistas en el Caribe. A mí rápido me vino a la mente Edouard Glissant, Derek Walcott, Frantz Fanon, Maryse Condé, Jamaica Kincaid y la lista es larga.
Volviendo a tu privilegio, el hecho que tú puedas decir y publicar que te consideras anti-blanca cuando intentas hablar de negritud dice mucho de tu privilegio. Para ponerte un ejemplo, gracias a tu blancura, no tendrás ninguna consecuencia en tu vida profesional, ni tu vida será amenazada por ser antiblanca. Nadie te cuestionará esa afirmación y muchos menos te acusarán de estar prejuiciada contra las personas blancas. Por el contrario, te aplauden un escrito poético y bonito. Lo comparten sin cuestionarte nada, sin cuestionarse nada. ¿Te imaginas que pasaría si yo, mujer negra cuir, me atreviera a decir que soy anti-blanca en Puerto Rico? Estoy 100% segura que solo por atreverme a responderte muchxs de tus allegadxs se molestarán conmigo.
La blancura a la que haces referencia y te incomoda no quita que hayas tenido dificultades en tu vida, significa que tu blancura no ha sido parte de estos sufrimientos o problemas. Vi que puedes marcar todas las casillas de minorías cuando dices “éste [el privilegio], muchas veces, “atenúa” mis deméritos en lo que concierne a otras interpretaciones de la ideología dominante: las de género, las de orientación sexual, las de pensamiento político, las de experiencia espiritual.” menos la casilla de negra y parece que eso te molesta. No estamos compitiendo por quién es más o menos oprimidx. La lucha anti-racista en Puerto Rico, y en el mundo, quiere transformar la visión que se tiene de las personas negras y abrir caminos y puertas a mejores condiciones de vida, al derecho de vivir sin miedo y dignamente. No queremos ni pretendemos negar ni silenciar otras luchas.
Por lo que narras veo que estás consciente que no debes usar insulto racial (racial slur), pero ¿te fijaste como empleas el tokenismo en tu texto? ¿O cómo te apropias de la condición de ser negro? Esto también es privilegio blanco que tanto pareces aborrecer. Parece que lees a James Baldwin como tu guía espiritual en la lucha anti-blanca que llevas. Pero por supuesto que le escogerías a él, ¿Cómo te van a decir racista si lees a un escritor afroamericano que fue importantísimo en la lucha antirracista en los Estados Unidos? Es así como pareces ser inclusiva en tu lucha contra el blanqueamiento en Puerto Rico, sin embargo, tu escrito no refleja un compromiso con la lucha antirracista. Si bien tienes buenas intenciones, te recomiendo explorar profundamente tus prejuicios personales para que así puedas entender cómo tu texto contribuye al racismo persistente en la isla. Porque querida Beatriz, de nada nos sirve a las personas negras que el país se reconozca como un pueblo afrodescendiente y te parezca “agenda política imperiosa y vital” si unos pocos van a disfrutar de ciertos privilegios. Que ser afrodescendiente no te hace negro y mucho menos te permite apropiarte de nuestra negritud. Concluyo con esta interrogante ¿por qué tu lucha es anti-blancura y no antirracista?