Editorial: Bad Bunny: una celebración de determinación y resistencia

 

En Puerto Rico, la mayoría de nuestra gente, está viviendo mal desde hace mucho tiempo. Últimamente, han explotado al unísono los problemas que se han incubado por décadas. La infraestructura abandonada, el desplazamiento de comunidades y barrios, los efectos de la erosión en las costas, el despojo del patrimonio natural y edificado de nuestro pueblo, la corrupción pública y privada y la presión carroñera de los buitres financieros, son solo algunos de los problemas que confrontamos en esta colonia en deterioro acelerado. Sin embargo, nada de eso impidió que el país completo se paralizara el fin de semana pasado para irse de fiesta con Bad Bunny. En más de dos millones de personas se calculó la audiencia que, ya personalmente, por televisión o a través de plataformas digitales, accedieron a las presentaciones del artista urbano puertorriqueño más altamente cotizado en el mundo entero. Quiso él venir personalmente a presentar su más reciente álbum “Un verano sin ti” y a compartir con su pueblo el éxito sin precedentes que el mismo está obteniendo en las plataformas que miden el movimiento de los temas en los llamados “playlists”, de donde ahora se accede y se escucha la música. El álbum ha sido descrito como “una carta de amor a Puerto Rico”, en la publicación digital de la National Public Radio (NPR) de Estados Unidos.

El artista, cuyo nombre de pila es Benito Antonio Martínez Ocasio, es una de las pocas figuras puertorriqueñas que, a sus  28 años, ya es considerado  como un “profeta en su tierra”. Tiene una fanaticada impresionante y fiel que, por decenas de miles, lo sigue a todas partes, especialmente integrantes de las más jóvenes generaciones de puertorriqueños y puertorriqueñas. Estas son las generaciones que han nacido durante las décadas aciagas recientes, cuando el régimen colonial se muestra en toda su podredumbre, decadencia e impotencia para brindar soluciones a los asuntos esenciales de la gente, y mucho menos ofrecerles  oportunidades de estudio, trabajo, retiro  y vida digna. Tal vez por eso, en esta ocasión la audiencia de Benito trascendió generaciones, clases sociales y edades. Frente a tantos problemas-  la mayoría de ellos creados por una combinación fatal entre la metrópolis colonial alejada e indiferente, y unas administraciones de gobierno incompetentes y corruptas- nuestro país necesitaba el espectáculo  gratuito y solidario  que nos trajo el más internacional de nuestros artistas.

Puerto Rico ha sido un tema recurrente en la carrera de Bad Bunny  desde sus mismos comienzos. Ya desde el año 2018, el artista hacía profesión de fe como puertorriqueño durante su participación en un reconocido programa navideño televisado. Su canción esa noche, titulada Desde el corazón, hacía honor a sus raíces y reafirmaba su identidad boricua. Su verso inicial decía: “Benito Martínez. De Puerto Rico. Empezamos de abajo. Ahora somos rico´. Pero nunca olvido de donde salí. Y donde fue que mi primer tema escribí.”  Y por ahí seguía, contando su historia, nombrando a sus ídolos musicales de aquí, y  agradeciéndole a su familia, y a la vida, el haber nacido y haberse criado en Puerto Rico.

Para las generaciones que siguen su música, y que se identifican con su persona y sus logros, el mensaje de orgullo nacional que les transmite el artista les da esperanzas. Se miran en su espejo, y ven reflejadas sus aspiraciones de también ser “profetas en su tierra”, y no tener que emigrar o desplazarse de sus comunidades y barrios porque en su país se les cierran las puertas. Es un mensaje emocional y también racional, porque instintivamente refuerza el deseo natural de quedarse, trabajar, luchar y prevalecer en el país natal, cerca de su entorno, familia y querencias. Por eso, nadie debería reprochar que la música y las expresiones de este artista puertorriqueño singular reflejen la frustración e insatisfacción de las y los demás jóvenes, a quienes la decadencia del régimen colonial en Puerto Rico les está robando el sueño de poder estudiar, trabajar y vivir aquí, y gozar de oportunidades para una vida digna y en plenitud. Al describir el tema El apagón, el periodista de la publicación de NPR que reseña el álbum de Bad Bunny escribe lo siguiente: “Al reflejar la realidad de la infraestructura abandonada y el desplazamiento poblacional como productos de una colonización continuada, la canción es una celebración de determinación y resistencia- un componente integral de la música puertorriqueña desde Maelo hasta Benito”.    

En CLARIDAD decimos que es también una celebración de la nación puertorriqueña la cual se manifiesta en toda su diversidad, aún en las más difíciles y adversas circunstancias. En el caso de Puerto Rico, primeramente colonia de España por 400 años, y desde hace 124 años colonia de Estados Unidos, el más poderoso imperio  de la modernidad, es casi increíble que transcurrido tanto tiempo, y luego de sufrir  tanta maldad, injurias, mentiras, robos, injusticias y engaños, este pueblo resista aún, con tanto valor y tenacidad, y su carácter nacional se manifieste con tanta  fuerza. Está comprobado una y otra vez en la historia, que las naciones no pueden ser sofocadas por  la fuerza. No ha podido España con Cataluña y el País Vasco, ni tampoco  Gran Bretaña con Irlanda y Escocia. Tampoco ha podido ni podrá Estados Unidos, y sus alcahuetes del patio, prevalecer en su pretensión de sofocar y aniquilar la nación puertorriqueña.

 

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