Especial para En Rojo
En YouTube hay una vídeo con imágenes sucesivas y dispares que ilustran, según el usuario peaceonearthforu, la lectura pública del Puerto Rican Obituary de Pedro Pietri. La descripción no indica dónde o cuándo fue la lectura, solo el año de publicación de la obra, 1973. Poco más informa este recuadro o el mismo video.
En plena ejecución de su poesía a viva voz, al estilo del spoken word, el público ríe, a coro, en varias ocasiones. Pietri continúa. El público invisible pero sonoro, ríe, no solo en momentos jocosos, como en plena burla a las jerarquías laborales – “assistant, assistant /assistant /to the assistant’s assistant”–, sino en el meollo del poema, cuando más trágicamente se expresa esa voz poética:
Juan
died waiting for his number to hit
Miguel
died waiting for the welfare check
to come and go and come again
Milagros
died waiting for her ten children
to grow up and work
so she could quit working
Olga
died waiting for a five dollar raise
Manuel
died waiting for his supervisor to drop dead
so he could get a promotion.
Esta “épica al revés”[1], adujo José Quiroga, no va sobre “los logros de una comunidad, sino una especie de fracaso de una comunidad”. “No es un texto celebratorio […] De hecho, está escrito desde un final trágico y desde ahí se reconstruye”, anotó.
El “Obituario” no ofrece salidas a esta pesadilla capitalista. Si bien el poema (y la poesía de Pietri), emplea el humor[2], también hace hincapié en los estragos de esa maquinaria económica avasalladora que provoca, más que la muerte, una existencia apabullante marcada por el desaliento, la explotación, la incomunicación (entre la tierra y entre la gente) y la amargura.Viven y mueren resintiendo las miserias del otro. Una vez más el público del video se desternilla con el infierno de Manuel, Olga, Milagros, Miguel y Juan.
¿Por qué ríe este público invisible? Ya se lo preguntaba otro usuario en la caja de comentarios de YouTube. Alguien responde, intercambian comentarios. No sabemos. “Qué bizarre”, dice el primero. El audio se corta antes de acabar el poema y lo último que escuchamos son las carcajadas provocadas por los siguientes versos: “Manuel/died hating all of them / Juan/Miguel/Milagros/ and Olga / because they all spoke broken english/ more fluently than he did.”
El “Obituario” pega tan cerca que ya, en 1973 o 2024, en Nueva York o San Juan, en Boston o Arecibo, la risa indulta y exime de verse parte de esa comunidad. Ese no soy yo…Aunque el sino y la carcajada desubicada se repitan y se conjuren una vez más en Miguel, en Manuel, Olga, Juan o Milagros: en quien sea, pero no en mí.
Notas