Esta No es una lista de los mejores libros del 2023-1ra.parte

 

En Rojo

 

0.Esta NO es una lista de los mejores libros del año Si revisan los En Rojo de hace una década, verán que hay años en los que ni siquiera publicamos una lista. En 2023 hemos decidido hacer un inventario de aquellas publicaciones que nos parecen de interés por diferentes razones. Además, quisiéramos presentar algunos argumentos sobre esa vaina de las enumeraciones y sobre qué es “bueno” en la literatura.

Una lista de los mejores libros del año puede tener ciertas limitaciones. La primera es que es imposible leerse todas las publicaciones en un año. ¡Qué diablos, en un mes! Son centenares y nadie tendría tiempo de pasar juicio sobre ellas. Por otro lado, es muy difícil capturar la diversidad y subjetividad de los gustos y preferencias de cada persona. Además, la calidad y el impacto de un libro pueden ser evaluados de diferentes maneras por diferentes personas. No podemos negar que las listas pueden verse influenciadas por factores como la popularidad, las tendencias actuales o las estrategias de mercadeo, lo que puede no reflejar necesariamente la calidad literaria de un libro. Por lo tanto, es importante recordar que la elección de un libro es un asunto personal y subjetivo, y puede variar según los intereses y las experiencias individuales de cada lector.

  1. Fíjense que hemos hablado de calidad literaria. Eso también es subjetivo. Pero no hay que exagerar. Existen varios criterios que se pueden utilizar para evaluar la calidad de un libro. Nos atrevemos a proponer algunos.

Cuando se trata de narraciones, la forma en que se cuenta la historia y el estilo de escritura pueden ser aspectos importantes. Algunas personas pueden preferir una narrativa ágil y dinámica, mientras que otras pueden disfrutar de un estilo más descriptivo y detallado. Algunos, como el que esto escribe, añaden a esas preferencias, la experimentación.

De igual manera, la creación de personajes convincentes y su desarrollo a lo largo de la historia pueden ser un indicador de calidad. Personajes complejos, realistas y bien desarrollados suelen ser apreciados por lectores.

Además, la originalidad de la trama y la capacidad del autor para presentar nuevas ideas o perspectivas pueden hacer que un libro se destaque. Algunas personas valoran la creatividad y la innovación en la literatura.

Por otra parte, la capacidad de un libro para generar emociones en los lectores puede ser un factor determinante. Algunas personas valoran la habilidad del autor para transmitir emociones como la empatía, la tristeza, la alegría o el miedo a través de la escritura

  1. ¿Y qué podríamos decir de los poemarios? La poesía se caracteriza por su uso único y evocador del lenguaje. La originalidad y la creatividad en la forma en que se utiliza el lenguaje poético, la creación de un nuevo modo de expresión particular con materiales centenarios -las palabras- y creados en comunidad, son buenos criterios de calidad.

La poesía a menudo busca transmitir emociones y reflexiones profundas a través de la brevedad y la concisión. La profundidad de los temas abordados y el impacto emocional que genera pueden ser factores a considerar al hacer una lista de libros de poesía del año.

El estilo y el ritmo de la poesía son elementos fundamentales. La forma en que se juega con las palabras, el uso de la métrica, las rimas y, más importante aún, la musicalidad podrían ser criterios relevantes para evaluar la calidad de un libro de poesía.

  1. Hemos leído una cantidad considerable de libros en el año. Es algo que disfrutamos y, además, es un asunto relacionado con la profesión. Pero nos gustaría señalar algunos libros que creemos deben leerse en función de ampliar el horizonte literario y reconocer el trabajo de muchas y muchos.

Así, por ejemplo, acabamos de leer la novela Borinquen Field, de Marta Aponte, publicada por Educación Emergente hace apenas unas semanas. Trama llena de espejos. Uno de los personajes es María Clara Zimmerman de Branco, una escritora brasileña que escribe un novela titulada Borinquen Field. Asistimos al proceso de traducción, que realiza la la hijastra del protagonista, Fernando Lamas.  Éste, a su vez, quiere escribir ese libro que resuelva un enigma. Se trata de un hombre “perseguido por un espanto” que tiene como tema principal de sus investigaciones a “los ciudadanos del cielo”. Lamas es un personaje complejo -lo que para nosotros es ganancia- poseído por un espíritu senegalés y por el de un piloto estadounidense que se estrelló en los terrenos de la base donde durante la guerra “hubo una epidemia de espíritus” (p.52). Otra vez Aponte nos ofrece un texto detectivesco como solo ella sabe hacerlo. Pero no es solo eso. A mí me gusta porque hay en la novela momentos en los que los personajes se encuentran envueltos en el tejido textual -valga la redundancia- y se reflexiona sobre la misma poética de la escritura.

Ayer mismo leí Puro paisaje, de Lourdes Vázquez. Publicado por La Criba, son relatos de pura precisión en el lenguaje.  Belleza en la selección léxica y en el modo de narrar buscando las sinuosidades de la lengua. Es el primer libro en prosa que leo de esta poeta importante.

Siguiendo con la narrativa, nos gusta particularmente Babylon Baby, opera prima del periodista Eugenio Hopgood Dávila, publicada por la Secta de los Perros. Son nueve cuentos precedidos por una novela corta que le da título al libro. No es regalado leerlo pensando en algunos relatos de Díaz Valcárcel o la injustamente olvidada, Los reptiles incautos, de Edgardo Jusino Campos. Los otros relatos, nos acercan a Santurce, San Juan y los callejones de lo perverso en los trasfondos urbanos.

En esa misma línea urbana y violenta, Mandamás de Manolo Núñez Negrón, es la historia de Isabelo, alias Nenuco, un narco con un tigre que se llama, no faltaba más, Chester. Manolo es de estos narradores que es capaz de ofrecernos un texto duro, realista, con pinceladas de humor.

Por otro lado, se publicó Cuentos completos, de Manuel Ramos Otero, compilada, prologada y anotada por Arnaldo Cruz Malavé.  Coeditada por Ediciones Callejón y la Editorial del ICP, pone a la disposición de lectores y estudiosos la obra narrativa de uno de nuestros más importantes escritores.

A principios del 2023 se publicó Demonios,  de Huáscar Robles. Sobre esta novela a dicho Diamela Eltit :”Demonios … se inscribe en ese segmento que porta la tradición de la literatura caribeña marcada por un humor punzante desde donde es posible leer signos que permiten pensar, de manera crítica, el devenir social. (…) Con una ineludible maestría, Huáscar Robles consigue inscribir el universo en que transitan sus personajes, acudiendo a procedimientos fundados en una estética literaria infatigable.”. No tengo más que agregar.

Junto con la de Huáscar se publicó El trasero grande de la muerte, de Dorothy Bell Ferrer. Como la de Robles, tiene el sello de la Secta de los perros, así que nos tomamos la libertad de citar a Melanie Pérez, que sobre El trasero nos dice:  «este libro plantea un génesis de otros temas de discusión muy oportunos en la esfera pública puertorriqueña sobre qué se desea y dónde entra el goce en las fórmulas higienizadas para la disciplina social políticamente correctas de hoy en día. Parece advertir que no hay que olvidarse del goce en la disciplina de los nuevos lenguajes que vamos creando en medio del vacío de orden que significa la crisis. El goce, sobra decirlo, no es igual para todes, porque cada cual tiene su propio motor, su propia a pequeña clavada en el inconsciente. Por la valentía de las preguntas que propone el relato y la complejidad con la que las encara, me parece que es una gran primera novela que abrirá muchas discusiones”. Secundamos la moción.

Otro libro que se publicó este año es Indóciles: nueva visita al laberinto, del amigo Mario R. Cancel Rivera, publicado por Laberinto. Se nos preguntará qué hace un libro de ensayos en este comentario si estoy hablando de libros de literatura. Ni siquiera voy a contestar esa pregunta. Cancel es un escritor prolífico. Sus artículos en diferentes revistas, periódicos y blogs así lo certifican. Pero, al igual que sucede con los cinco ensayos que componen este libro, su manera de historiar es amena y siempre establece vínculos con la literatura. Cuando se refiere a Hostos, por dar un ejemplo, analiza La peregrinación de Bayoán, con una mirada historiográfica que se une a un virtuoso análisis literario.

Por otro lado, si fuésemos a reducir este comentario a poemarios tendríamos mucho más de un centenar. En la isla se publica mucha poesía, buena poesía. Eso, a pesar de que se dice que “la poesía no vende”. La afirmación es de una impertinencia que da risa. Algunas editoriales responden a esa falacia haciendo lo que hay que hacer: publicando poesía. De esta guisa, el Colectivo Editorial Luscinia creo la Colección Pangea. Acaban de publicar siete poemarios: Antónima, de Kristine Drowne; Verdemar, de Lorna Polo; Mediodía, de Ana-Lorreanne Colón; Ósea, de Gabriela Joglar Burrowes; Escafandra, de René Rodríguez Ramírez; El barro, de Sylvia T. Domenech; e Intermedio, de José Orlando Sued, escritor y presidente de la editorial. Para Sued, la colección parte de la idea de que “no podemos permitir que la ‘realidad del mercado’ o cualquier otro interés comercial sea el que determine qué obras publicamos”.

Si fuéramos a mencionar los mejores poemarios que se publicaron este año tendríamos que mencionar una decena. No exagero. En Puerto Rico se publica muy buena poesía. Dentro de esos buenos, Salmo a la saliva de John Doe, de Rosa Vanessa Otero, publicado por Isla Negra. Otero es una poeta reconocida con una obra notable. Este libro que mencionamos es un homenaje -y diálogo- con nuestro místico nacional: Francisco Matos Paoli y su libro fundamental: Canto de la locura. La poeta reescribe con su propia voz el trazo delirante con el que don Paco marcó las paredes de la cárcel en la que fraguó su canto.

Entre tanto amarillo, de Amanda Hernández es un poemario que se lee como si pequeñas luces formaran una hermosa cadena -llamo hermoso a lo trágico, a lo oscuro llamo luz-.  De Amanda, ha escrito largamente y con alto juicio crítico el inquieto intelectual Jorge Lefevre Tavárez. Les remito a ese análisis. Hernández es además, junto a la poeta Nicole Delgado, directora de La Impresora, una editorial que funciona de manera muy efectiva haciendo gestoría y promoción cultural desde Isabela a todo el país y más allá.

Con Canción del arroyo ausente, publicada por la prestigiosa Ugly Duckling Press, Sabrina Ramos Rubén confirma lo que ya sabíamos con Mangle rojo y Charco hondo. Es una de nuestras mejores poetas contemporáneas. Nadie como ella convierte lo amoroso, lo erótico, lo maternal, lo cotidiano, en un sublime entramado de versos que usan el ecosistema marítimo en universo metafórico.

  1. Apenas hemos mencionado un puñado de libros. No son todos los que están ni están todos los que son. Solo quisimos hacer inventario de aquellas publicaciones que nos parecen de interés por diferentes razones. Sabemos que faltan antologías que han sido importantes y que permiten un análisis más amplio de la producción literaria. Además, quisimos presentar algunos argumentos sobre esa vaina de las enumeraciones y sobre qué es “bueno” en la literatura.

En la segunda parte de esta NO LISTA, abundaremos un poco más.

  1. ¿Hablamos de mercado de libros? ¿Dijimos que vender bien no es sinónimo de buena literatura? Sí. Sin embargo, ¿no son los libreros excelentes lectores? Por supuesto, en cada librería hay unos libros que se mueven más que otros. Depende de varios factores, entre ellos, los criterios y gustos de cada uno. Tampoco es lo mismo San Juan que Ponce.

Demos dos ejemplos. Le preguntamos cuáles son los libros que más se venden a Tamara Yantín, quien pone a alumbrar a El Candil, la mejor librería del área sur. Esta es su lista: 1. Las madres, Esmeralda Santiago; 2. El jefe, María de los Ángeles Vázquez; 3. Juan Mari Brás 4. El ciudadano puertorriqueño, Ángel Pérez Soler; 5. Memorias de Sila Calderón; 6. La generación que tomó las calles, Manuel de J. González; 7. Las nanas del coquí, Georgina Lázaro; 8. El secreto de mi padre, Silverio Pérez; 9. Fiesta en la colonia, Luis Rey Quiñones; 10. Dónde, Eduardo Lalo; 11. Hostos: La biografía, de Reynaldo Marcos Padua.

Le hicimos la misma pregunta a Luis Negrón, el escritor y librero que tiene en La Esquina en Río Piedras, una casa para libre, lectores y escritores. Nos dividió la respuesta en narrativa y poesía. No menciono su Mundo cruel, que nos consta es el más vendido. Su lista es: Mandamás, de Manolo Núñez; Hambre nueva, Carlos Colón; El trasero grande de la muerte, Dorothy Bell Ferrer; Mujeres violentas, Mayra Santos; Puro Paisaje, Lourdes Vázquez; Grindr/ano, Alexis Aguirre; Temporada, Rosaura Rodríguez; Las siete partidas, Carlos Vázquez Cruz; Demonios, Huáscar Robles; Exquisito Cadáver, de Rafael Acevedo, en narrativa.

Libros de poesía: Islas adyacentes, Nicole Cecilia Delgado; La hipoteca, Gamelyn O. Sierra; Los heraldos negros, César Vallejo; Canción del arroyo ausente, Sabrina Ramos; Herrumbre, Jean Burset; Ya no hay extrañeza, Gegman Lee; Helio, Xavier Valcárcel;  y Elegía franca.

Como ven, hay grandes diferencias. Una librería en Ponce tiene su énfasis en el ensayo. Otra en Río Piedras en cuento, novela y -certificando que es una falacia aquello que mencionábamos al principio- ¡poesía! Estamos seguros que habrá algunas coincidencias y muchas diferencias si tuviéramos listas de excelentes librerías como Laberinto, en San Juan; Mágica, en Río Piedras; o la renovada The Bookmark, en San Patricio. Si preguntáramos a las editoriales tendríamos otras interesantes perspectivas.

Coda: los más sesudos se preguntarán por qué usamos el plural en esta nota. Les digo. Suena más objetivo y neutral. Puede dar el sentido de múltiples perspectivas. Además, puedo argumentar sobre un amplio conjunto de casos. Si no les parece convincente, lo hago con toque irónico sobre una convención académica que, espero, pronto esté en desuso. La segunda parte la escribo en primera persona.

 

 

 

 

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