Estudiantes: liderazgo responsable y afirmativo en el Recinto de Ciencias Médicas

Estudiantes sobre verja UPR 26 de abil del 2010

 

La saga de la doctora Ilka Ríos y su nombramiento y conflictivo regreso como Rectora del Recinto de Ciencias Médicas (RCM),  tras haber sido destituida de la misma  posición un año atrás por razones de mucho peso, debe servir de lección a toda la sociedad puertorriqueña.

La desafortunada selección de una rectora que obviamente no gozaba de la confianza de la comunidad universitaria que pretendía dirigir, y el consenso que se generó para oponerse a ella entre dicha comunidad, ha servido para poner de manifiesto lo mucho que han cambiado ciertas cosas en Puerto Rico. Ahora, el verdadero liderazgo que nuestro país necesita se encuentra fuera de las cúpulas del poder. Está en la inteligencia, fortaleza, determinación e integridad moral de quienes rechazan las componendas y los chanchullos de gobiernos y autoridades que atentan y son contrarios a sus mejores intereses.

En este conflicto, quedó muy mal parada la suprema autoridad de la Universidad de Puerto Rico (UPR), que son su Junta de Gobierno y su Presidente. Atropelladamente impulsaron y aprobaron el regreso de una rectora al RCM, a sabiendas de que no contaba con el respaldo de la comunidad universitaria allí porque sus actuaciones ya una vez habían forzado su destitución. Obedecieron a quienes les presionaron, dejaron al descubierto su debilidad y generaron desconfianza hacia dentro y fuera de la UPR. No demostraron tener el calibre intelectual y moral, ni las competencias mínimas para dirigir la UPR al más alto nivel. Con estas autoridades, nombradas por el Gobernador de turno, nuestra Universidad está muy mal servida.

El verdadero liderazgo universitario está en el otro lado. Las y los estudiantes, las y los facultativos y empleados del RCM, que se unieron en oposición y protesta al nombramiento de la doctora Ríos, y hoy  tienen razones de sobra para sentirse orgullosos de la posición de principios que asumieron y la presión racional, organizada y civilizada que ejercieron, hasta lograr, tras 25 días de intensa lucha, la destitución de la polémica funcionaria.

Esto fue posible gracias al logro de una coalición amplia de sectores universitarios, desde la Junta Universitaria, hasta decanos, directores de departamento, asociaciones de profesores y empleados, consejos de estudiantes, en fin, un junte ejemplar de lo que constituye una verdadera comunidad universitaria. Además, el proceso logró el respaldo de una gama de entidades profesionales relacionadas  a la salud, que sirvió para amplificat la importancia del RCM para el sistema de salud puertorriqueño.

Por su parte, la doctora Ríos se hizo un flaco servicio a sí misma, y a la imagen de académica seria que debe proyectar,  con sus desatinadas expresiones públicas en las múltiples entrevistas de prensa que concedió durante las horas en  que esperaba por la decisión de la Junta de Gobierno sobre su permanencia o salida del RCM. A la doctora le hubiera servido mejor mostrar una actitud menos desafiante y vengativa.

Lamentablemente, el desenlace de este asunto estaba escrito en la.pared desde el principio. En años recientes el RCM ha atravesado por períodos de un gran vacío de liderazgo que ha generado inestabilidad y continuos cambios en los puestos administrativos. Ya la comunidad del RCM clamaba por un alto a los vaivenes, y mayor transparencia y participación en la gobernanza.

Lo resumió contundentemente el presidente del Colegio de Médicos de Puerto Rico, quien calificó el nombramiento de Ríos como «insalvable» y sabiamente le aconsejó que renunciara al cargo, en aras de la estabilidad del RCM. Por su parte, las y los estudiantes, facultativos y empleados del RCM supieron llenar el vacío con un liderazgo afirmativo y responsable que desembocó en el logro de su principal objetivo.

Ahora, es necesario que las autoridades universitarias, quienes son  responsables por el nombramiento de un nuevo rector o rectora para el RCM, actúen con la madurez, prudencia y  respeto que exige el momento y tomen con mucha seriedad las opiniones de los sectores que van a ser impactados por la llegada del nuevo rector o rectora. Lo menos que necesita la UPR hoy es una nueva fuente de conflicto en el RCM.

Puerto Rico es privilegiado por la calidad de sus profesionales de la salud, los cuales son producidos principalmente por el RCM. Por lo tanto, la permanencia, estabilidad y buena gobernanza de dicho recinto debe estar al tope de las prioridades de nuestro País. Ese debe ser el norte que guíe cualquier proceso que se impulse y cualquier decisión que se tome que afecta el presente y el futuro del  Recinto de Ciencias Médicas.

 

 

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