Corresponsal de CLARIDAD
La Habana, Cuba-El gobierno de los Estados Unidos volvió a incluir a Cuba en su lista de países que supuestamente violan sistemáticamente la libertad religiosa.
En un informe publicado en diciembre de 2022, el Departamento de Estado colocó a la isla en su lista de “Países de Especial Preocupación” en la que también colocó a otros como Nicaragua, China, Rusia, Irán o Vietnam.
Washington afirma que en el país caribeño no existe “libertad religiosa”, pero líderes religiosos cubanos, consultados por CLARIDAD, opinan diferente, aseguran que se trata de una excusa para dañar la imagen del país caribeño y justificar la imposición de más sanciones.
“Yo creo que deberíamos empezar por preguntar qué están entendiendo ellos por libertad religiosa. Porque si libertad religiosa se entiende como la libertad que tiene cada persona de vivir su fe, de creer, de participar y enriquecer su vida espiritual, aquí no hay ningún problema con eso. Aquí tenemos muchas diferentes religiones y cada persona es libre de participar en los espacios, en los servicios, en el enriquecimiento de su vida espiritual”, asevera Izette Samá Hernández, Coordinadora Ejecutiva del Centro Memorial Centro Martin Luther King (CMMLK), una organización macroecuménica de inspiración cristiana con sede en La Habana.
En la misma línea opina Kirenia Criado Pérez, Teóloga y Pastora de la Iglesia Amigos Cuáqueros de La Habana, comunidad cristiana protestante, cuyo origen se remonta al siglo VXII y que llegó a Cuba a mediados del siglo pasado proveniente de los Estados Unidos.
“Mira, yo creo que eso también es un mecanismo mediático para desestimar la imagen que Cuba tiene en el mundo y su apuesta por los derechos y su apuesta por una dignidad que se ha ganado y un testimonio que se ha ganado a nivel mundial. Entonces, yo creo que ese es otro elemento más para seguir dañando la imagen de Cuba y también para seguir justificando sus tantos años de bloqueo que hemos tenido hasta ahora”, comenta Criado Pérez sobre la decisión de Washington de incluir a su país en la lista.
La administración del presidente Joe Biden acusa a las autoridades cubanas de “perseguir regularmente” a líderes religiosos y someterlos a detención, interrogatorios y amenazas. Desde la Casa Blanca se han referido a los varios líderes religiosos que fueron arrestados durante las protestas del 11 de julio de 2021, que tuvieron lugar en La Habana y otras provincias del país.
Sin embargo, miembros de la comunidad cristiana en Cuba desmienten que los arrestos hayan sido por cuestiones religiosas.
Según Samá Hernández, quien ha participado activamente atendiendo a los líderes religiosos detenidos el 11 de julio, el arresto de estas personas “tiene que ver con esa participación y no porque eran líderes religiosos ni porque tenían una vida de fe.”
Criado Pérez, por su parte, argumenta que a situaciones de tensión social como las ocurridas hace dos años en la isla “se le ha querido dar una connotación religiosa para esconder las estrategias políticas que esconden esos grupos religiosos”, algo que para ella se trata de una estrategia regional para “colocar una campaña política en clave de campaña religiosa para desmontar procesos y movimientos en América Latina.”
La inclusión en esta lista unilateral, expone a Cuba a posibles sanciones de Washington como la cancelación de intercambios científicos y culturales y el bloqueo de préstamos o restricciones de exportaciones, un panorama que, denuncian, no hará más que agravar las condiciones de vida de los cubanos.
“[Estar en esta lista] priva al pueblo cubano de tener facilidades económicas, pero también facilidades culturales y espirituales, libertad de viajar, de participar en otros espacios. Yo creo que a quien más afectan todas las sanciones contra Cuba es al pueblo, no a otras personas”, dice la Coordinadora del CMMLK.
En Cuba existen más de 1,850 organizaciones e instituciones religiosas reconocidas y cuya membresía alcanza más de un 1,500,000 personas. Se estima que la mayor parte de la población se considera católica o practica la religión afrocubana, aunque en los últimos años han cobrado fuerza las iglesias protestantes.
Para personas como Samá Hernández, hace falta ver de cerca esta realidad para entenderla. “Yo creo que la mejor manera es venir, ver y participar [de] la experiencia de la Iglesia cubana o de la práctica de otras religiones. Quien no ha tenido esa experiencia puede, lamentablemente, creer que no hay libertad religiosa, pero muchas de las personas que vienen se dan cuenta de que la vivencia espiritual que tienen nuestras comunidades, nuestras iglesias, nuestras organizaciones, asociaciones, es viva.”
Para muchos de aquellos que, día a día, practican alguna religión en Cuba, la inclusión de su país en una lista de países en los que presuntamente no existe libertad religiosa no tiene sentido –más allá de las aspiraciones del gobierno norteamericano de dañar al pueblo cubano.
“Sí hay libertad religiosa en Cuba. Yo, quien decidió vivir en Cuba y hacer mi vocación pastoral y mi labor teológica en este país, lo he vivido con libertad, lo sigo viviendo con libertad y con seguridad lo viviré con libertad en Cuba”, subraya la pastora y teóloga.