Hablar con sabiduría, enseñar con amor

 

Especial para En Rojo

Este es el lema de la campaña de Cuaresma que, este año 2022, los obispos católicos de Brasil (CNBB) proponen como forma de actualizar la propuesta pascual de Jesús en el mundo actual, à través de una educación que nos lleve al diálogo, a relaciones sociales y políticas que favorezcan una sociedad basada en la fraternidad universal y amistad social.

En estos días, los medios de comunicación sólo hablan de la guerra entre Rusia y Ucrania, sin contextualizar la responsabilidad del gobierno de Estados Unidos y de Occidente en este conflicto que, como en todas las guerras, no tiene justificación. Más que nunca, la propuesta de una campaña educativa por la Paz y la Justicia es urgente y oportuna.

Hace más de 50 años, el psicólogo Erich Fromm publicó su libro «El arte de amar». En él, el autor explicaba que el amor no es sólo algo instintivo. Amar es la consecuencia de un proceso educativo, sin el cual las relaciones humanas pierden su consistencia más profunda. Es la educación la que nos permite, como enseña Paulo Freire, leer e interpretar el mundo y asumir nuestra misión de hacer de esta tierra una casa común para toda la humanidad y hasta para los seres vivos.

Por desgracia, el sistema capitalista que convierte todo en mercancía hace de la educación un producto que se compra y se vende. Y, en este contexto, la escuela se convierte en instrumento que prepara a las personas para ser consumidores y no ciudadanos del mundo. Por ello, se hace urgente la propuesta de una educación basada en el diálogo y el respeto a la vida. Desde 2019, el Papa Francisco ha invitado a la humanidad a entrar en un Pacto Educativo Global, en el que la educación se organice en una perspectiva humanizadora y sea capaz de fortalecernos en la misión de acabar con la iniquidad de un mundo hecho de muros y barreras que oponen a las personas, las comunidades y los pueblos. El Papa nos propone entrar en un pacto en el que la educación ayude a toda la humanidad a ejercer la vida comunitaria en una sociedad de hermanos.

Ahora, los obispos de Brasil proponen: «La celebración de Pascua de Jesucristo debe llevarnos, ya en esta vida, a pasar de un mundo no fraterno, marcado por el pecado, en sus expresiones de injusticias, omisiones y opresiones, a una sociedad de hermanos» (CF 2022, texto base, p. 15).

Lamentablemente, todavía hay sacerdotes e incluso obispos y comunidades católicas que no aceptan la inserción de la fe en la vida social y política cuando esta es hecha en llave liberadora. Debemos recordar que la tradición más antigua de la Iglesia siempre ha vinculado el catecumenado cuaresmal a la conversión social. Es fundamental releer cómo los Evangelios muestran que la misión de Jesús era cuidar de las personas, unirlas en comunidades solidarias y dar testimonio de una sociedad basada en el amor y la justicia ecosocial.

El autor es monje benedictino y escritor

 

 

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