Irvin García un patriota con la música como arma

 

En Rojo

Hace mucho tiempo que no escribo, últimamente solo leo, edito y publico, pero soy de las que creo que la nobleza, el agradecimiento y el cariño obligan. En la prensa y en las redes sociales se ha dicho mucho de Irvin García, el artista, poco del patriota, de la persona comprometida con la liberación de su Patria.  Ese compromiso de vida se daba desde su trinchera, la música.

Por más de seis años mantuvo la columna semanal Oye como va en el suplemento cultural En Rojo, del periódico CLARIDAD.  Su primera columna fue un ensayo exitoso y una muestra de lo que podíamos esperar, decía en ese momento:Respondo más o menos diez años tarde a la invitación de escribir sobre música para el suplemento En Rojo (ER) de

Irvin en el patio de la Misión de Puerto Rico en Cuba.

CLARIDAD. Lo de más o menos diez años me lo trajo a colación mi amigo AM (no es Andy Montañez), hermano de AM. Dice mi amigo AM(Alberto Millán) que en aquella ocasión me puse muy comemierda (CM), lo cual no recuerdo, pero lo más seguro es que tenga razón, y en aquel momento decliné la invitación. En esta ocasión respondo en la afirmativa, pero no necesariamente porque haya dejado de ser un CM, si no porque las letras y las palabras se me van desbordando por las orejas, nariz y boca, y ya estoy cansado de patearlas, pisarlas, abrirme paso entre ellas, barrerlas, deshollinarlas y hacer espacio para las que siguen brotando hasta por los poros. Mejor enviarlas al suplemento ER de Claridad, a cargo de AM (la hermana de mi amigo AM) para su uso, aún cuando el envío no me haga menos CM.

Ese experimento pasó a ser un libro que lleva el mismo nombre, ¡OYE COMO VA!, SANTOS Y SEÑAS DE LA MÚSICA POPULAR PUERTORRIQUEÑA y recoge lo mejor de sus columnas y es una buena herramienta para los y las estudiosas de nuestra música y la del Caribe.

En un Festival de CLARIDAD con Haciendo Punto en Otro Son. Foto: David Gasser

Mantener una columna semanal no es poca cosa, Irvin lo hacía con la experiencia que le daba su trabajo como músico en Haciendo Punto en otro Son, Tanamá, Atabal, MusiCaribe y en los últimos años en el grupo musical DeAverdura. En todas esas agrupaciones se destacó por su calidad musical y el vozarrón que tenía, a todas ellas llevaba también su sentimiento patrio. Con la mayoría de esas agrupaciones participó en los Festivales de Apoyo a CLARIDAD, y fuera solo o en esos grupos participaba de las actividades del movimiento independentista.

De su habilidad para tocar y adaptarse a los diferentes grupos o ambientes dice su amigo y colega Iván Martínez “Él era un percusionista con mucha inventiva para tocar, tenía una sensibilidad con el espectáculo, un respeto por las letras y podía poner su toque en cada cosa que hacía, lo voy a extrañar mucho”.

En el concierto Somos Haití acompañando a Emeline Michelle. Foto Alina Luciano/ CLARIDAD

Irvin, además, colaboraba con diferentes proyectos que hacen trabajo social, una de las causas que abrazó fue la del Comité de Solidaridad con el Pueblo de Haití, donde participó de muchas de sus actividades. Fue fundamental en el concierto Somos Haití donde musicalizó las canciones que hizo la  artista invitada para ese evento Emeline Michelle, cantante haitiana. Participó, además, con la gente del grupo de Red de Esperanza y Solidaridad de la Diócesis de Caguas, con ellos produjo varios “jingles” para sus campañas, y dirigió la música de la Misa Salvadoreña, donde se unieron un grupo de excelentes músicos bajo su batuta. Dejó sin terminar un proyecto para hacer una Misa Caribeña, donde llegó a escribir el Santo, también uno que él llamaba Los Cantantes Invisibles.

La cantante Zoraida Santiago fue de las personas que tuvo la oportunidad de conversar con él en los últimos tiempos, nos comparte: La última vez que lo vi fue cuando me regaló su presencia en la celebración de mis 70 en Café Moneró. Ivelisse,(su compañera) me llamó para decirme que, aunque no salía mucho, le había manifestado su deseo de estar con nosotros esa noche. Me alegré un montón, porque fue para mí un enorme gesto de respeto y cariño.

Ya hacía unos meses lo había entrevistado. En esa entrevista ya se notaba cansado y triste y, sin embargo, me regaló casi dos horas de conversación. Luego me mandaba a decir que si necesitaba algo más se lo comunicara. Le envié el manuscrito de la entrevista y el artículo que publiqué en los Cuadernos de Música Iberoamericana como un adelanto de la investigación. En estos días estaba pensando en llamarlo nuevamente para un par de preguntas que me surgieron en el camino, y no llegué a hacerlo.

Yo no sé si él llegó a saber cuánto lo admiraba. Creo que con mi entrevista se lo hice saber; espero que así lo haya entendido. Excelente compositor y arreglista, una voz fuerte y clara, un dominio de la percusión, además de ser un entusiasta estudioso de la música. En realidad, pocas veces compartimos escenario. En el apogeo de la Nueva Canción, nosotros estábamos en Nueva York y él en Puerto Rico. Hubiera querido trabajar algún proyecto con él, pero no se me dio.

Hace un rato estaba mirando la transcripción de la entrevista para ver si podía escribir algo, pero no sé ni cómo empezar. En mi artículo publicado escribo que, a mi entender, su Grupo Tanamá junto a Rucco Gandía y Gil Raldiris fue un taller musical pionero que sentó las bases para lo que vendría después, y que encarnaba el espíritu de la Nueva Canción más que ningún otro. Es mi humilde opinión. El trabajo en taller, la composición colectiva, el trabajo vocal también colectivo, el énfasis en la calidad poética y musical, son algunos de los elementos que mejor representan ese movimiento. Además, era una forma de vida.

Era un percusionista de primer orden. Trabajó como percusionista de varios proyectos, incluyendo algunos con Silverio y Roxana y con Tony Croatto, hasta que se formó Haciendo Punto, que, me sospecho gracias a él, asumió la misma forma de trabajo en taller de Tanamá. Luego de salir de HP, fue cofundador de otro grupo pionero, Atabal, con el que trabajó por varios años y grabó varios discos. En el evento de Siete días con el Pueblo en la República Dominicana hizo amistad con la gente del Grupo Convite, con el que tuvo varios intercambios, lo que le permitió aprender a tocar instrumentos de percusión de la RD.

A él le interesaban mucho los tambores -Convite era un grupo de percusión y voz, que, según me dijo es el modelo que usan para fundar Atabal. Trabajó también varios años con el proyecto de Roberto Figueroa, O’Brasil. Luego regresa a una segunda etapa de HP en la que estuvo 17 años. Fue una vida musical prolífica, de constante creación y de compromiso con la excelencia. Esto no la resume. Hay mucho, mucho más que decir sobre él. Espero que el país lo recuerde y admire.

Irvin nunca se negó a trabajar para un proyecto que significara algo para adelantar el proyecto de nuestra independencia; la lucha por la excarcelación de los prisioneros(as), la salida de la Marina de Vieques, el reclamo por mejores condiciones salariales de los y las trabajadoras, la unidad entre los grupos independentistas, la sobrevivencia de CLARIDAD como portavoz de esa la lucha, entre otros. Como decía nuestro héroe Rafael Cancel Miranda “Cumpliste”.

 

 

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