En Rojo
La sencilla, hermosa y calibrada historia de The Friend (Scott McGehee y David Siegel, 2024), protagonizada por Naomi Watts es otra prueba + del talento e intensidad de los papeles que ha interpretado a través de los años. Por eso comienzo esta columna con comentarios del filme para continuar con dos “Rescates del Pasado”.
The Friend pertenece a esa categoría de filmes callados y profundos dentro de una aparente normalidad donde los personajes se mueven en su mundo, intentan avanzar sin chocar con otros, disfrutan de momentos especiales y se entristecen ante la pérdida o la incomprensión. Es una historia de amistad con las múltiples definiciones de esta palabra. Esta temática y desarrollo de personajes está muy establecida en Europa, especialmente en el Reino Unido, pero en EEUU con su obsesión de grandeza, es + difícil que llegue o quede en las salas de cine por mucho tiempo. Algunos ejemplos de producciones anteriores son: 2 protagonizadas por Julia Louis-Dreyfus, Enough Said (Nicole Holofcener, 2013) y You Hurt My Feelings (Holofcener, 2023) y el excelente 2ndo filme como directora de Sofia Coppola, Lost in Translation de 2003 con Bill Murray y Scarlett Johansson. En The Friend, Bill Murray interpreta a un escritor y profesor que dentro de la historia aparece como un presente, un recuerdo, una sombra y un pasado en vías de construcción.
Se tratan, sin exageraciones cómicas, temas íntimos como relaciones extramaritales y cómo se afectan las personas involucradas, los lazos afectivos entre exparejas, parejas de conveniencia y transitorias, nuevas relaciones entre conocidxs y casi amigxs y generacionales. Esto es también el Nueva York (Manhattan) de Woody Allen, a quien nos remite para entender las complicaciones de la vida cultural y la vivencia diaria de sus habitantes que prefieren vivir en un apartamento ‘closet’ con todas las restricciones que conlleva y los costosos alquileres. Pero como dirían todxs al unísono, nada equipara la experiencia de vivir en ‘Manhattan’, hoy en día extendido a Brooklyn, Queens y hasta Staten Island. Todas estas nociones se complican cuando Iris (N. Watts) “hereda” el gran danés, Apollo, de su amigo y mentor de tantos años y una vez amante, Walter (B. Murray). El título del filme no necesariamente se refiere a Apollo porque hay muy poco ‘bonding’ entre él e Iris, es, + que nada, lo que significa amistad para cada unx de los personajes.
Rescates del Pasado (ambos se consiguen en Prime):
The Painted Veil (John Curran,2003)
Este filme parece una producción Ivory-Merchant (A Room with a View, Howards End, Remains of the Day) por su meticulosa recreación del Londres de 1920 y la presencia británica en China previo a la avanzada nacionalista de Chiang Kai-shek. Son los tiempos modernos en Europa y Estados Unidos pero los tiempos del cólera en la China. Mientras Kitty (Naomi Watts) disfruta de su vida como hija de una familia acomodada, quien no tiene que preocuparse por buscar empleo y hacer vida propia excepto, por supuesto, conseguir un esposo que la mantenga al nivel acostumbrado, Walter Fane (Edward Norton) es un médico bacteriólogo, apasionado por su investigación científica y a gusto en Shanghai. Mientras Kitty puede pasar la vida moviéndose de interiores a otros interiores sin tener que lidiar con la gente que habita las calles, Walter se siente encerrado en Londres por su vida monótona llena de estilos de vida repetidos una y otra vez. Se siente a gusto entre personas que comparten su pasión por su profesión, por ayudar a aquellos que son víctimas de enfermedades que parecen incurables. Walter se mueve de Londres a Shanghai a los apartados lugares donde la cólera hace estragos. No teme– aunque siempre camina con cuidado– adentrarse en lugares desconocidos donde se le ve como extranjero y privilegiado. Sabe que clausurar un pozo e intervenir en el rito de la muerte le traerá la animosidad de la gente, pero como “El enemigo del pueblo” de Ibsen su objetivo en la vida es salvar vidas y no puede cruzarse de brazos y dejar que la muerte se apodere de todo. Ni la gente del pueblo ni el administrador-militar a cargo lo respaldarán; solamente su ayudante chino, también científico, las monjas europeas del orfanato, el administrador británico y después de cambios profundos el Coronel Yu estarán a su lado cuando la enfermedad parezca imparable.
Tres excelentes actores estadounidenses, Edward Norton, Naomi Watts, Liev Schreiber, interpretan a los personajes británicos que habitan este mundo tan jerárquico. Los encuentros organizados, las conversaciones durante el té, las visitas esperadas, las discusiones de sobremesa o en los salones de fumadores (sólo para hombres), los affaires con pocas repercusiones, la supresión de cualquier posible escándalo, caracterizan a este sector de la sociedad londinense. Se intenta seguir esta normalidad cuando se trasladan a algún “outpost region” ya sea India, China, Africa o el Caribe. El contraste es cuando literalmente se alejan de esta representación del occidente y se adentran en el verdadero clima, flora, fauna y hábitat de las grandes poblaciones del mundo. Es ahí donde ocurren las transformaciones y es en medio de una epidemia que intenta acabar con las vidas de niños, mujeres, hombres y viejos, no importa su clase social o país de origen, que cada personaje se conoce cabalmente para ya nunca dar marcha atrás a lo que una vez creyeron ser.
Eastern Promises (David Cronenberg, 2007)
Lo que sobresale de este filme es la frialdad con que trata sus asuntos: desde degollar a alguien por haber propagado rumores sobre la preferencia sexual de uno de los “negociantes” rusos, ver desangrar a una joven encinta, violar a una joven como parte de la trata sexual de mujeres, hasta hacer desaparecer a un viejo por haber leído un diario. Todo es un negocio y la ofensiva y las venganzas rigen el comportamiento de estas redes de Europa oriental ubicadas en el Reino Unido. Casi por accidente una joven enfermera entra a este circuito sin percatarse al principio del peligro al que se expone ella y a su familia.
Anna (Naomi Watts) tratará de seguirle la pista a la joven que muere al nacer su bebé para buscar a algún familiar cercano antes que Servicios Sociales se haga cargo. Hereda un diario en ruso y el nombre y dirección de un negocio. Mientras su tío– hermano de su padre ruso– traduce el diario a regañadientes, Anna hace contacto con Semyon (Armin Müeller-Stahl), un hombre mayor ruso que tiene un centro cultural donde amablemente atiende a viejos y jóvenes. Las miradas y los comentarios de Kirill (Vincent Cassel), el hijo de Semyon, y de Nikolai (Viggo Mortensen), el chofer de la familia, contrastan con el trato amable recibido por Anna. Estos creen que son dueños del territorio y la tratan como si fuera un pedazo de carne. Mientras tanto Anna tiene que vivir– después de una relación fallida con un médico– con su madre, quien le ofrece apoyo, y su tío que desaprueba de su vida como una mujer independiente. Por eso pasa la mayor parte de su tiempo en el hospital y, en estos momentos, acercándose a la bebé huérfana.
El hilo narrador y conector es el diario– que Anna lee en traducción– de la chica de dieciséis años que creyó en las promesas de una mejor vida en Inglaterra con una red de apoyo de sus compatriotas. Aquí encontraría empleo, vivienda, educación y un futuro no soñado en su pueblo. Tatiana narra cómo cada una de esas promesas se desvanece cuando descubre que su viaje a este país es parte de la trata sexual de mujeres cuyo gestor es ese hombre mayor al parecer tan amable. Es una historia de privación, violación, maltrato físico, emocional y mental y la desesperanza de no poder hacer nada para cambiar su situación. Es una esclava en un negocio clandestino que las autoridades tratan a medias de controlar. Es una trata de esclavas que nunca finaliza porque tiene un suministro al parecer inagotable.