Luther-King, el coraje de soñar

Este lunes, 15 de enero, el mundo recuerda el nacimiento del pastor Martin-Luther King (29/01/1929). Es un día consagrado a la igualdad racial y la libertad ciudadana. En este año, en el que conmemoramos 50 años del asesinato de Luther King, (04 de abril de 1968), es importante revisar en qué punto estamos en ese camino y qué nuevos desafíos se presentan para vivir hoy la herencia de ese mártir.

Casi siempre, en nuestros países, ser negro es sinónimo de ser pobre. En  donde el apartheid político parece ceder, la desigualdad racial sigue, basada en la diferenza económica. Sobre eso, aún resuenan la voz de Luther King: “Lo que me preocupa no es el grito de los malos. Es el silencio de los buenos. Más que la violencia de pocos, me asusta la omisión de muchos “. Él explicaba: “Una persona que no descubrió nada por la que aceptaría morir, no está todavía lista para vivir”.

La causa por la que dio la vida fue la dignidad de todo ser humano, concretamente de aquellos que no ven reconocidos sus derechos de ciudadanía. En nuestros países, si fuéramos a hacer vacaciones para cada persona que, en los últimos 40 años, ha muerto por la justicia y la libertad, por todo el año, no sobraría un día sin memoria de algún mártir. Por eso, unimos a la memoria de Martin-Luther King, el recuerdo de los tantos hermanos y hermanas que dieron la vida por la causa de la justicia y la paz en nuestros países. El pastor Luther-King hizo eso movido por la fe. Muchos de nuestros mártires tuvieron la misma motivación. Incluso los que no estaban ligados a ninguna Iglesia, pueden ser considerados testigos del proyecto divino para el mundo. Como dice Jesús: “Bienaventuradas son todos/as que tienen hambre y sed de justicia, porque de ellos/as es el reino de los cielos” (Mt 5, 1-12).

Gracias a Dios, seguimos teniendo profetas y poetas que nos hacen soñar y creer en el sueño que tenemos. En marzo, en Salvador, BA, un foro social mundial reunirá a hombres y mujeres de todo el mundo que creen en el sueño y se movilizan para realizarlo. El tema de los foros sociales es: “Otro mundo es necesario, juntos, podemos hacerlo posible”. Si creemos en ese sueño, nos unimos a ese camino.

Martin Luther-King dijo: “Tengo un sueño”. “Mi sueño es vivir en un mundo en el que mis hijos negros puedan andar de cabeza erguida y convivir de igual a igual con sus colegas blancos, frecuentar (…) Sueño con un mundo en el que pueda ver a mis hijos juzgados por su personalidad y no por el color de su piel”.

Gracias a Dios, mucha gente en el mundo todavía alimenta ese sueño y se dispone a enfrentar todos obstáculos y desafíos para realizarlo.

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