Peregrinación en Jayuya

La ruta de la revolución para conmemorar el 68 aniversario del 30 de octubre de 1950, comenzó con un desayuno en el Museo de Nuestros Mártires en el barrio Coabey, en Jayuya.

Tal y como lo había decidido, don Heriberto Marín –participante de la insurrección nacionalista del 1950, en Jayuya– estaba listo para peregrinar hasta el cementerio de dicho pueblo para honrar a sus compañeros de lucha y de una vez celebrar su cumpleaños.

El sonido del tambor marcaba el paso de los cadetes en los predios del Museo Blanca Canales quienes simultáneamente izaron la bandera y cantaron el himno de la Revolución. Una vez la bandera estuvo en la parte más alta del asta comenzó la caminata hacia el casco urbano de Jayuya desde el barrio Coabey.

Luego de cantar el himno los presentes exclamaron:

¡Que viva Puerto Rico libre!

¡Que viva!

¡Que viva Blanca Canales!

¡Que viva!

¡Que viva la revolución de Jayuya!

¡Que viva Don Pedro Albizu!

¡Que viva!

Hasta años recientes la ruta se hacía en caravana, pero la iniciativa de don Heriberto tuvo buena acogida y un significativo grupo de personas llegó hasta Jayuya el pasado martes, 30 de octubre, para acompañarlo a caminar.

“Para esta ocasión coordinamos la actividad con el grupo 33 x Oscar, Casa Albizu y el Museo de los Mártires”, dijo la licenciada Adalina de Jesus Morales del Comité 30 de Octubre.

“A don Heriberto se le ocurrió hacer la caminata desde la Casa Canales hasta el cementerio. Esta idea se unió a la iniciativa del grupo 33 x Oscar que se propone sembrar un árbol en cada municipio como un llamado a la libertad”, añadió.

La siembra del árbol en el Museo de Nuestros Mártires se dedicó al Comando de Jayuya de los cuales han sido identificados solo 34 nacionalistas entre ellos don Heriberto y su primo Edmidio Marín que en aquellos días tenía apenas 15 años.

El 30 de octubre de 1950 estaba lloviendo a cántaros –recuerda don Heriberto– y las lágrimas se confundían con la lluvia; la líder revolucionaria Blanca Canales había proclamado la República de Puerto Rico.

“Haber participado en una Revolución a favor de la Independencia es algo que no he olvidado nunca. Haber proclamado junto a Blanca Canales la República de Puerto Rico fue uno de los momentos más hermosos”.

La insurrección en contra del imperialismo yanqui comenzó a conmemorarse al siguiente año aunque con un poco de dificultad por la persecución y el prejuicio vibrante en tiempos de mordaza. Males que se extienden hasta nuestros días y tienen como consecuencia la amnesia colectiva.

De camino hacia la plaza, un grupo de estudiantes esperaba a las afueras de la escuela Josefina León Zayas, en Jayuya, acompañados por su maestra Olga Cordero Almodovar.

La maestra de matemáticas reclamó que el 30 de octubre es un evento histórico y, por ende, todo el mundo debe saber lo que pasó, sin embargo, ese no es el caso. Almódovar vinculó esta falta al miedo a la represión por una parte y al fanatismo político por otra.

“Si tu eres un educador completo le presentas las diferentes ideas a los chicos y que sean ellos quienes escojan. Deben ser libres pensadores y para eso deben tomar decisiones basadas en conocimiento y no en fanatismos”, sentenció.

Los actos de conmemoración fueron dedicados a Ana Belén Montes, quien cumple una condena de 25 años de prisión tras ser acusada de espionaje en favor de Cuba y arrestada el 21 de septiembre de 2001.

Richard López, vice presidente de la Junta del Partido Nacionalista de Nueva York, manifestó que le gustaría ver más gente joven en las actividades “porque somos los herederos del problema” e instó a las nuevas generaciones a retomar la lucha.

Lamentó que mucha de la realidad histórica se haya perdido dejando muchos en el anonimato ”La revolución vigente es la de Jayuya y a la que debemos darle más importancia porque fue la revolución que nos advirtió sobre lo que se esta viviendo hoy en día e internacionalizó el caso de Puerto Rico”.

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