Por Marina Reyes Franco
En 1977, Esteban Valdés publicó Fuera de Trabajo , que se conoce como el primer libro de poesía concreta en Puerto Rico. Éste contiene poesía visual y concreta, además de instrucciones para crear esculturas y acciones. Fuera de Trabajo es un libro pionero en la literatura puertorriqueña que se vincula más con el arte procesal que con la poesía. Incluye la producción de Valdés entre 1967 y 1977, y contiene cuarenta y dos obras a lo largo de setenta y siete páginas,además de un índice descriptivo y unas “Notas sobre la poesía concreta”. Cada ejemplar fue encuadernado a mano e impreso en un mimeógrafo, utilizando esténciles electrónicos o manuales, lo cual hizo a cada libro único. Este volumen formó parte de la serie Perfil de la editorial qeAse, comandada por Joserramón “Che” Melendes, que apuntaba hacia la creación de una biblioteca alternativa de nueva literatura puertorriqueña, “con voces que no estuvieran controladas por el gobierno.”1 Melendes también publicó textos de Angelamaría Dávila, Pedro Pietri, José Maria Lima y otros como parte de este esfuerzo. Fuera de Trabajo es una obra fundamental para entender el cruce entre arte, literatura y política en el Puerto Rico de los años setenta. Este libro, y la producción de Valdés que lo precede, da cuenta de una red de colaboración e influencias continentales, prácticas gráficas alternativas, innovación tipográfica, subversión de los medios de comunicación y radicalismo político de suma elegancia y humor.
El título del libro de Valdés hace referencia a dos revoluciones comunistas y sus detractores: “Fuera de trabajo” era el nombre de una sección de la publicación maoista Pekín Informa, irónicamente ilustrada por una foto de obreros en plena faena e incluida como la primera imagen impresa dentro del libro. A la vez, es un juego de palabras con Fuera de Juego, el poemario del célebre disidente cubano Heberto Padilla. El título del libro también está relacionado con el propio trabajo del autor: al momento de la publicación de Fuera de Trabajo , Valdés era empleado del Departamento del Trabajo en la Oficina de Desempleo.
Valdés nació en México en 1947 de padre puertorriqueño y madre mexicana. Su relación con la gráfica, la tipografía y la palabra escrita en general se remonta a la niñez. Su abuelo materno era dueño de una imprenta en donde a veces jugaba con los tipógrafos entre las planchas de impresión. Tras vivir en México, se mudó a Nueva York, y luego a Puerto Rico. Esta yuxtaposición de códigos y lenguajes en su biografía influyó en el trabajo artístico que años después realizaría. Los comienzos de Valdés en la poesía se dieron a mediados de 1964, pero es en 1967 cuando comenzó a escribir y a colaborar en proyectos editoriales en la universidad. Su introducción a la poesía concreta se dio en 1968, a través de una vieja edición de la revista mexicana El Corno Emplumado en la que se publicó una breve antología de poesía concreta brasileña editada por Haroldo de Campos. Después de eso, los poemas de Valdés se convirtieron en piezas de arte visual, tanto como literarias. Esta poesía resalta la materialidad de la palabra y su permanencia más allá del papel, en la fonética, en lo visual, en el movimiento y sugerencia de formas. La palabra como significante y significado hecho uno.
Desde finales de los sesenta, Valdés se involucró con movimientos a favor de la
independencia de Puerto Rico, de corte socialista, habiendo pasado por creencias maoístas hasta
3 desarrollar un pensamiento anarquista que afecta en gran medida su producción artística. Según
el poeta, la estética anarquista se resume básicamente en tres puntos: tener una base moral de reivindicación o liberación social; hacer arte que aporte a la formación del individuo y que tenga cierta expresión política y; por último, trabajar con lo desconocido más allá de la mera experimentación.
En el marco de esta “estética anarquista”, Valdés llevó a cabo performances, empapeló paredes y trabajó en varias publicaciones y volantes que culminaron en Fuera de Trabajo , para luego concentrarse en el trabajo sindical. Además de laborar en la Oficina de Desempleo, Valdés era portavoz de la Hermandad de Empleados del Negociado de Seguridad de Empleo, un gremio que fundó. Trabajó por más de treinta años en el Departamento del Trabajo, ocho de los cuales fue juez administrativo. También fue líder de la Unión General de Trabajadores. El compromiso político personal de Valdés es incuestionable, mas su obra no asume las formas tradicionalmente asociadas a la producción artística de la izquierda nacionalista puertorriqueña. Si bien muchos de los poemas de Valdés tienen gran peso político, este aspecto es abordado de una manera radicalmente distinta a la de sus pares poetas de la época en la isla. Comparte ideas y espacios con escritores y artistas como Iván Silén, Néstor Barreto, Ángel Luis Méndez, Luis César Rivera, José R. Bonilla Ryan, Joaquín Reyes, Jorge Morales-Santo Domingo, Elizam Cruz y Che Melendes, a quien define como “su mayor crítico y promotor”. Muchos de estos artistas y escritores colaboraron en Alicia la Roja , una revista-cartel fundada a principio de los años setenta con la que empapelaban las calles alrededor de la Universidad de Puerto Rico con gráfica y poesía. Su posicionamiento estético coincide con el ideológico, vinculado al anarquismo y el socialismo libertario. La intención, según señala Valdés, es “rebasar lo que es la poesía concreta haciendo juegos tipográficos” y, “tomando en consideración la conciencia de clase en Puerto Rico, romper con eso y hacer poesía para la nueva clase trabajadora”. Valdés trabajó bajo el nombre de poesía concreta, pero en algunos casos muy alejado de ella; sin ser completamente poesía, pero tampoco con la pretensión de llamarse artista.
1 Entrevista de la autora a Joserramón “Ché” Meléndes. Mayo, 2007.
2 Pekín Informa (1963 – 2004) fue el semanario oficial en español del gobierno chino para difusión en el extranjero.
3 Maoísta declarado, es expulsado del Movimiento Pro Independencia (MPI) por ser muy radical. Según Valdés, ya era anarquista cuando el MPI se convierte en el PSP en 1971. Entrevista de la autora con Esteban Valdés (junio 2012).
*Sobre poesía concreta y Fuera de Trabajo
Empecé estudiando en la universidad en Ciencias Naturales, mi papá era médico y todo el mundo esperaba que yo fuera médico hasta que me rajé y no quise. Siempre he estado metido en la biblioteca. Me gustaba mucho visitar la sala de revistas. Había una revista inglesa muy buena, Poetry , pero también había otras. Creo que fue en esa revista que empezaron a aparecer poemas concretos. Ahí empecé a ver el juego tipográfico y tenía el trasfondo de estos amigos de la Escuela de Artes Plásticas. A uno le dan unos términos y lenguajes y entiende. Cuando veo eso, me pongo a leer más sobre la poesía concreta.
(…)
En la (Biblioteca José M.) Lázaro (en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras). Uno ve esas cosas, busca, ve los movimientos surrealistas, la loquera, los juegos tipográficos y empieza a recoger más material. Me gustaba mucho la revist a Print , que se especializa en la impresión: las últimas prensas, técnicas, anuncios; una revista súper cabrona, muy bonita y bien diseñada. Utilizaban muchos recursos tipográficos también. Era una joya. Me tumbaba un par de ellas también, y me traía las que más me gustaban. Ahí fue donde realmente me enteré de lo que era en aquel tiempo la poesía concreta. El auge realmente sale de los brasileños. Lo que definitivamente me empujó fue que en aquellos tiempos una de las revistas que tenían más prestigio era El Corno Emplumado ,leer una voz muy buena, porque ahí llega Ernesto Cardenal, todos los poetas latinoamericanos, los norteamericanos. Esa es la influencia básica.
Encuentro la revista El Corno Emplumado en la librería y veo una en específico que dice: «Poesía concreta latinoamericana». Me pasó lo que usualmente le pasa a todo el mundo: —¡Ah, eso yo lo puedo hacer!—. Entonces empiezo a hacer loqueras de esas y a enseñárselas a otra que llegaba aquí a Puerto Rico. Yo fui el que me quedé ahí… Eso es como para el 66.
Dentro de la poesía uno dice: vamos a ver por qué estilo me voy. Al principio la poesía concreta me resultaba bien difícil porque tiene mucho que ver con el juego de las ideas. Tratar de hacer un poema que tuviera algún sentido me daba mucho trabajo. Podía hacer uno, tardar cuatro o cinco meses e inventarme otra cosa. Poco a poco, hasta que después uno va aprendiendo más, leyendo más y viendo lo que hace otra gente. En la poesía concreta predomina el juego tipográfico.
(…)
Yo no tenía la idea de hacer ese libro (Fuera de trabajo) , no tenía ninguna intención de hacerlo. Concebía la poesía mía como obras independientes, no dentro del formato del libro. Había muchas cosas de construcción, proyectos inconclusos, meramente propuestas, jueguitos tipográficos o cinematográficos.
(…)
Buscando poesía para Alicia La Roja , me encuentro con Che Melendes en 1974, en el pasillo de Humanidades y le digo: —Oye, sé que tú escribes poesía, tengo una revista de poesía—. Él me dice: —¿Y qué poesía tú escribes? ¿Escribes poesía pura?—. Yo lo miro y le digo: —¿Poesía pura?—. —Sí, poesía pura. ¿Mallarmé o Juan Ramón Jiménez?—. Y le digo: —Juan Ramón Jiménez—. ¡Qué idiota es este tipo, ¿qué es eso de poesía pura?, pal carajo con la poesía pura! No le hablé más en cuatro años. Después él viene y me dice: —Tú sabes esas cosas que yo hago. Mira, tengo un libro aquí ( Desimos désimas ) para publicar y hay otro libro de Angelamaría (Dávila) también. Si tú tienes un libro para publicar…
Publicamos el de Che, de las ventas sacamos chavos para publicar el de Angelamaría y de ese sacamos chavos para publicar el mío. ¿El mío sabes en cuánto salió? ¡En 10 centavos! Porque lo que hacíamos antes es que cuando en la universidad daban los exámenes, compraban mucho papel, no cabía y lo ponían en el pasillo, así que nosotros llegábamos con el carro y nos llevábamos las cajas de papel. En otra ocasión nos llevamos el mimeógrafo.
Eso fue por ahí del 76 o 77. Nos salieron baratísimos los libros. Lo más que nos costaba era imprimir la portada y alguna cosa adicional, como en Fuera de trabajo, que tiré una separata en verde al final. Tratamos de hacerla con el mimeógrafo, se chavó y tuve que ir a una imprenta.
Yo le dije a Che: —Es que lo mío no cabe dentro de un libro—. A lo que yo estaba haciendo le dimos un formato de libro, que para mí siempre es apretao. Pero lo hice. Ahora no me arrepiento. Después de eso, sacamos Antología de la sospecha.
*Sobre periódico CLARIDAD
Yo me caminé el Barrio Obrero repartiendo Claridad porque nos sobraban muchos y los repartíamos los domingos por la mañana. En esa fiebre que tenía me compraba botas obreras que pesaban con cojones. Yo vivía arriba en Monteflores, que era donde vivían los riquitos. Bajar hasta el Fanguito , donde las calles se cierran, caminando callejones, crea conciencia: —¿Qué carajos yo hago aquí el domingo por la mañana en vez de estar escuchando música rock o estar en la playa?—. Ahí iniciamos la batidas por Barrio Obrero, Cantera, Fanguito , todos esos sitios.
Eso es crear conciencia de clase, porque está chévere el marxismo en la universidad y qué sé yo qué, pero hasta que no vas a la calle a confrontarte con el pueblo, no entiendes eso. Te puedes dar los guilles más tremendos que creas, pero en la calle es que se bate el cobre. Eso es lo que aprendí. Y Claridad era el vehículo.
Cuando vendes Claridad abajo frente a la fábrica, el gerente lo ve y no te lo compra allá, te lo compra arriba cuando se va. Aprendí un montón de cosas, técnicas de bregar que después me ayudaron mucho en la cuestión del sindicalismo. Lo primero que hice en la Hermandad fue comprarme los mimeógrafos, la computadora, y tirar el periódico. Empezamos a tirar periódicos y a regarlos por todo el Departamento del Trabajo. Eso nos dio unidad. Retrataba a la gente y se veía en el periódico: —¡Mira, salí en el periódico!—. A la gente le gusta verse. Aprendí de Claridad la cuestión de la brega.
Escribía artículos esporádicamente en Claridad. Algunos amigos míos hacían exposiciones y yo las cubría; iba y escribía un articulito medio bobo y a veces me decían: —¡Oye, pero eso está bien!—. Había gente que creía que yo iba a escribir cosas complicadísimas, pero se las alineaba.
SGM: ¿También publicaste poesía?
EV: Quien me publicó poesía fue Edwin. Cuando saqué Fuera de trabajo me hicieron el spread a mitad. Me hubiera gustado hacer más cosas en Claridad .
Publicado en la reedición de Fuera de trabajo realizada por Beta-local,2020)