Producción artística y manifestaciones culturales durante la pandemia

 

Por Giancarlo Vázquez López/CLARIDAD

gvazquez@claridadpuertorico.com

 

El Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), distribuyó una asignación de $593 mil entre artistas individuales y organizaciones culturales. Recién fue publicada esta información hace unas semanas, comenzó a cuestionarse el proceso de solicitud y repartición de fondos por la falta de transparencia.

Del proceso de convocatoria participaron 56 organizaciones, de las cuales cuatro solicitaron para recibir $50 mil cada una. De 528 artistas que solicitaron, solo 34 recibieron la ayuda económica. La noticia, publicada el 10 de julio, explica que las subvenciones fueron divididas en dos: $393 mil en una convocatoria local y $200 mil en una convocatoria hecha por el National Endowment for the Arts (NEA).

Naturalmente,  las opiniones sobre el asunto varían, así como puede variar la cifra que recibiera cada artista en su carácter individual. Pero se entiende que sobraron $393 mil para dividirse entre estos 34 artistas, por lo que cada uno recibiría aproximadamente $12 mil. Para esta historia pudimos hablar con 2 artistas que no fueron subvencionados. Sus señalamientos no tienen la intención de menospreciar la importancia de la distribución de estos recursos en el mundo del arte y la cultura en Puerto Rico.

El director de teatro Vicente Castro reflexionó sobre esta situación. Expuso que ante la limitación de recursos la salida de la cultura teatral es buscar apoyo en la empresa privada, ya que el gobierno no la patrocina.   “Aquí no existe una industria teatral, la ahogaron como ahogaron nuestra televisión. Se le ve la costura a los dueños de las estaciones. Quieren desaparecer nuestra expresión artística y convertirnos en seres genéricos. Si permitimos que esta pandemia nos borre como artistas, si permitimos que se adueñen de nuestra libertad y nos obliguen a manifestarnos en la internet, conmigo están bien equivocados”, declaró.

Castro solicitó la ayuda del ICP con motivo de hacer A puerta cerrada, de Jean-Paul Sartre. Según dijo, lo difícil no es solicitar ni hacer la propuesta, sino que la acepten. Dicho esto, prosiguió con una exposición breve del planteamiento de dicha obra: “…hace un planteamiento sobre la existencia en el infierno, de que tienes que aprender a lidiar con el infierno que te rodea, que no es otra cosa que aprender a reconocer por qué estás viviendo, cuál es el sentido de tu existencia”.

El artista de teatro trabaja por su cuenta y se le paga por servicios profesionales, cobrando unos $150 por función. Unos cobran más, otros menos. Este sector tuvo una posibilidad de respaldo en el Departamento del Trabajo(DT), hasta hace tres años, cuando se decidió que no se iba a reconocer más al artista de teatro como si fuera un obrero asalariado.

“O sea, uno paga impuestos, pero en el Departamento de Trabajo no te validan como trabajador. Entonces el productor de teatro ya no puede solicitar fondos en el Departamento del Trabajo porque no se considera la representación teatral como un trabajo regular de nueve de la mañana a cinco de la tarde, cuando en realidad se trabaja mucho más. Hay gente que ensaya dos horas al día, yo ensayo seis. Las funciones son por la noche. Ese periodo de trabajo puede que sea durante dos meses”, explicó Castro.

“Después de eso, el trabajo se acabó. Tú no puedes mantener a ese actor en nómina porque no lo tienes para la próxima producción y no sabes si vas a producir. Si el Departamento del Trabajo diera ese respaldo económico, el productor de teatro podría tener en su plantilla a diez actores por lo menos durante el año completo y pagarles un salario mensual y usarlos en las producciones que él va a montar durante ese año”, detalló.

En efecto, se decidió que no se podía incentivar el teatro desde el DT, que tenía que ser el ICP. Castro fue enfático al mencionar que no puede culpar al ICP de no respaldar el teatro ya que “lo han ido desarticulando”. Recordó que en una época se hacía un festival y a cada compañía le daban $50 mil para montar unas obras de teatro memorables.

En respuesta a la realidad que nos ha dejado la pandemia del COVID, el profesor de teatro de la Universidad de Puerto Rico en Utuado propone hacer teatro al aire libre. Por el momento se recurre al internet. Su grupo se mantiene ensayando en línea una obra que piensan filmar y compartir por las redes, aunque la meta es hacerla presencial en noviembre.   “Yo puedo hacer cosas para la internet, pero ese no es mi foco. Lo hago porque no tengo otra alternativa; pero al aire libre tú puedes tener distanciamiento, tu grupo de gente colaborando, hacerle la prueba rápida del COVID, etcétera”.

Luego de la convocatoria, el ICP anunció a los que solicitaron y no aplicaronque el dinero ya se había repartido. La lista de los artistas y organizaciones culturales subvencionados por la Ley CARES fue publicada en la página de Facebook del ICP el pasado 17 de julio. A juicio de Gamelyn Oduardo Sierra esto sucedió por la presión que hubo en las redes desde que se anunció la subvención el 10 de julio.

El artesano en piel señaló que uno de los desaciertos es que pusieron a artistas y artesanos a competir con las organizaciones sin fines de lucro y museos. El otro fue que el ICP dijo que mientras recibiera las solicitudes iba a hacer la evaluación y a adjudicar el dinero. “Eso no sucedió así. Ellos estuvieron 2 meses y al cabo de eso publicaron una noticia de que se habían repartido los fondos, pero no a quién”.  Además, hay discrepancias en los números. Según las noticias se subvencionó a 34 artistas, pero en la lista publicada se cuentan 32. Sierra sostuvo que no hubo transparencia desde el principio.   “Ellos dicen que muchos de los artesanos y los artistas no saben hacer solicitudes de este tipo. Básicamente nos están diciendo que no sabemos leer ni redactar propuestas”, dijo.

A partir de marzo cerraron todos los mercados artesanales, por lo que muchos tuvieron que moverse a las ventas en línea. Una realidad es que entre los artesanos algunos están más adelantados que otros en ese juego. Hay artesanos mayores que no tienen la facilidad para acoplarse y transformar su operación comercial en una operación en línea.

Sobre la lista de artistas subvencionados, Sierra, quien organiza varias ferias de artesanía en Puerto Rico en las que atiende a más de 100 artesanos al año, destacó no haber visto el nombre de artesanos que conoce y que sabe que solicitaron la ayuda. Sin embargo, mencionó que los grupos musicales son unos de los que más se han visto afectados con la prohibición de los espectáculos públicos.

“Sabemos que la industria musical hoy día no se basa en la venta de discos como antes, se basa en tours y en cuánta gente tú puedas meter en los conciertos. El streamingno deja dinero. La industria musical ha sido golpeada y ahí yo veo grupos como Patria y Cultura y William Cepeda que recibieron ayuda, y eso es bueno”, aclaró.

“También los museos se han visto grandemente afectados y les dieron un bailout. Eso se aplaude porque no es que uno va a estar en contra de los museos ni en contra de los músicos. Lo que sí es que tú no puedes poner a competir los museos ni a las sin fines de lucro con los artistas individuales porque ellos tienen un andamiaje que los artistas individuales no tienen y pueden responder más rápido a una convocatoria”, añadió.

Sierra mencionó que los artistas individuales podían solicitar hasta $7 mil. O sea, que mi proyección de los casi $12 mil por artista queda desacreditada. Aun así hay algo raro en los números. Sierra sugirió que se debió de haber separado entre artistas individuales y entidades culturales. Pero aclaró que eso no necesariamente es culpa del ICP, ya que fue parte del paquete de ayuda del Cares Act y la manera en que se iba a distribuir esos fondos. “Eso sí, el Instituto debió adjudicar las ayudas por el orden de llegada de las solicitudes y tan pronto se agotara el dinero no coger más solicitudes. Dejaron que solicitaran y después hicieron la evaluación”.

Sierra señaló que hace falta tomar en consideración otras cosas, como darle prioridad artesanos de grupos marginados, algo que no se está haciendo ni se quiere ver como una necesidad. Concluyó que si no se considera la cultura como una prioridad en este momento, eventualmente va a haber una merma significativa en la cantidad de artesanos y en la calidad de sus trabajos porque se les está obligando a hacer otras cosas para poder salir adelante.   “Hay unos sectores culturales que han sido más descuidados y el sector de la artesanía es uno de esos. Hacen falta mejores recursos, y con los recursos que hay, transparencia, y más apertura a escuchar las críticas de los sectores culturales que se han visto afectados”, recalcó.

 

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