#PUR Los nuestros lágrimas centroamericanas

Nota: Hace un año se fue Elliot Castro, hoy lo recordamos con la intensidad del primer día. Aquí dos notas desde perspectivas diferentes. Sus familiares invitan a una misa de recordación este jueves 26 a las 6:00p.m. en la Parroquia Episcopal, La Encarnación en la Urb. Roosevelt.

Por Sacha Acosta

Son tantas y tantas las historias que no habrá manera de escribirlas en estas dos semanas. Esas historias tienen las mismas cantidades de existencias que las lágrimas derramadas por mil emociones que provocan nuestra Delegación. Digo mil para ponerle un número, pero pueden ser infinitas.

Las lágrimas son significado de satisfacción. Otras, las menos que queremos, de frustración. Donde hacemos la tregua es en el dolor. Otras lágrimas se complementan coraje, alegría, frustración y de amor. No obstante, su resultado es siempre el mismo: sacar emociones del alma que hablan mejor que 10 mil palabras.

En estos días, desde el 19 de julio hasta el 3 de agosto, las lágrimas serán acompañante en estas justas Barranquilla 2018. Lloramos desde el primer día con desfilar con frente en alto, luego de ser sacudidos por María y la situación social que vivimos como país.

Lloramos desde la primera medalla en poomsae. Lloramos con las medallas que abren un nuevo capítulo en la historia con la plata de Andrea Maldonado, por su esfuerzo y dedicación. Andrea se entró entre las mujeres pioneras: primera mujer en Puerto Rico en ganar medalla, de plata, en “all around”. Una historia que sigue añadiendo valor a la nueva generación femenina de gimnasia artística.

También incluyo las lágrimas de dolor por el cuarto lugar de estas chicas el sábado en por equipos y el segundo lugar de tenis de mesa masculino. Estas lágrimas yo las transformo en satisfacción porque son un relevo generacional que van a seguir cosechando muchas historias.

Unas lágrimas especiales son las de vergüenza deportiva. El histórico oro y plata doble mixto de tenis de mesa derramó lágrimas de vergüenza deportiva, respeto deportivo y de emociones encontradas. Sí es cierto que fuimos oro y plata, pero el detalle es que estaban sangre de su sangre jugando en contra Adriana y Melanie Diaz. Estas chicas nos llevaron a trasladar ese sí y no quiero competitivo: el oro o la plata, la victoria o la derrota, la familia o la competición. Adriana y Melanie nos enseñaron que en el deporte también se viven la toma de decisiones difíciles. Lo mismo Brian Afanador con Daniel González, dos caballos tenimesistas que han vivido como familia por un país.

Otras lágrimas llegaron hoy… llegaron menos intensas que hace un año. Un 23 de julio de 2017 salió en falsa salida nuestro amigo, mentor, charlatán y comentarista favorito, Elliott Castro Tirado. El Facebook me recordó lo mucho que debo trabajar para no descompensarme en el recuerdo de su partida. Al mismo tiempo, recordarlo orgulloso de todos los que hemos cogido el relevo comunicador para informar con respeto, responsabilidad y pasión las ejecutorias de nuestros atletas. Solo me imagino texteando datos históricos, haciéndome observaciones a esas horas 3:00 o 4:00 de la mañana sobre nuestro #EquipoPUR y ya saben… su amor #LAI. Te extraño tanto. Te extraño mucho con demasiado Súper Elliott. ¡Eres único!  Se te extrañará infinito. Seguirás vivo por tu legado, tu amor y tu patriotismo.

En el deporte las lágrimas son parte de todo. Es una manifestación que no se puede ignorar. Nos hacen seres humanos con voluntad, deseo, éxito esperanza y valor. Tenemos lágrimas para todo. Las lágrimas que hoy son centroamericanas.

Reproducido del blog de la autora, laestocada.

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