Recobrando el King invisibilizado

Por Juan Ángel Gutiérrez Rodríguez / Especial para En Rojo

Las estructuras de poder nos han vendido por los pasados 50 años la figura de Martin Luther King, Jr. como la de un predicador, no de un profeta, cuyo único interés era la armonía racial. Es por esa razón que han convertido su sermón “Yo tengo un Sueño” como su discurso definitorio. Al descarnar y descontextualizar esta alocución las estructuras de poder han manipulado y suavizado la voz del profeta. Un sermón que debe entenderse desde su prédica del 1962 que se fundamenta en los tres males de la sociedad estadounidense: la pobreza, el racismo y el militarismo.

Por más de 50 años han intentado escondernos al verdadero King. Me gustaría presentarles al King que nos han negado en las celebraciones y en las investigaciones. El King que el sistema no desea que conozcamos, que es una amenaza para el sistema. Al King verdaderamente revolucionario.

En una carta que King envía a Coretta el 18 de julio de 1952 reflexiona sobre su lectura del libro “Looking Backward” de Bellamy donde afirma lo siguiente “Doy la bienvenida al libro porque gran parte de él está en línea con mis ideas básicas. Me imagino que ya sabes que soy mucho más socialista en mi teoría económica que capitalista. Y, sin embargo, no estoy tan opuesto al capitalismo al cual no he podido ver su mérito relativo. Se inició con un noble y elevado motivo, a saber, para bloquear los monopolios comerciales de los nobles, pero como la mayoría de los sistemas humanos, fue víctima de lo mismo contra lo que se estaba rebelando. Entonces hoy el capitalismo ha superado su utilidad. Ha traído un sistema que toma las necesidades de las masas para dar lujos a las clases. Entonces, creo que Bellamy tiene razón al ver el declive gradual del capitalismo “ (Carson, 1998).

el king anticapitalista

Un mes antes de ser ejecutado, en marzo del 1968, en casa de uno de su más importante colaboradores, Harry y Julie Belafonte, King le comentaba a un grupo de personas cercanas “es el sistema el problema, y nos está ahogando hasta la muerte”. A esta aseveración Andrew Young, un cercano colaborador y luego alcalde de la ciudad de Atlanta y Embajador de los Estados Unidos a las Naciones Unidas, les responde “Bueno, no sé, no es todo el sistema. Es sólo una parte y creo que lo podemos cambiar”. King responde “El problema es que vivimos en un sistema fallido. El capitalismo no permite que haya movimiento de recursos económicos. Con el sistema, un pequeño grupo de privilegiados son ricos más allá de la conciencia y casi todos los demás están condenados a la pobreza de alguna forma”. A pesar de reconocer los avances en derechos civiles, King afirma que “Lo que más me preocupa ahora es que todos los pasos que se han tomado hacia la integración, y de esos estoy convencido, es que nos estamos integrando a una casa en llamas”. King estaba claro de que el problema del racismo era un síntoma que estaba ligado al sistema económico, el capitalismo, la enfermedad. Les presento al King anticapitalista.

El reto, en nuestras luchas diarias, es no olvidar que la mayoría de los problemas, tanto sociales, políticos y económicos, que enfrentamos como país son los síntomas de una enfermedad llamada capitalismo. Es como dice el dicho “la enfermedad no esta en la sábana”. No reconocer esta cruda realidad nos lleva a poner parchos al sistema que causa profundas heridas de injusticia y opresión; parchos que no sana las heridas sino que las profundizan.

El King de la lucha de clases 

En su primera visita en febrero del 1968 en solidaridad con la huelga de los trabajadores de la basura en la ciudad de Memphis, Tennessee, King respondió, a preguntas de un periodista, que “en un sentido se podría decir que estamos enfrentados en una lucha de clases”. Sobre su perspectiva de la lucha de clase King afirmaba que “el racismo es un instrumento de la clase privilegiada, como forma de dividir la clase trabajadora dándole a los blancos un margen de ventaja económico marginal y motivar en su sicología las pretensiones de superioridad”. En el último año de su vida King regreso a la idea de la lucha de clases. Les presento al King de la lucha de clases.

King estaba claro que los síntomas del sistema (el racismo, el sexismo, la homofobia, xenofobia) son instrumentos que el sistema utiliza para mantenernos divididos e imponer su voluntad. Debemos reconocer las inequidades que el sistema crea. Debemos atender esas inequidades. King estaba claro que los síntomas del sistema no afectaban sólo a los negros sino que también tenía profundas consecuencias para los blancos. Lo importante es recordar y reconocer que el sistema usa nuestras diferencias para mantenerlos divididos y oprimidos.

El King antireformista

En otra ocasión afirmó, “por años he trabajado con la idea de reformar las instituciones existentes de la sociedad, un pequeño cambio aquí y un pequeño cambio allá. Ahora siento diferente. Yo pienso que tenemos que reconstruir la sociedad enteramente”. Les presento al King anti reformista.

King sabía que el reformismo no era una alternativa para superar el racismo y la pobreza. No podemos seguir construyendo un nuevo país en una sociedad (colonizada y capitalista) que está en llamas y que su fin se acerca. King nos advierte que el camino de la nueva sociedad no es reformar la colonia y el capitalismo. El sistema tiene que ser cambiado, transformado de raíz.

El King internacionalista

En su discurso de aceptación del Premio Nobel de la Paz en el 1964 señaló lo siguiente sobre el aparthied: “Es en esta situación, en la cual a la gran masa de sudafricanos se le niega su humanidad, su dignidad, se les niega la oportunidad, se les niegan todos los derechos humanos; es en esta situación, que muchos de los más valientes y de los mejores sudafricanos sirven largos años en la cárcel, con algunos ya ejecutados; ante esta situación, en Estados Unidos y Gran Bretaña tenemos una responsabilidad única. Porque somos nosotros, a través de nuestras inversiones, a través de la incapacidad de nuestros gobiernos para actuar con decisión, los culpables de reforzar la tiranía sudafricana. Nuestra responsabilidad nos presenta una oportunidad única. Podemos unirnos en la única forma de acción no violenta que podría traer libertad y justicia a Sudáfrica, la acción que los líderes africanos han apelado, en un movimiento masivo por sanciones económicas”. Les presento al King internacionalista.

King reconocía que la explotación y el empobrecimiento en nuestros países son producto de las relaciones de injusticia y opresión con los países “desarrollados”, del imperialismo. Reconocía que el éxito de la lucha por la justicia y la libertad se fundamenta en la solidaridad internacional.

El King obrero

Estas reflexiones de King sobre el capitalismo lo llevaron acercarse al movimiento obrero. Señalaba en 1957 que “yo todavía creo que el movimiento obrero puede ser un instrumento poderoso para eliminar los demonios que enfrentamos en nuestra nación que le llamamos segregación y discriminación… con la unión de la poderosa influencia de los trabajadores y todas las personas de buena voluntad en la lucha por la libertad y la dignidad humana, puedo asegurarles que tenemos un instrumento poderoso”. En su discurso del 11 de diciembre del 1961 a la Cuarta Asamblea Constitucional de la AFL-CIO en la ciudad de Miami Beach en la Florida, King reafirmó el papel del movimiento obrero en la transformación de la sociedad capitalista. Le decía a la Asamblea que “para encontrar un gran diseño que resuelva los grandes problemas, el movimiento obrero tendrá que intervenir en la vida política de la Nación para marcar el curso que distribuya la abundancia a todos en vez de la concentración entre unos pocos”. Les presento al King obrero.

Entendía King que la unidad entre el movimiento obrero y el movimiento contra el racismo era fundamental y poderosa para derrotar los males de la sociedad y lograr su transformación. El éxito de la nueva sociedad se basa en la unidad de los sectores obreros y trabajadores con las luchas comunitarias y sectoriales. Una unidad, que King dice que es “un instrumento poderoso” de transformación.  

Las estructuras de poder buscan maneras y formas, de acallar, manipular, la voz y el mensaje del profeta. Del profeta que enfrenta el poder, y sus diversas manifestaciones históricas, denunciando las acciones e inacciones que producen explotación, exclusión, empobrecimiento y muerte. El profeta que denuncia que los privilegios y comodidades de las clases en el poder son producto de relaciones de injusticia. Ese mismo profeta trae palabras de esperanza y aliento. Palabras que desean alimentar las ansias de libertad y fortalecer las prácticas de liberación.

Un estudio minucioso del ministerio y la práxis del Rev. King nos ha muestrado como encarnaba al profeta bíblico. Enfrentó; consistente, continua e insistentemente, a la sociedad estadounidense con su práctica de exclusión racial pero también con su práctica de explotación, empobrecimiento y violencia en todo el mundo. Creer que la única preocupación de King era la justicia racial es desvirtuar su mensaje y su militancia por la liberación y la justicia. Les presento al King revolucionario.

El reverendo Juan Angel Gutiérrez Rodríguez pertenece a la Mesa de Diálogo Martin Luther King, Jr.

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