Regreso a clases con reducción de jornada laboral

Recién inicia el año escolar para el estudiantado y para el magisterio del Departamento de Educación (DE). En esta ocasión, los maestros y maestras están asediados por la incertidumbre que, al igual que al resto del pueblo, imponen las medidas de austeridad que la Junta de Control Fiscal y el gobierno actual están tomando para atender la crisis económica que atraviesa el país.

Por un lado, la incertidumbre recae en que el gobierno anunció una reducción de dos días al mes de la jornada laboral de los empleados públicos y por el otro, en que tras el cierre de cientos de escuelas a través de la isla, no se ha podido contabilizar la matrícula de las escuelas receptoras.

La secretaria de Educación, Julia Keleher, expresó públicamente la semana pasada que faltan sobre 50 mil estudiantes sin matricularse en las escuelas. “Cómo es posible que ella diga que faltan miles de estudiantes sin matricular en las escuelas cuando el proceso no está culminado para este inicio escolar”, dijo en forma de denuncia Awilda Rivera Báez, maestra retirada.

“Cuando visité las escuelas y pude hablar con los maestros, me informaron que todavía no les habían dado las listas oficiales de estudiantes matriculados. Esto tiene que ver con el cierre de escuelas porque muchos de los padres no estuvieron conformes con la escuela receptora que les tocó a sus hijos, por lo que matricularon a sus hijos en las escuelas que preferían y no en las receptoras. Eso afecta el número de estudiantes sin matricular”, continuó la también secretaria de la organización magisterial Educamos.

Rivera Báez explicó que en términos económicos la reducción de jornada laboral tiene unas repercusiones “grandísimas”. Según ella, de implementarse esa medida a partir del 1 de septiembre de este año, se afectarían las finanzas mensuales de los maestros y maestras, la acumulación de días de vacaciones y por enfermedad, además, los ingresos de los hogares, que en muchas ocasiones están capitaneados por maestras.

“Hay que mencionar que casi el 85% del magisterio es de mujeres y muchas de ellas son madres solteras”, aclaró Rivera Báez.

“Como tenemos una escala salarial, el maestro que entra nuevo gana menos que los que llevan más años, aunque la diferencia en cuestión de dinero no es grande. Pero la reducción de jornada laboral dos días es bien significativo en el aspecto económico porque, indistintamente de que haya una escala, el tope máximo de los maestros no es un salario alto como el de otro empleados del gobierno, no llega ni a 3 mil dólares”, indicó la maestra retirada.

El proceso de enseñanza-aprendizaje es otro de los factores que se afecta con la reducción de la jornada. Como aún no está aprobada esta medida, no se ha dado a conocer el plan estratégico que implementarán para cumplir con el cometido. “Como la especialidad de ella [julia Keleher] es reestructuración, nosotros estamos esperando de qué manera esa reducción no afecta la enseñanza de los estudiantes”, confesó Rivera Báez.

A juzgar por esta maestra retirada, dos maneras que pudiera imponer la Secretaria de Educación para cumplir con la medida es reducir el periodo de clases o realizar el llamado interlocking. Sin embargo, Awilda Rivera también expresó que “los maestros, que son los que han estado en la sala de clase, son los que pueden dar alternativas”. De implementarse la reducción de jornada en el DE, las alternativas tienen que salir del magisterio porque “tiene la capacidad para diseñar algo y lograr que los estudiantes no se afecten”.

Para la secretaria de Educamos, el recorte que se debe hacer en el DE es administrativo: “Para poder resolver el problema que tiene el DE, desde antes de la crisis fiscal, hay que salir de la politiquería y de estar nombrando como si fuera una agencia de empleo. Ahora mismo la cantidad de maestros se ha reducido a 30 mil, sin embargo, hay ayudantes, supervisores, etc. Hay mucha grasa que se puede cortar para no afectar el bolsillo de los maestros y maestras ni el aprendizaje de los niños”.

Sobre el cierre de planteles, Rivera Báez enfatizó que la matrícula de educación especial es al que más afectada, se ha visto porque los padres se han mostrado indecisos respecto a la escuela en la que matricularán a sus hijos debido a la facilidad de servicios que puedan ofrecerle en el plantel receptor.

Habla la Asociación

La vocal sindical de la Asociación de Maestros y Maestras, Grichelle Toledo, opinó que la reducción de la jornada laboral en el magisterio “creará una crisis social adicional a la económica”. “Lo que va a pasar es que se van a agudizar los problemas existentes en Puerto Rico”, sentenció en entrevista con CLARIDAD.

“La educación de un pueblo debe ser la prioridad. La educación no debe verse como un gasto, sino como una inversión. Es un punto neurálgico que se debe atender en toda sociedad para poder atacar las crisis que tenemos. Desde el punto de la educación, se ataca la crisis económica, la de valores y la social”, continúo la vocal.

El portavoz de los maestros retirados de la Asociación, Juan Ortiz Curet, compartió la misma línea de pensamiento. Para él, restarle alrededor de 40 días al año escolar recae en falta de seguridad para muchos niños y niñas, que asisten a la escuela para aprender, pero también para estar en un lugar seguro.

A tono con las palabras que pronunció el economista Joseph Stiglitz cuando estuvo en Puerto Rico hace unos meses, Toledo expresó que “creando medidas de austeridad como las que se han impuesto en Puerto Rico, se agudiza la crisis y se alarga el periodo. En lugar de eso, hay que estimular la economía, que haya dinero en el bolsillo de las personas para poder mover la economía”.

“Si le quitas el sueldo al trabajador de clase media, es menos dinero que va entrar a las arcas del gobierno en términos de contribuciones, por tal razón hay menos dinero para pagar la famosa deuda”, añadió la vocal sindical.

Al igual que Awilda Rivera, Toledo entiende que el peso de la reducción de jornada, en términos de dinero, va a depender de la escala salarial. “Si hablamos de un maestro cuyo su sueldo básico es mil 750 dólares, estamos hablando de hasta doscientos dólares menos por día. La gran mayoría de los maestros gana este sueldo básico, incluyendo los transitorios. A eso se le quita el retiro, los descuentos de contribuciones, plan médico, si tiene préstamos en Retiro… Habrá maestros cuyo cheque de quincena será menos de 700 dólares”.

En la Asociación están esperanzados de que finalmente no se implante la reducción de jornada. Según Toledo, como hasta ahora la Secretaria de Educación y el gobernador se han pronunciado en contra de esta reducción, “nosotros todavía tenemos fe y esperanza de que no se implemente”.

Y para la enseñanza, qué significa esa reducción, le preguntó este medio a Grichelle Toledo. “La eliminación de casi 40 días lectivos del calendario escolar” y el incumplimiento de las metas de aprovechamiento académico y servicios al estudiantado que traza el mismo DE.

Finalmente, Toledo cree que estas medidas de austeridad en los adentros del Departamento y en claro detrimento de la educación pública se han tomado “porque las personas que están a cargo de tomar esas decisiones no son personas que tienen conocimientos de las implicaciones que esto tiene en nuestros estudiantes. Quienes están tomando decisiones son economistas y todo se está llevando a dólares y centavos. En la Asociación, entendemos que en el análisis profundo y serio que se tiene que hacer ante esta situación, tiene que considerarse el efecto académico, de servicios y de factor social”.

Artículo anteriorUn futuro sin pensión
Artículo siguienteDunkirk: el triunfo humanitario en una batalla perdida