Será Otra Cosa: Comida para los pobres 

Giovanni Roberto al ser arrestado. Foto Ernesto robles

 

Por Rima Brusi/Especial para En Rojo

Pobreza es exclusión, exclusión hasta de la ilusión (la que nos quede) de democracia. Es el reclutamiento del ejército, que parece ser el espacio que queda disponible deeso que mientanequal opportunity. O el de las iglesias: están las que prometen salvación y otro mundo y las que te cobran diezmo, pero a cambio te garantizan el trato preferencial de un dios caprichoso, comunidad y renacimiento instantáneos y un club de libros, digo, libro, en singular, pero gratuito y suficiente.

Es humillación, marginación. Condena a mirar de lejos (pero de cerca, porque no te las sacan de la cara) imágenes de riqueza y exceso.  Dicen los defensores de la abundancia obscena del “punto uno porciento” que mirar la riqueza ajena motiva a los pobres a progresar. De ahí que los nombres “20” y “22” ya no evoquen paradas en Santurce, sino leyes, invitaciones generosas  a quedarse en (¿con?) nuestras islas, comunidades amuralladas con escuelas, playas, parques, seguridad y hasta hospitales. Pero mirar constantemente la riqueza de los de arriba, cuando no existen las estructuras para llegar allí, lo que hace es conjurar los demonios de la frustración y la desesperanza.

Son las paredes de la deuda impagable, cerrándose a tu alrededor. Como en aquella escena en Star Wars, ¿la recuerdan? Tres protagonistas atrapados en un basurero intentan escapar de la muerte (los verdugos de la película son los representantes del “Imperio”, por cierto, pero ese es otro tema) mientras las paredes los van apretando, las aguas van creciendo y unos culebrones gigantes se les van acercando.

Es el miedo a que te arresten por robarte dos latas de café.  A que te nieguen comida, techo,sanitizery dignidad, mientras te llenan esa mochila sin fondo con “es responsabilidad de los padres”, “quédate en tu casa”, “lávate las manos”, “dios mediante” y “resiliencia”.   A que el COVID te enferme o mate con mayor frecuencia, mientras los que mandan nos engañan y regañan. “El virus no discrimina”. “La gente no está cooperando”. “Hay que abrir la economía a toda costa”. Unjú.

“Abrir la economía”. Los que se benefician de esa apertura no son los que tienen que poner y arriesgar el cuerpo para lograrla. A mí en la escuela me dijeron que la economía tenía que ver con el uso y distribución de recursos para satisfacer necesidades humanas.  ¿Cómo es que Walmart “necesita” y los pobres no?

De arriba un grito. ¡Abrir la economía!

De abajo, una canción:  Yo lo que quiero es/comida para los pobres. 

 

 

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