Trump el “antineoliberal” es un cuento chino

 

 

Especial para CLARIDAD

Trump dice que quiere cerrar la economía de Estados Unidos, quiere proteccionismo, arbitrios, proteger industrias, industrialización de manera de sustituir importaciones, esto parece “antineoliberal” pero es un “fake news” típico de él. Trump es menos del 25% antineoliberal para lo que le conviene y más de 75% neoliberal, así que al hibrido o moderno Frankenstein del capitalismo neoliberal, nadie le cree su discurso. Su discurso donde todos tienen que hacer sacrificios y pagar para que EEUU vuelva a ser grande, da la impresión de proteger las industrias y la economía, pero es la justificación para una guerra económica o comercial contra China. Guerra económica que puede traer efectos contrarios a la economía. Trump es antineoliberal en el comercio exterior, pero con un gabinete neoliberal que responde al Proyecto 2025 de un gobierno conservador. Es la “libertad económica” o libertinaje para que los ricos se hagan más ricos y los demás paguemos las consecuencias, que lo vemos en el repudio del sistema del seguro de salud, al salario mínimo federal y a las reglamentaciones además de los nombramientos al gabinete moldeados por el Proyecto 2025 donde las corporaciones y el sector financiero manejan las políticas públicas y reformulen el papel del gobierno. Estos nominados neoliberales, que buscan reducir gastos sociales para ajustar el presupuesto, desregular para adelantar su agenda económica, privatizaciones, reducir costos laborales, disminuir el gobierno, bajo la idea de eficiencia estatal para construir un Estado al servicio de los intereses de las corporaciones. Ya no es un gobierno oculto, ahora están al frente, con su agenda de repudio del sistema de seguro de salud y al salario mínimo federal. Estos creyentes de la “libertad económica” para defender sus grandes capitales, compraron sus espacios en el gobierno para su beneficio, y le imponen los costos al pueblo. Parten de sus discursos torcidos de que una cosa es para ellos, los ricos, blancos y poderosos, y otra para los otros.

Lo que propone Trump es que hay que proteger a las industrias tecnológicas de Estados Unidos para sustituir importaciones (autos eléctricos en particular) y que se fortalezcan ante la competencia China. Eso son políticas proteccionistas y de industrialización de manera de sustituir importaciones para evitar que los autos eléctricos chinos desplacen al de los Estados Unidos. Pero lo deja en manos del poder del capitalismo corporativo. Y luego de impulsar el Tratado de Libre Comercio entre EEUU, Canadá y México, con políticas neoliberales, ahora Trump impondrá un arancel de 25% a los productos de México y Canadá. Alega Trump que estas medidas son de seguridad para detener la invasión de drogas, pero se le olvida una regla básica si la gente demanda el producto – droga – algún empresario lo ofrecerá por ser rentable. Así que debe enfocarse internamente y combatir el consumo en su país para reducir ese mercado e investigar a los inversionistas en estos negocios y se puede llevar sorpresa.

Por años la política de Estados Unidos ha sido la del neoliberalismo, en contra del proteccionismo y los impuestos aduaneros o aranceles, la protección de industrias, a favor de abrir las economías, etc.  La academia de economistas en Estados Unidos, que lleva años de contagio de la ideología económica del neoliberalismo, construirán los discursos y teorías para esta nueva versión ideológica. Pero han justificado tanto el neoliberalismo hasta la deslocalización del capital que permite abaratar los costos, y ahora van a tener que explicar cómo con estas políticas proteccionistas van hacer que las industrias se quedaran en EEUU. ¿Será posible traer la manufactura de regreso a Estados Unidos y proteger la industria nacional? Es posible, pero el capital seguirá con sus deseos de buscar ganancias y se deslocalizará (nearshoring) y hará más subcontratación internacional (offshoring), para expandir sus negocios a otros países y optimizar sus costos de producción. Recordando que cuando se eliminó la sección del Código de Rentas Internas 936 de EEUU se dijo que eso iba a traer la manufactura de regreso a Estados Unidos y eso no sucedió.

Entender la psiquis de Trump es difícil, es motivo para que psicólogos discutan esa personalidad. Pero Estados Unidos enfrenta el dilema económico entre libertad económica o el proteccionismo y los efectos en la competitividad del país. Proteccionismos, aranceles y cuestionar los acuerdos comerciales internacionales, en un mundo donde los países compiten para atraer inversiones reduciendo impuestos y derechos laborales. La guerra comercial puede incidir en la inversión, debido que deja de ser uno de los países más atractivos para invertir, precisamente por la incertidumbre que causan las medidas de proteccionismo que ha caracterizado Trump. Esta situación le ha restado la superioridad competitiva a los Estados Unidos y la agenda económica es cada día más neoliberal, aunque sólo hable de su fase proteccionista. Y si a esos se une la posibilidad de debilitar el ámbito educativo y medio ambiental eso contribuye a afectar la competitividad del país y la calidad de vida del ciudadano.

Finalmente, el consumo se afectará, pero no el de autos eléctricos que la mayoría no puede pagar y mantener, sino el consumo compulsivo en grandes tiendas que venden cosas baratas chinas que es lo que el trabajador promedio consume, que ahora verán los precios subir.  Este freno en el consumo puede tener un efecto en cadena en diversas empresas pequeñas y medianas, pues diversos sectores consumen estos productos para abaratar costos. Así como los insumos de algunas empresas, encareciendo todo, mientras los salarios siguen estancados.

El Proyecto 2025 y el capitalismo corporativo que se impone pretende resguardar sus intereses en América, donde genera conflictos para ofrecer soluciones que atentan contra la soberanía de los pueblos. Imponiendo agendas de libertades comerciales de las corporaciones foráneas y no en defensa de los intereses nacionales. Por eso entender la función de esos nominados son otro discurso, siguen en su nuevo Plan Marshall para América Latina y el Caribe en la guerra política y económica para controlar recursos y desestabilizar economías en donde Cuba y Venezuela llevan la peor parte, y Puerto Rico es su peón en el Caribe.

 

 

 

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