Un libro sobre la talla de santos en San Germán: acotaciones

A la memoria de José Vélez Dejardín quien, si viviera, 

de seguro estaría esta tarde en el público

y habría venido a saludarme…

Presentación del libro de Juan E. Hernández Cruz, ed. (2024) La imaginería (talla de santos) en San Germán a través del tiempo. San Germán: Fundación Puertorriqueña para las Humanidades / National Endowment for the Humanities. 107 pp. Illus.

Quisiera agradecer la oportunidad de conversar sobre este libro. Hernández Cruz, es sociólogo por formación, historiador y activista cultural por oficio y un intelectual genuina y sanamente obsesionado con el problema de la identidad, sus fracturas y sus expresiones culturales. Mi relación profesional y creativa con Hernández Cruz comenzó hace mucho tiempo, en 1994, cuando me invitó a reflexionar sobre la obra historiográfica del colega Arturo Morales Carrión. Eso significa que por estos días se cumplen 30 años de colaboración esporádica. Nuestra historia común es, sin embargo, más remota: ya le conocía como profesor de sociología de la Universidad Interamericana de San Germán, donde tuve mi primera experiencia docente, en 1989.

Durante todos esos años hemos compartido varias cosas. El interés por los escenarios socioculturales del siglo 19, por las figuras notables y las letras de la comunidad sangermeña y cierta ansiedad por explicar su emborronamiento en el llamado canon nacional. Nos han llamado la atención la participación de esta comunidad en el discurso de la identidad puertorriqueña, así como algunos nudos históricos polémicos como la Carta Autonómica de 1897 a cuyo centenario me estimuló a participar en 1997. Creo que compartimos la idea de que San Germán es algo así como “otro Puerto Rico” que siempre necesita ser revisitado.

A ese conjunto de intereses añade Hernández Cruz con este libro que organiza las artes populares, su papel en el regionalismo sangermeño y la figuración de la identidad nacional. No es una pasión nueva. En el 2000 cooperé con el amigo en un valioso volumen sobre el mueble puertorriqueño que, desde mi punto de vista, es un importante antecedente del que ahora me ocupo. Para un estudioso como yo, ambos libros deben ser leídos como la expresión de un discurso único.

Puestos a un lado los asuntos académicos, Hernández Cruz me ha privilegiado de diversos modos. Me hizo lector de sus memorias publicadas en 2012 y 2023 y, a su vez, ha sido lector y comentarista de algunos de mis libros. La situación es complicada. Yo que nací en Mayagüez y me reclaman de Hormigueros, he sido transformado en sangermeño por adopción por cuenta Hernández Cruz. Como nota al calce, él sabe que es un amigo insustituible. Yo espero ser algo parecido a eso para él.

El libro La imaginería (talla de santos) en San Germán a través del tiempo es una obra valiosa y polifónica. Desde mi punto de vista, es un proemio conciso y eficaz a la experiencia de la imaginería o talla de santos como factor identitario imprescindible. La otra virtud que posee es que la mirada sobre el tema se elabora desde una variedad de posicionamientos en apariencia distantes, pero con una extraordinaria voluntad para dialogar. La diversidad del conjunto traduce bien las complejidades del tema bajo evaluación. El núcleo del libro son cuatro ensayos sintéticos capaces de ofrecer un panorama comprensible de la imaginería o talla de santos accesible incluso para los legos como yo.

El profesor Jorge A. Rodríguez Acevedo, maestro y estudiante graduado de Estudios Culturales de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, nos deja el excelente estudio académico “Trasfondo histórico de la imaginería en Puerto Rico con énfasis en San Germán”. El autor se propone sintetizar los parámetros para una historización de la talla de santos, uno de los índices identitarios nacionales, desde el crisol de San Germán, ese “otro Puerto Rico” que antes nominé. El tránsito del artista anónimo al conocido, la emancipación relativa de esta expresión artística de las estructuras del culto religioso y la forma en que ambas esferas sobreviven y se reformulan desde fines del siglo 18 hasta el presente, así como el reto que significó el 1898 para esta práctica creativa, son apuntados con cuidado. El ensayo articula las generalidades del lenguaje justo para enfrentar el problema de la historicidad de esta expresión -talla erudita colonial, talla primitiva, talla autóctona o tradicional-; las historiza y coloca en una ajustada línea del tiempo. Y, claro está, documenta la emergencia de la figura del santero como artista o autor, un evento, desde mi punto de vista, fundamental para entender el fenómeno. A través de estas páginas el lector toma conciencia del papel de ciertos linajes -los Espada, los Millán- en la evolución del arte.

Alexandra Ruiz Pesante, maestra y talladora, ofrece en “Mi trayectoria como talladora: retos y logros”, un hermoso y bien articulado testimonio de lo que para ella fue desde niña una pasión. Es un texto cargado de la rica y poética emocionalidad del artista que intenta documentar su fervor por la gubia y la madera. Esta intrahistoria o autobiografía dialoga con la propuesta general del volumen desde el otro extremo. La voluntad macroscópica y regionalista del proyecto no hubiese estado completa sin la presencia de un texto de esta naturaleza. El testimonio de la autora, un “yo” afirmativo poderoso, llama la atención en torno a cuan jalda arriba puede ser para un aprendiz convertirse en tallador en Puerto Rico.

El asunto es más complejo: el texto ofrece apuntes en torno a cuánto le cuesta serlo a una mujer en un entorno que se ufana de su modernidad. Como se sabe, por una diversidad de consideraciones históricas, sociales y culturales, la talla de santos ha sido una experiencia masculina y patriarcal. La herencia católica, tan masculinista y patriarcal incluso en un orden mariano como el hispano-puertorriqueño, y el hecho de que las destrezas artesanales que requería el oficio estaban socialmente vinculadas a los hombres, resultan cruciales para comprender este dilema. En general, el solo hecho de que sea una voz femenina la que hable es un valor añadido. El potencial femenino y matriarcal de la talla de santos es una apuesta que celebro y, me parece, debe trabajarse como problema intelectual con más empeño.

Este texto de Ruiz Pesante es un semillero de posibilidades. Este tipo de reflexión coloca al lector en la situación de un actor más del relato. El discurso de la autora llena de humanidad un oficio que el lenguaje técnico o académico suele podar de subjetividad. Cualquier explicación racionalista, social o estético-filosófica de un proceso creativo estaría incompleto si faltase un manifestación de esta naturaleza. Felicito a los organizadores y a la autora por este texto.

José M. Millán Álvarez, tallador escultórico con formación en arte e ilustrador digital, aporta una reflexión original y pertinente titulada “Sobre la talla de santos en Puerto Rico: un acercamiento a la tecnología moderna y el regreso a la iconología”. El autor muestra otros rostros de la praxis de este arte que nos orientan sobre su nueva complejidad en el presente. Si Ruiz Pesante nos ilumina en torno la humanidad de este empresa estética, Millán Álvarez nos ilustra sobre la evolución y el impacto de entorno tecnológico mecánico y cibernético en las labores de la imaginería.

No solo eso. El autor, como cuando desde la historiografía decimos que el pasado siempre debe ser re-observado y reescrito, insiste en la necesidad de profundizar la interpretación iconológica en el seno de un arte dinámico que se ajusta y desarrolla a facetas nuevas que retan su dinamismo. Este texto nos advierte que experimentar y reformular la imaginería no lastima la tradición. Por el contrario, ese atrevimiento asegura su supervivencia en circunstancias inéditas en los cuales el consumo de la imagen se rige por principios distintos. La historicidad de la imaginería tiene en este ensayo su explicación más acabada. Que quien hable de este modo sea un tallador de prestigio es un detalle que no puede pasarse por alto.

Este es un artículo académico, denso, bien construido y retador para cualquier lector. Elabora una mirada de la talla de santos fuertemente sociopolítica que dialoga con la mirada histórica y personal que le impusieron las reflexiones que le anteceden en el volumen. Su peculiar apropiación del problema permite comprender las formas en que una expresión estética genuina y arraigada en un pasado remoto se transforma, adopta recursos tecnológicos y procedimientos (technes) innovadores y los pone al servicio de una tradición que solo es sostenible en la medida en que haga ajustes porque, de otro modo, desaparecería. Este ensayo es una demostración de cómo la tradición y la modernidad se suman e integran. El comentario del autor sobre su ubicación generacional es tan valioso como el de la artista que lo precede.

Por último, el trabajo de David Nazario Ramírez, activista cultural con formación en arte y logística empresarial, aborda el tema del lugar de la imaginería desde la perspectiva empresarial en el contexto de un mercado que en el siglo 21 está muy lejos de parecerse al escenario de consumo de los siglos 18, 19 y buena parte del 20. “La importancia de los certámenes en el desarrollo de la imaginería: criterio y selección de jueces” es una reflexión atinada respecto a los entornos de competencia que promueven la reproducción del arte. El certamen aparece aquí como una empresa compleja cuya organización requiere habilidades particulares. El problema se articula alrededor de otro asunto crucial: la selección de un jurado competente. El ensayo incluye un breve acercamiento al tema en el contexto de San Germán, y otro en torno a los repositorios clericales y seculares de imaginería a lo largo del tiempo, pasando por los santuarios, los museos estatales y privados y las colecciones particulares, otro asunto que valdría la pena evaluar en el futuro. En cada uno de esos espacios de apropiación, posesión, exposición y mercadeo, la imaginería posee sentidos y valores distintos que nunca son excluyentes.

Los cuatro posicionamientos, el académico, el que apela a la subjetividad estética y la praxis, el que llama la atención en torno a las conexiones de la praxis con el mundo de la tecnología y el empresarial, ratifican la riqueza del campo estético de la imaginería o talla de santos a través del tiempo y nos instruyen sobre su pertinencia y actualidad.

Un último comentario sobre el valor documental e informativo de este volumen. La inclusión de un registro de biografías o perfiles de talladores de la localidad, elaborada por Rodríguez Acevedo y Hernández Cruz, recurso que incluye desde los modelos del tránsito del siglo 18 al 19 a los más recientes, permite imaginar al artista concreto, su poiesis y ratifican la continuidad de este arte popular. Vuelvo a llamar la atención en torno al registro de mujeres talladoras y la subsecuente transformación de la imaginería de un campo masculinista a uno más abierto. La Bibliografía, elaborada por Rodríguez Acevedo orienta académicamente bien al estudioso que se aproxima al tema. De igual modo, el Anejo I: “La talla de santos como motivo artístico en el cartel serigráfico de San Germán” firmada por Hernández Cruz, habla de los encadenamientos entre este arte y la serigrafía, un medio de tanta riqueza en el país. El inventario de carteles, impresos y electrónicos, que usan el motivo de la talla y las biografías en torno a los creadores es una aportación valiosa. El Anejo II: “Árboles madereros puertorriqueños más comunes utilizados en la talla de santos” de Hernández Cruz, que el autor había incluido en su volumen sobre el mueble en el año 2000, nos remite a esa materia prima que muchos desconocen: el árbol maderero apropiado para la labor. El Inserto con una muestra de tallas en colores, completa un libro rico en posibilidades interpretativas e investigativas.

Los felicito a todos por este producto y los insto a continuar una tarea que, como todas, tiene que ser reiniciada una y otra vez.

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