Un País en la oscuridad

Foto Alina Luciano

 

CLARIDAD

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No hay explicación técnica para que el país completo se haya quedado a oscuras tras el paso del huracán Fiona, mucho menos para que a más de cinco días todavía haya pueblos enteros sin el servicio. Entrevistados por CLARIDAD atribuyen la situación, no al evento atmosférico, sino a una empresa que no tiene ni la experiencia ni el personal necesario, que subestima los daños que puede ocasionar un evento de la naturaleza de una tormenta o huracán y a una política pública errada: la privatización sin supervisión.

Para presidente de la UTIER (Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego), Ángel Figueroa Jaramillo, no se puede utilizar el impacto del paso de Fiona, huracán categoría 1, como una razón para que el país entero se haya quedado sin luz. Este relató que si se mira el historial de los huracanes desde Hugo en el 1989, solo en dos ocasiones ha ocurrido que el país se ha quedado el 100 por 100 sin servicio. La primera vez fue en el 2004, con la tormenta Jeanne, que sin la tormenta haber tocado al país el Gobierno decidió apagar el sistema; por lo tanto, no fue el efecto de la tormenta. La segunda vez fue María, un huracán categoría cuatro. Antes de María, el huracán que más porciento de personas dejó sin servicio eléctrico, el 96 %, fue George, en el 1998, que cruzó a Puerto Rico de un lado a otro con vientos de 115 millas por hora.

En el caso de Hugo, que impactó el lado este el país, el área sur y oeste se mantuvo con servicio. Es por eso que Figueroa Jaramillo insiste en que no hay una explicación técnica para que con el paso de Fiona todo el país se haya quedado sin luz.

A menos que LUMA presente una explicación coherente de por qué se apagó el país   —la cual no ha presentado—, no hay razón técnica para ello, añadió. Inclusive, se puede separar el norte del sur para efectos de que el sistema no se apague, debido a que cuando el sistema se apaga 100 % el problema es que para volver a prenderlo sí se tarda casi dos días, observó.

Al afirmar que LUMA no estaba preparada para enfrentar el huracán que pasó (ni de ningún otro), trajo a la atención la revelación hecha por el exgobernador Aníbal Acevedo Vilá, de que los pilotos de la Unidad de Operaciones Aéreas de LUMA no están certificados y que su jefe renunció en medio de la emergencia. Esa unidad cuenta con cuatro helicópteros que le fueron traspasados de la Autoridad de Energía Eléctrica a LUMA con la privatización. Figueroa Jaramillo dijo que se supone que estos pilotos tienen que estar certificados por la Administración Federal de Aviación (FDA, siglas en inglés), por lo que la falta de esta certificación no permitió que LE sobrevolara las líneas de transmisión de inmediato luego del huracán. Según reveló Acevedo Vilá, esta tuvo que contratar a la empresa privada Master Link para inspeccionar esas líneas.

“Por lo tanto, viendo ese escenario y, como pasó hace dos meses, que el sistema se cayó la mitad porque las líneas de transmisión estaban malas, uno puede pensar que las líneas se dañaron por falta de poda de vegetación”. El presidente de la UTIER entiende que todo apunta a que no se hizo mantenimiento preventivo.

Además refutó que la falta de trabajos de la reconstrucción de los daños que dejó María al sistema es lo que ahora haya ocasionado la falta de servicio. Lo que ocurrió es una cuestión operacional, precisó. A la interrogante de cuánto se estima que puede tardar el regreso al servicio por completo, explicó que eso va a depender de las líneas de transmisión que estén disponibles, de ser cierto, para que en los próximos días se comiencen a encender las plantas de generación.

Flojas las excusas de LUMA

Por otra parte, el profesor de ingeniería eléctrica Agustín Irrizary calificó de flojas las excusas que ofrece LUMA por la falta de servicio. “LUMA no tiene experiencia, no sabe a lo que se enfrenta, subestima los daños que puede ocasionar un evento de esta naturaleza. LUMA vino a aprender con nosotros”. El exrepresentante por los consumidores en la Junta de Gobierno de la AEE también apuntó que la AEE sacaba sus helicópteros a inspeccionar los sistemas de transmisión tan pronto pasaban los vientos de un evento atmosférico, mientras que LE se tardó 24 horas.

El profesor Irrizary refutó la excusa de LUMA de que la falta de servicio se deba a la falta de generación. Al momento de esta entrevista —cuatro días después del evento—ya deberían haber entrado en operación todas las centrales grandes como Costa Azul y Aguirre, por lo que de ser así, debía de haber toda la generación necesaria. “La rapidez con que LUMA se está moviendo no pinta nada bien”, le preocupa. En el caso específico de Mayagüez, donde vive, no ha visto ningún camión de LUMA.

Para él, LUMA está jugando un juego político al anunciar cada vez que la luz llega a lugares del Área Metropolitana.Pero no ve que esté fluyendo información de los daños en los pueblos. Si LUMA, el Gobierno e incluso la Autoridad de Acueductos no sienten la presión de los residentes de esos lugares,“no se mueven”.

A su juicio, la pregunta clave que LUMA debe contestar es cuántas subestaciones de transmisión, de las 400 que tiene están operando; cuántas necesitan reparación; si hubo daño en las líneas de transmisión. Esa información daría una mejor radiografía de cuál es el estado de la situación. El profesor Irrizary, quien es miembro de la coalición Queremos Sol, observó que por nuestra posición geográfica, la alternativa energética para el país debe ser la energía solar dado que aun cuando el sistema de transmisión se pueda fortalecer, comoquiera somos vulnerables a huracanes. “No hay una línea de transmisión 100 % segura contra las huracanes, eso no existe”.

El fracaso de una política pública

“Lo que vemos aquí es el fracaso de una política pública, la forma en que se manejan los haberes del gobierno por parte del gobernador y la Legislatura. El depender para el manejo de la transmisión y distribución de un operador contratado al cual se les está dando poca o ninguna supervisión y además se le transfirieron todos los deberes y facultades de la AEE ha creado una situación de falta de control, de falta del establecimiento de una manera ordenada de cómo se soluciona, no solo esta crisis en que estamos, sino de cómo se opera de ordinario el sistema de energía en Puerto Rico”, manifestó, el actual representante de los consumidores en la JG de la AEE, Tomás Torres Placa.

El ingeniero y planificador se reiteró en su señalamiento que el operador privado del sistema de distribución y transmisión no está recibiendo la supervisión estricta que requiere, lo que demanda cambios en el contrato e incluso cambios en la gerencia de LE. Una prueba de sus denuncias es que la JG de la AEE no discute ni siquiera cuánto será el costo de la reparación del servicio, debido a que la ley 120 le removió todos los poderes y facultades a la AEE de la Transmisión y Distribución y se lo dio al operador, que solo es supervisado por la Autoridad de Alianzas Público privadas (AP3).

“Es fundamental derogar la ley 120. LUMA es quien único sabrá cuánto nos costó la emergencia y, dado a que el país fue declarado zona de emergencia, mucho de los costos van a ser subsidiados por el Gobierno federal. Por ahora aquí lo más importante es el tiempo. No vamos a saber cuál es la magnitud de esta avería, por qué se ha tardado tanto y por qué sectores que no fueron afectados directamente por el huracán, a cuatro días del mismo, siguen sin servicio”.

Según el portal del Gobierno de Puerto Rico, para este lunes, 26 de septiembre, a siete días del embate del huracán que pasó por el suroeste, solo el 58,% de los clientes tenía el servicio de luz.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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