Villa Cañona: Una comunidad con determinación y esperanza

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Su nombre denota su origen, Villa Cañona I y Villa Cañona II, pero se traduce en fortaleza, determinación de una comunidad que se levanta con el esfuerzo de sus residentes y la solidaridad de otros puertorriqueños. El nombre de Villa Cañona I responde a un rescate de terrenos de finales de la década de los ’70 y “la Villa Cañona II es de los mediados de los ’80. Los residentes de Villa Cañona dos son los herederos de Villa Cañona I”, expresó Rivera

Al paso de los dos huracanes, Irma y María, el Comité Pro Desarrollo de Villa Cañona, en Loíza, ha redirigido sus esfuerzos para atender los daños sufridos por el embate de ambos huracanes. Rafael Rivera, presidente del Comité, comentó que aunque con Irma y María, no hubo mucho daño a las viviendas, si lo hubo a la infraestructura de la comunidad, todavía no tienen ni agua, ni luz y uno de los centros comunitarios perdió todo el techo.

Rivera comparó que cuando el huracán Hugo (1989) para aquella época “la mayoría de las residencias eran de madera y zinc luego de ese huracán mucha gente reparó sus viviendas ahora las que más daños recibieron fueron las segundas plantas en madera aunque también hubo residencias de cemento que sufrieron”. Al presente Rivera dijo que, el Comité estaba trabajando en un censo y han identificado alrededor de 129 familias y han  atendido lo que considera la necesidad principal que es suplir agua potable a los residentes para lo cual están recibiendo donativos de diversas entidades no gubernamentales.

Hasta el presente a la comunidad nadie les ha dado ninguna información o explicación sobre la falta del servicio de agua, “simplemente lo que escuchamos en las noticias que los generadores en las plantas colapsan y eso es lo que hemos sabido”, expresó Rivera. Hizo la salvedad de que en todo el pueblo de Loíza el servicio de agua potable va y viene y que “cuando regresa no es tan potable como quisiéramos por eso es que enfatizamos en buscar el agua potable para la poca que viene poderla utilizar en otras tareas”.

Villa Cañona tuvo el lunes 6 de noviembre la visita por segunda ocasión del Congresista Luis Gutiérrez y el exprisionero político Oscar López Rivera, con los cuales están organizando varias iniciativas de trabajo para la comunidad. Entre estos trabajos, está el reparar o mejor dicho construir un nuevo techo para el antiguo Head Star de la comunidad que se había convertido en un centro comunitario y para el cual precisamente unos días antes de que azotara María, habían firmado un convenio de uso.

“El Centro es para ampliar los servicios que ya ofrecemos”, añadió el vice presidente del Comité, Carlos Cruz. Mientras Mayra Cruz, tesorera suma a sus expresiones, “una de las cosas que mas queremos es que como todavía los niños no están yendo a la escuela tenemos un centro donde le dábamos tutorías a los niños nosotros lo mas que queremos es que los niños tenga una manera donde divertirse, donde recibir un poco de ayuda para que no estén por ahí por la calle por lo menos tener un centro donde alguien le pueda leer un cuento, alguien le pueda dar algún tipo de música, algo en lo que ellos puedan entretenerse en lo que vuelve la escuela”.

En tanto Rivera reiteró “todas las aportaciones son buenas pero en específico la de Luis Gutiérrez va hacer de gran ayuda para así seguir encauzando a los niños de la comunidad para un futuro mejor”. Gutiérrez entregó al Comité la asistencia recaudada por la comunidad puertorriqueña de Chicago de la iniciativa Agenda Puertorriqueña.

La escuela elemental a a cual se supone asistan los menores de la comunidad está siendo utilizada como refugio. Lizbeth Rivera, también miembro del Comité Pro Desarrollo de Villa Cañona, expresó sobre el particular, “entendemos que la cantidad de refugiados no es tan grande los pueden mover a otra área para que así los niños puedan ir a la escuela ya que están perdiendo mucho tiempo de clases se van a atrasar en el proceso”. Añadió que ha escuchado comentarios de que se iba a mover a los niños a la escuela superior, alternativa que dijo no es la adecuada para los niños por ser una escuela de tres pisos y estar mas lejos.

La presencia de Oscar López Rivera

¿Qué Oscar está por ahí?, ¿Oscar López? El joven empujaba una carretilla llena de pedazos de árboles secos, cuando reaccionó a la pregunta de otro vecino de si no había visto por ahí a Oscar López. “Sí está”, le replicó a lo que el joven contestó con entusiasmo, “ah yo tengo que hablar con él”.

En la primera visita “todo el mundo se sorprendió, lo conocíamos por la televisión, dijeron sonrientes Mayra y Lizbeth sobre la visita de López Rivera a la comunidad. En su segunda visita el respeto, asombro y hasta curiosidad no disminuyen entre los residentes de Villa Cañona.

“Hay un poquito de trabajo pero es bueno trabajar y es bueno luchar a mí me gusta eso”, reacciona sonriendo López Rivera al saludo de CLARIDAD. Tras establecer contactos mediante unos amigos con los líderes comunitarios de Villa Cañona López Rivera junto a un grupo de voluntarios coordina varias brigadas de trabajo para la comunidad. El grupo -dijo- se propone llevar una brigada médica, una de construcción y una brigada de limpieza y sanidad.

Por azares de la vida, la misma María, impidió que López Rivera viajara a la Isla justo el día antes de su furiosa visita. No fue hasta el 30 de septiembre en que pudo regresar a Puerto Rico y ya al día siguiente estaba en Manatí trabajando de voluntario.

“Ha sido una experiencia dolorosa ver a Puerto Rico en las condiciones que está, pero a la misma vez de lo negativo se puede hacer algo positivo. Yo creo que se está haciendo algo positivo que es, el pueblo levantándose, haciendo cosas por su cuenta, comunidades como estas que está bregando con sus problemas.Nos toca a todos los que queremos que Puerto Rico eche pa’ lante estar aquí con ellos”, expresó respecto a la impresión que le provocó el huracán y lo que lo motiva a su trabajo voluntario.

Le pregunto si de todas las cosas que se pudo haber imaginado al salir de prisión, imaginaba ver un huracán admitió; “ lo menos, lo menos que yo esperaba, pero verdaderamente ya cuando Irma pasó yo dije esto no augura nada bueno, entonces vengo y regreso a Puerto Rico desde el avión mirando la devastación de María todo estaba ennegrecido, hoy ya vemos que la naturaleza esta regresando, que la madre naturaleza nos dice que ella es una fuerza grandísima pero a la misma vez veo también a la gente con un espíritu levantándose poco a poco y yo creo que vamos a levantarnos. Creo que este es el momento no sólo para trabajar en comunidades, sino para verdaderamente descolonizar a Puerto Rico”.

La respuesta del pueblo puertorriqueño que se ha organizado por si solo para atender sus necesidades, las acciones comunitarias, iniciativas como la de los camaradas que le acompañan, es lo que le sostiene y le dan esa esperanza. “Yo vivo muy esperanzado siempre, para mí la no esperanza no es una opción”. Además de Villa Cañona y otras comunidades en Loíza, López Rivera ha visitado tras el huracán otras comunidades como el Barrio Venezuela y Buen Consejo, en Río Piedras, en Manatí y Vega Baja, en todas dijo ha sido recibido “con mucho amor, pues yo creo que las comunidades puertorriqueñas reflejan lo que es el pueblo puertorriqueño en el corazón boricua hay mucho amor y mucho respeto para aquellos que hacen las cosas con amor”.

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