Vital: Arrancó dando tropiezos

En Puerto Rico la salud es un negocio. Entre los abusivos precios impuestos por las farmacéuticas a sus productos y las compañías de seguro, el objetivo primordial de esta industria es el lucro, por encima de lo que es un derecho humano fundamental.

“Ven la salud como un negocio. Lo ponen en manos de los planes médicos que no son organizaciones sin fines de lucro, sino corporaciones para generar ingresos para sus accionistas y se están quedando con una gran cantidad de los recursos que están destinados para darle servicios a la gente”, reclamó el doctor Hector L. Pesquera Sevillano.

El pasado 1 de noviembre inició el nuevo modelo del Plan de Salud del Gobierno [PSG], Vital. Ese día varios ciudadanos –según constató un medio– fueron sorprendidos cuando, en aras de realizar sus gestiones médicas, no pudieron recibir los servicios de salud que necesitaban, ya que aparecían inelegibles en las listas de pacientes asegurados por el gobierno.

La receta a este síntoma de debilitación sistémica según la directora de la Administración de Seguros de Salud (ASES), Ángela Ávila, es que durante el período de inscripción, abierto hasta el 31 de enero, los proveedores con contratos previos de Reforma podrán seguir dando servicios y las aseguradoras que administran el PSG les deben honrar el pago, según garantizado en una enmienda a los contratos.

“Con la boca es un mamey”, dijo el doctor sobre las recomendaciones hechas por la directora de ASES.

Pesquera, añadió que no es que la aseguradora tenga un contrato con el gobierno –como es el caso–, sino que es el proveedor quien tiene que tener un contrato con cada plan, añadió.

Por ejemplo, si un paciente “asegurado” –lo que sea que eso signifique en este contexto– va a una cita con un especialista [o cualquier otro proveedor, laboratorios, etc.] que no tiene contrato con alguna de las compañías que forman parte del PSG, el especialista no va a ofrecer el servicio debido que no tiene garantía de pago sobre el mismo.

“Menonita, nadie en el área metropolitana tiene contrato con esa aseguradora”, puso como ejemplo Pesquera. “Tu refieres [un paciente] a un laboratorio y el laboratorio dice “yo no tengo un contrato con Menonita”

Los planes de salud acogidos al PSG son: Triple S, MMM, First Medical, Molina Healthcare y Menonita.

“Las compañías tratando de sacar el máximo de dinero, los proveedores luchando con lo poquito que le dejan para los servicios y la gente en el medio volviéndose loca”, dijo el doctor.

“La Tarjetita de Rosselló”

El deterioro en los servicios de salud se remonta a hace más de 20 años durante la administración de Pedro Rosselló con la Reforma de Salud y la “Tarjetita de Rosselló”.

Aquel pedazo de plástico rectangular fue –manifestó Pesquera– un instrumento para desmantelar el sistema de salud pública, venderle los Centros de Salud y Hospitales del Estado al sector empresarial a precio de baratillo y privatizar la administración de los servicios de salud pública, poniéndola en manos de comerciantes y compañías aseguradoras con fines de lucro.

“Desde que empezó la reforma con Rosselló(padre), la calidad de los servicios de salud público ha ido en deterioro. La mortalidad infantil ha aumentado, también las jóvenes menores de 20 años embarazadas, la cantidad de diabéticos, hipertensos… todos los indicadores de calidad de los servicios de salud han ido en retroceso”, dijo.

Según expone el doctor en el escrito, La salud: Derecho humano fundamental, el índice de mortalidad infantil, un indicador utilizado mundialmente para medir la calidad del cuidado de salud de un pueblo, es en la actualidad de 8.23 por cada 100,000 nacidos vivos en Puerto Rico. En Estados Unidos es de 7%, en Canadá es 6%, en España es 3,39%, en Francia 3.33% y en Cuba, un país con recursos muy por debajo a los nuestros, es de 4.8%.

En el mismo documento, menciona que otros indicadores de Salud, tales como embarazos en adolescentes, porcentaje de cesáreas (48%), Obesidad, enfermedades de transmisión sexual, SIDA y enfermedades crónicas como Diabetes e Hipertensión Arterial, nos colocan a la saga de los países desarrollados.

El gobierno gasta, $2,800 anuales per cápita en servicios de salud tanto física como mental, lo que equivale a un gasto anual global de sobre $10,000 millones. Un 18.5% del Producto Nacional Bruto [PNB], uno de los mas altos del mundo.

En Puerto Rico –sostiene Pesquera– se gastan más de $11,000 millones en salud todos los años, considerando lo que se gasta con planes médicos, el Fondo del Seguro del Estado, Medicare y otros sistemas de salud, todos desarticulados entre ellos.

“Nosotros siempre hemos planteado que la salud es un derecho, que no puede ser vista como un negocio, y que se deben eliminar los planes médicos como intermediarios. También, que debe haber un pagador único, una agencia que se encargue de pagarle a los proveedores sacando del sistema a las aseguradoras”, dijo.

El pagador único sería el ente gubernamental responsable de contratar proveedores y pagar directamente por los servicios prestados, tal y como hace actualmente la Administración de Compensaciones por Accidentes de Automóviles (ACAA). De esta manera se eliminarían las compañías aseguradoras como intermediarios y se utilizarían esos millones de dólares en mejorar los servicios a los más necesitados, los beneficiarios del PSG.

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