“El departamento tiene la obligación de suplir una educación a toda la población”

Al centro Carmen Warren

 

 

CLARIDAD

 

La organización denunció parte de los problemas que complican la experiencia educativa de este sector poblacional vulnerable

 

El regreso a clases, sin importar la escuela o el semestre, siempre está lleno de contratiempos en el sistema público de enseñanza, de acuerdo con la presidenta del Comité Timón, Carmen Warren. La situación, planteó la lideresa en entrevista con CLARIDAD, se ha agudizado con los años para toda la población estudiantil, particularmente para quienes reciben servicios del Programa de Educación Especial. Tras sucesos como la llegada de la Junta de Control Fiscal (JCF), el embate del huracán María y la inesperada pandemia, Warren reafirmó la necesidad de reclamar una educación básica,  que incluya materiales y recursos que maximicen la independencia de estos estudiantes.

“Quienes no tienen un hijo de Educación Especial, no saben lo que pasa”, sostuvo Warren. De acuerdo con la presidenta del Comité Timón, uno de los problemas más recurrentes durante el regreso a clases es la falta de transporte seguro y efectivo, una de las tareas principales del Departamento de Educación (DE).

“Ellos (el Departamento) tienen la obligación de brindar transportación a todos los estudiantes. Para eso existen distintas alternativas, por si el estudiante no puede llegar”, añadió la presidenta de la organización comunitaria, compuesta de padres, madres y encargados. Para quienes no llegan al plantel con su propio método de transporte, existen tres apoyos institucionales que, normalmente, fungen como opciones alternas: una guagua escolar que recoja a varios estudiantes, un transportista privado en casos más complicados y, por último, un reembolso de $0.40- por milla- que expide el Departamento a encargados.

“Muchas veces, estos pagos (de reembolso) nunca llegan, cuando le toca al Estado tramitarlos. Es un proceso que, por ley, debe tardar 30 días, pero que puede tardar meses, a veces años”, comentó Warren.

En el caso del semestre de enero 2024, la falta de transporte fijo resultó en múltiples deslices, como en los casos en que choferes asignados desconocían dónde recoger a un estudiante, o en las instancias en que, ni siquiera, el DE había contratado un método alterno.

No obstante, el transporte solo es uno de los problemas que enrevesan el aprendizaje de los estudiantes de Educación Especial. El notorio pleito de Rosa Lydia Vélez, iniciado en 1980, concluyó en que el DE debía ofrecer un “Remedio Provisional” de servicios especializados y, también, una indemnización a los padres, madres y encargados que enfrentan la negligencia estatal.

“El Remedio Provisional resultó del pleito Rosa Lydia Vélez. Este recurso, que se supone que preste los servicios necesarios, puede variar desde evaluaciones de terapia hasta la contratación de asistentes de servicio”, explicó Warren. La presidenta del Comité Timón enfatizó en la importancia del rol de estos asistentes de servicios especializados, cuyas tareas están relacionadas con apoyar a aquellos estudiantes que requieren mayor atención.

El 14 de febrero día de San Valentín de 2024 se cumplen 22 años desde que el DE incumple con las 87 estipulaciones resultantes del pleito. Como resultado del impago, el Departamento ha tenido que pagar multas que, en 2013, llegaron a ascender a los $10,000 diarios, de acuerdo con Warren. De aproximadamente 100,000 a 200,000 familias debieron ser indemnizadas. De esta cifra, solo cerca de 8,000 recibieron el desembolso.

El tema de la indemnización,  que suponía compensar los perjuicios que muchos encargados sufrieron, fue paralizado con la llegada de la JCF. “(El DE) Siempre plantea que la Junta de Control Fiscal limita al Departamento, pero ellos (la Junta) han desmentido, con documentación, todo lo que el DE nos ha dicho que no puede hacer por esas limitaciones”, denunció Warren.

Pero, no todas las problemáticas tienen síntomas tan severos, cuenta Warren. Según la madre activista, muchos de los estorbos que enfrentan padres son situaciones de acomodo, como en el caso de la cantidad de estudiantes por salón. Es decir, que existan suficientes opciones para que un estudiante con, por ejemplo, trastornos de ansiedad pueda integrarse a un salón que se ajuste a sus necesidades, que muchas veces son sensoriales.

“La pandemia afectó muchísimo a la comunidad escolar porque, durante ese tiempo, los estudiantes no aprendían igual, y muchos se quedaron atrás. Los pasaban aunque estuvieran reprobando sus clases”, contó Warren sobre los cambios en el aprendizaje con la implementación de tecnología para ofrecer clases.

Este patrón- de dejar a los estudiantes pasar de grado aunque no hayan adquirido las destrezas que suponían aprender del año anterior- es uno de los factores que incide en los problemas que enfrenta la población de Educación Especial al graduarse.  De acuerdo con Warren, este sector demográfico enfrenta escollos al salir de la escuela, como la consecución de vivienda, empleo y otros recursos para llevar una vida independiente.

“Quieren (el Departamento) salir de ellos y no tener que cumplir con lo que dice la ley”, aseguró Warren sobre los estudiantes de Educación Especial. Asimismo, la lideresa reiteró que no hay un porqué a las carencias del DE, que cuenta con el mayor presupuesto del país. Incluso, Warren detalló que la mayoría de los procesos quedan estancados en la Oficina de Gerencia y Presupuesto (OGP) y la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal (AAFAF).

“El problema más grande es que el Estado no se ocupa de lo que tiene que hacer, que es darle un servicio fundamental a la población. Eso incluye informar y educar a la gente sobre sus derechos porque, de no saberlos, pueden caer en la complicidad que permite estas negligencias”, denunció la presidenta del Comité Timón.

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