CLARIDAD
A cuatro meses de las elecciones generales, el próximo cinco de noviembre, el escenario político es uno muy fluido en esta ocasión y en Puerto Rico no se realizan encuestas políticas consistentes y confiables con las que se pueda anticipar con relativa certeza qué partido ganará las elecciones.
Para el analista político e historiador Néstor Duprey Salgado, aun cuando el Partido Nuevo Progresista (PNP) se perfila como obvio ganador, con cuatro fuerzas políticas, el escenario es uno fluido. Para comenzar, los dos partidos que se han repartido la gobernación, el PNP y el Partido Popular Democrático (PPD), vienen de un proceso de primarias bastante competido, que en términos de sus secuelas, se sabe que ha dejado fisuras, por lo que hay que ver cómo caen esas piezas de cara a las elecciones de noviembre.
Además, está la incógnita de la fuerza electoral de la alianza entre el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), en particular, la candidatura a la gobernación de Juan Dalmau Ramírez y el impacto que pueda tener la presencia de un segundo candidato estadista a la gobernación, el del partido Proyecto Dignidad (PD), Javier Jiménez.
A juicio de Duprey Salgado, distinto a otros años, con estas variables se hace muy difícil anticipar el resultado electoral. Explicó que aunque el PNP, contrario al PPD, no muestra desgaste en su base, cuando se comparan los números de participación en esta primaria del mes de junio, vis a vis las del 2020, votaron más electores en esta que en la anterior, por lo que tiende a pensar que esa base no está erosionada. No obstante, hizo la observación de que en la periferia del voto del PNP, la presencia de ese otro candidato estadista a su derecha, cosa que nunca había tenido, es un elemento que impide que se pueda proyectar con certeza que el PNP vaya a ganar las elecciones.
Duprey Salgado hizo la observación de que los estadistas descontentos con el PNP no necesariamente van a responder al chantaje de la celebración de un plebiscito y voten por el partido. Pueden votar en el plebiscito, pero necesariamente no van a votar por el partido. Señaló que una de las primeras expresiones Jeniffer González como presidenta del partido fue reconocer que el PNP tiene el reto de atraer a los electores que se fueron con el PD. Para Duprey eso es un reconocimiento implícito de que el PNP no tiene las elecciones seguras, y ellos lo saben.
“Lo curioso es que a quien el PNP ataca en ese camino no es al PPD, es a la Alianza. Eso tiene que ser producto de un número que maneja el PNP”, observó.
En términos del desarrollo de la campaña, vaticinó que en esta ocasión habrá un uso de las redes sociales muchísimo mayor que de los medios tradicionales. Como se vio en la primaria, aquí hay un Puerto Rico urbano que se nutre de redes sociales y hay otro que responde a los medios tradicionales y responde a unos patrones electorales distintos. El historiador considera que uno de los retos que van a tener en particular las fuerzas que no son el PNP y el PPD es cómo la Alianza llega a ese electorado tradicional que tiene disgusto con el bipartidismo, pero que no se siente representado por su oferta electoral y su discurso.
En esa línea del discurso político, el historiador no cree que en el país haya un movimiento hacia la derecha como ocurre en otros lugares. Lo que sí considera es que vamos a ver una elección donde van a coexistir dos ecosistemas políticos: uno, de los partidos políticos que se organizan en función de cuál relación prefieren con EE. UU. y, dos, de cómo se organizan los partidos en el resto del mundo, según sus ideologías, su visión de cuál y cómo debe ser su sociedad. En esos tenemos a MVC, a PD y al PPD.
Al PPD lo describió como un partido especie de ‘dodo’, un animal que se extinguió; que no sabe cómo encajar y cuyo problema existencial es que, agotado el modelo del Estado Libre Asociado (ELA), el modelo de industrialización no encuentra cómo ubicarse en este ecosistema político nuevo. “Ni puede definirse como un partido estadolibrista, porque ya el ELA no existe, ni puede definirse como uno ideológico a la manera tradicional, porque es heterogéneo internamente, tiene gente de centro, de centro izquierda, de derecha, y por eso tiene una sangría.
En entrevista por separado, el profesor de Ciencias Políticas, Francisco Fortuño Bernier, igual apuntó a que aun cuando es evidente que el PNP es el partido como mayor fuerza, no cree que eso quiera decir que el PNP está bien. Explicó que dicho partido ha ido perdiendo apoyo de manera consistente hasta llegar al punto de que el actual gobernador salió electo con entre 32 a 33 % de los votos, lo que es una erosión de un partido que en el 2008 ganó por un millón de votos.
Desde ese punto de vista, agregó que cuando se hace un análisis a cuatro meses de las elecciones, aun cuando la candidata del PNP tiene las mejores oportunidades de ganar, también hay una diferencia de fuerzas. Expuso que al excluir al PPD por considerar que es un partido en decadencia, el PD le está robando votos al PNP por la derecha. En el caso de la Alianza, dijo que es bien difícil estimar, porque en Puerto Rico no se tienen encuestas recurrentes e instrumentos donde estimar exactamente dónde están parados los electores. Señaló que se puede plantear que si hay oportunidad, algún lugar donde se pueda construir un momentum de dar energía y a provechar esas oportunidades, es en la alianza PIP y MVC.
Fortuño Bernier, especialista en Teoría Política Contemporánea, describió al PD como un partido que ha decidido ponerse en una esquina del espectro político que es bastante peligrosa porque está haciendo una conjunción entre la derecha conservadora religiosa moral y la derecha económica del liberalismo capitalista.
Catalogó esta combinación como peligrosa desde el punto de vista de las ideas que están impulsando y de los cambios que están tratando de impulsar en la sociedad puertorriqueña. Pero también desde un punto de vista electoral, considera que no es una buena apuesta, en el sentido de que es un partido que está convencido no solo de su conservadurismo religioso, sino también de su conservadurismo económico, y al hacerlo es un partido que se está endureciendo.
Mientras, el PIP y el MVC están haciendo lo contrario, exhiben una apertura de sus posiciones. Sobre el PIP expuso su tradición política del independentismo, que se ha definido por unos principios bien claros. A su juicio, eso es lo que le permite salir bien en una situación como esta. No le está pidiendo a la gente un voto por la independencia, sino que está haciendo un planteamiento más grande. Junto al MVC, el cual es un partido de diversas corrientes —soberanistas, estadistas, independentistas—, la Alianza entre estos, más que una redefinición ideológica, es una redefinición estratégica de cómo afrontar las elecciones y concentrarse en construir algo que permita cambiar esa relación de fuerza que existe ahora mismo en el país.
En lo que toca a cómo transcurre la campaña, observó que más allá de las primarias del PNP, que dejó entrever algunas de las contradicciones que hay en ese partido, no ha visto una campaña coherente. Acotó que en la medida en que corra la campaña y la candidata del PNP, ya no esté en Washington, sino que esté presente en Puerto Rico, se va a ir desgastando y debilitando en su posición. Incluso si ganara las elecciones rápidamente, va a experimentar el mismo desgaste político de pérdida de fuerzas que han experimentado todos los incumbentes desde Luis Fortuño para acá.
“Porque son unas condiciones estructurales, unas condiciones sociales y políticas que llevan a que pierdan sus posiciones de fuerzas. No es una personalidad, es un sistema que está en crisis y la crisis de ese sistema, tanto de partido, electoral, económica y política, en general, llevan a que pierdan apoyo y se desgasten”.
Los políticos juegan a tener el control
Por esa vía caemos en el tema de la Junta de Control Fiscal. Para el joven profesor, por mucho tiempo en Puerto Rico los políticos del PNP y PPD juegan a que están en control y a presentarle al pueblo el que ellos son los que toman las decisiones, pero desde la Junta de Control, es evidente que esa no es la verdad.
Fortuño Bernier resaltó que denunciar eso es fundamental, porque hay también que tener conciencia. “Vamos a decir que la Alianza gana o sale en segunda posición, ¿va a tener la misma situación, cómo uno se aproxima eso, cómo enfrenta esa realidad? Los PNP lo que han hecho es crear una imagen de que están en control, de que son los que gobiernan. En el caso del PPD, esa ha sido la realidad del ELA desde el principio, de que aquí nosotros mandamos”.
Sobre el PPD expresó que su postura ha empeorado tanto, que ni siquiera hace valer elementos básicos de su constitución. “El candidato a comisionado residente del PPD habla más retrogrado que su abuelo. Es extraño que un candidato más joven su discurso sea tan viejo esté quedao en otro tiempo, definitivamente”.