Adrinelle y Sergio: de los Beatles a Debussy, pasando por La Selecta

 

En Rojo

En una de las muchas actividades que se celebran en la librería La Esquina, en Río Piedras tuvimos el privilegio de escuchar un dúo de músicos excelentes. Adrinelle Chiesa Garcíay Sergio Cordero Martínez deleitaron al público asistente con un repertorio variado entre lo clásico y lo popular. Quise conocer más sobre sus trayectorias en el arte.

  1. Me gustaría saber un poco sobre sus formaciones musicales. No solo las académicas, si no aquellas relacionadas con el gusto particular, los círculos familiares, etc.

Adrinelle: Mi primer acercamiento musical fue a través de la voz pues desde muy pequeña me gustaba cantar las canciones de las caricaturas y películas infantiles que veía. Otras experiencias musicales que aportaron a mi formación musical durante mi infancia fueron la música de The Beatles pues mi papá siempre ha sido fanático de ellos y a oído cantaba y tocaba sus canciones junto su guitarra o en el bajo eléctrico, pero sobre todo, el hermoso sonido de la flauta de mi hermano mayor, Ricardo, quien a sus diez años lo escuchaba al practicar y ejecutar un variado repertorio clásico y popular. Sin embargo, mi aproximación a la música de una forma más práctica y metódica fue gracias a mi mamá quien a mis diez años me regaló una flauta dulce y un libro con el que me enseñó a tocarla y a leer un poco de música, pues cuando joven ella tocaba el piano. En la escuela intermedia Benigno Fernández García en Cayey, la cual contaba con un programa de música, escogí aprender a tocar el saxofón alto, pero poco después me cambié al oboe, y comencé a tomar clases de este instrumento en la Escuela Municipal de Bellas Artes de Cayey con el profesor Kenneth Ortiz, quien había sido el maestro de mi hermano y también de Sergio. Luego de muchas experiencias musicales con el oboe, tomé la decisión de estudiarlo en el Conservatorio de Música de Puerto Rico, en donde también comencé a tomar clases de canto clásico.

 

Sergio: Desde pequeño la música siempre fue parte del hogar. Aunque ninguno de mis padres son músicos, siempre la música de La Selecta, Rubén Blades, Ismael Rivera y los hits de los 80 que tanto le gustaba a mi mamá, inundaban los cuartos y pasillos de la casa. Cuando aparecieron juguetes musicales en el cuarto, primero una batería, luego una guitarra y después un tecladito, siempre eran los preferidos. Comencé a tomar clases de música en la Escuela de Bellas Artes de Cayey bajo la tutela de Kenneth Ortiz, donde ya estaba matriculado en los talleres de baile de salsa. Posteriormente estudié piano con Daniel Rivera, Norissa Quiñones en la Escuela Libre de Música de Caguas, y luego María del Carmen Gil, quién me preparó para la audición del Conservatorio de Música de Puerto Rico y la competencia de Jóvenes Pianistas del Conservatorio, la cuál obtuve el primer premio dos veces. Mientras estudiaba el piano de manera individual, también estuve en varios grupos de música popular de jazz, salsa y rock. De manera que el sonido debajo de mis dedos siempre fue muy variado. Mientras tanto, la canción de Silvio Rodríguez, Sylvia Rexach, Mercedes Sosa, Roy Brown y Violeta Parra, me robaban el corazón. Actualmente estoy en mi último año en el Conservatorio, terminando mi bachillerato en ejecución de Piano Clásico.

  1. ¿Cómo surgió el junte entre ustedes? ¿Cuál es la expectativa?

Adrinelle: Nos conocimos cuando éramos estudiantes de música de ambas escuelas en Cayey y ambos también decidimos continuar nuestros estudios musicales en ejecución de nuestros instrumentos en el Conservatorio de Música de Puerto Rico, ocasionalmente coincidiendo en presentaciones junto a conjuntos mayores y conjuntos de cámara de dicha institución, pero fue este año que hemos podido acercarnos musicalmente en forma de dúo. Esperamos que esto siga, si es posible, toda la vida. El entusiasmo que sentimos al juntos crear arte para las personas, se ha convertido en un componente muy importante en nuestras vidas. Queremos ampliar el repertorio y los géneros que interpretamos, además de grabar música original; deseamos exteriorizar nuestras ideas y materializar nuestros proyectos porque queremos seguir haciendo y compartiendo música y arte para todos.

3.¿Componen? ¿Recuerdan la primera composición? ¿Tienen momentos estructurados para sentarse a componer?

Adrinelle: Típicamente, no compongo. Las pocas composiciones que he realizado han sido como trabajos o proyectos que ciertas clases de música durante la escuela y la universidad me han requerido. Por otro lado, Sergio no solo es un ejecutante magistral en el piano, pero sus composiciones que con tanta facilidad y coherencia crea, son de una belleza elevada y muy única. Como dúo estamos comenzando a crear nuestras propias piezas musicales, lo cual me proporciona un espacio para aprender junto a él y ser creativa.

Sergio: Desde siempre he cultivado la improvisación y la composición musical. Así fue el primer encuentro que tuve con la música, pues cuando jugaba con el primer teclado, lo que hacía era improvisar, pero siempre con patrones. Siempre que había un concierto en la Escuela de Bellas Artes, presentaba las piezas que estaba trabajando y una pieza compuesta por mí. Recuerdo especialmente aquella que hice para tocar a cuatro manos con mi hermana mayor, Claudia. Cuando empecé a estudiar la ejecución de una forma más seria, junto a la profesora María del Carmen Gil, dejé por un momento la composición, pero luego junto al profesor Alfonso Fuentes, volví a tomarlo como una forma seria de creación.

  1. ¿Cuál es la lección que entienden perdurará en sus carreras musicales?

Sergio: Pienso que una de las lecciones más importantes es el entender plenamente que en el arte no hay espacio para ser cobarde.

Adrinelle: Haciendo música entiendo que nunca uno para de aprender y crecer. El trabajo y el compromiso que hay de dedicarle a ella es interminable. Por más talento, títulos y conocimiento que un músico pueda poseer, seguirá significando el comienzo de un recorrido artístico infinito en posibilidades musicales.

  1. Interpretan repertorio clásico y popular (bolero, creo que escuché un bossa nova). ¿Hay diferencias, digamos, emocionales, en la interpretación? ¿Perciben diferencias en el contacto con el público?

Sergio: No soy muy bueno estableciendo líneas entre lo clásico y popular. Es por esto que siempre he estado disperso entre los géneros musicales. Me parece que la complejidad del ser humano yace en las contradicciones, que para mí, al hacerse música se vuelven bellas. Pienso que los públicos pueden relacionarse con cualquier música, siempre y que estén dispuestos y se puedan identificar. El escuchar música es una acción, no es algo pasivo. Es como leer; debes hacer un esfuerzo en poner tu atención y pensar para que lo que estés leyendo lo puedas comprender. Es por esto que cuando hay una voz, con una letra, se vuelve más directa la comunicación entre público y la música, pues es más fácil de entender; requiere menos esfuerzo. Cuando el público se entrega y se da la oportunidad de escuchar para sentir, el músico lo percibe y es ese el momento más bello de tocar en vivo; esa energía lo vale todo. Si me preguntas a mí, no pudiera decirte que esto pasa en unas músicas y en otras no. En mi humilde carrera he tenido la oportunidad de interpretar de todo, desde músicas bailables hasta la música de concierto, y aunque siempre es diferente, he logrado sentir esa atención en todos los géneros musicales. La única diferencia que pudiera encontrar sería en los estados anímicos, y el interpretar repertorio variado me permite una cubrir de manera más completa la experiencia humana.

  1. Aparte de la música, ¿hay alguna otra expresión artística que les ayude a inspirarse? (No creo en la inspiración, me refiero a usar otros lenguajes como punto de partida para el ejercicio musical).

Adrinelle: Cuando paso de lo técnico a profundizar sonoramente la obra que esté interpretando, pensar en emociones me ayudan a generar contrastes, colores y ambientes sonoros que la elevan musicalmente. El arte visual es la forma de arte que me proporciona visualmente ese resultado el cual generalmente escucho; opino que la interrelación entre los colores y las emociones los comparten tanto el arte visual como la música.

Sergio: Cualquier cosa que inquiete va a servir como génesis para hacer música. Esto ocurre especialmente a la hora de componer. Por esto, no pudiera decir que una forma de arte en específico me sirve de inspiración, sino que lo es todo; el cuadro que pintó mi hermano, el libro de poesía que dejó mi hermana en la mesa, la noticia del día, un artículo de estética, hasta el pajarito que se asoma en la ventana. Todo sirve, inevitablemente. Ahora bien, si tuviera que señalar una forma de arte en específico cuya relación con la música me parece sumamente interesante, es el arte visual. Creo que por lo lejano que hay entre las dos, se complementan bastante bien. De hecho, dos piezas del programa que interpretamos en la apertura fueron inspiradas por cuadros: L’sle Joyeuse de Claude Debussy, y el Preludio en Si menor Op. 32 No. 10 de S. Rachmaninoff. La diferencia más importante entre el arte visual y la música es la que tiene que ver con tiempo. Cuando miras una pintura, la ves en su totalidad, y aunque te tomas tiempo en observarla y en dejar que te haga sentir algo, la tienes al frente tuyo en su totalidad. Sin embargo, la música es lo contrario, pues solo puedes escuchar segundo por segundo, y luego (pero de manera simultánea) lo conectas con lo que ya escuchaste y lo que esperas por escuchar. Sin embargo, cuando interpretamos, cuando componemos y cuando escuchamos música, existe una concepción de la totalidad de la obra en nuestra mente, y es eso lo que nos hace entender y organizar la música. Así que, pudiera decirse que la música quiere ser pintura en ese sentido. Aún así, pienso que precisamente por su naturaleza temporal, la música habla directamente a las emociones, pues da esa sensación de que está viva.

Mi respeto y admiración para Adrinelle y Sergio. Espero que se abran espacios para que muchos puedan escucharlos. El éxito ya lo tienen. El artístico. Son geniales.

 

 

 

 

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