Al decir de Elliott: ¡Qué buena es!

Claribel Socorro Millán Ferrer. Foto La Semana

 

 

No me gusta escribir de gente cercana a mí, para que no me acusen de nepotismo periodístico, o como le digan, pero no puedo pasar por alto que le dediquen el torneo de Sofball Femenino de Caguas  a alguien tan querido y no dejarlo consignado, sería injusta porque ella ha sido ejemplo para la niñez y la juventud.

A mi hermana, Claribel Socorro Millán Ferrer desde su niñez le entusiasmaban los deportes: el baseball, su preferido. De pequeña jugó en la Liga Gillete junto a varones, hazaña que se vio empeñada porque para esa época no dejaban participar  a las niñas en los equipos de niños. En esa Liga llegaron a ganar el título de campeones siendo ella una de las protagonistas, lamentablemente, ese juego fue impugnado precisamente por la participación de Socorro.

Esta fue una de las razones por las que pasó a jugar sofball femenino. Socorro decidió hacer del deporte casi un sacerdocio, en una época donde eran pocas las mujeres que  tenían una maestría en estudios deportivos, ella estudió con ahínco para poder impartir sus conocimientos en las escuelas públicas. Estudió en la José Gautier Benítez, en la Universidad de Puerto Rico en Humacao, en la UPR en Cayey y finalmente en la Interamericana de San Juan. En la UPR practicó tenis, pista y campo y, claro, sofball. Fue exaltada al Salón de la Fama del Deporte en Caguas en 2003.

El camino para Socorro no ha sido fácil, en los años ‘70, cuando era la catcher del equipo Nacional de Sofball, semanas antes de participar de los Panamericanos ella era la receptora de Betty Segarra e Ivelisse Echevarría. El dirigente  y exalcalde de Guaynabo, Junior Cruz, la dejó fuera por dos razones: la primera, por ser abiertamente independentista, la segunda por ser lesbiana y no ocultarlo. Eso la golpeó mucho, creo que fue en ese momento cuando cobró conciencia de lo difícil que era ser independentista  y tener preferencias sexuales diferentes, más porque en nuestra casa ninguna de esas premisas eran un issue y menos un problema.  Mi abuela, mi padre y mi madre siempre fueron un apoyo incondicional para ella.

Socorro junto a Neira.

Socorro o Cocolito, como la llaman sus sobrinas y sobrinos nietos, ha dedicado su tiempo a enseñar, si usted va con ella a algún lugar de Caguas, probablemente tendrá que saludar a algún estudiante que ella le dio clase. Es una mujer solidaria, con un carácter envidiable, le encanta la fotografía y es fanática a morir de Roberto Clemente. Es una tía alcahueta y la hermana que todas y todos quisieran tener. Vive la vida con alegría al lado de su inseparable compañera Neira y se ocupa de hacer la vida más llevadera a las personas que la rodean.

Es un verdadero orgullo que el pueblo de Caguas le dedique la temporada de Sofball Femenino que comienza este domingo a las 12 del mediodía en el Parque Julio Enrique Monagas (Parque Monagas).

Me hubiera encantado que que esta nota la escribiera el siempre recordado editor deportivo de CLARIDAD Elliott Castro, porque el terminaría diciendo: ¡Qué buena es!

 

 

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