Algo más que ruinas y cerámica: La arqueología del olvido

 

En Rojo

A raíz de una nota publicada la semana pasada, hemos recibido información sobre el grave estado en el que se encuentran todos los asuntos relacionados con la conservación de lugares históricos y de importancia arqueológica. Uno de los problemas más importantes es aunque existe un Consejo para la Protección del Patrimonio Arqueológico Terrestre de Puerto Rico y que, al parecer, tanto el director del Instituto de Cultura Puertorriqueña(ICP), el señor Carlos Ruiz Cortés, como la doctora Nancy Santiago Capetillo -directora del Programa de Arqueología y Etnohistoria- tienen en el olvido.

En varias ocasiones se le han cursado misivas vía correo electrónico sobre varias preocupaciones de interés público al director del ICP, sin embargo, nunca se ha recibido contestación.

Hay muchos lugares de importancia histórica y arqueológica que han sido impactados por la desidia de la dirección del ICP y del Programa de Arqueología. Así, por ejemplo, en el caso del Batey de Jauca en Jayuya este fue impactado por el lado este y el caso se discutió en el 2019. Al Sr. Muntaner quien impactó el lugar sin algún permiso se le concedió vista ante el Consejo con su abogada. Al no haber dado seguimiento a este asunto, el pasado año volvieron a impactar el sitio por el lado oeste. Un batey o plaza ceremonial estaba ubicado en el centro del Yucayeque o poblado. También han sufrido Cueva León y Cueva Ventana.

Por otro lado, un colectivo de arqueólogos plantea que los cambios efectuados verbalmente por la nueva directora del Programa de Arqueología y Etnohistoria del ICP, son desacertados y traen complicaciones y extraordinarios retrasos al proceso de evaluación y comentarios de los informes sometidos al Programa de Arqueología. Según este grupo, si el propósito de esta nueva política pública estaba dirigido a agilizar los procesos de endoso de proyectos, el resultado, evidentemente ha sido todo lo contrario. Los trabajos se han visto seriamente afectados con retrasos de varios meses de demora para obtener los endosos, contratiempos en proceso de aprobación de sus proyectos y gastos económicos adicionales innecesarios. Los cambios hechos por la doctora Santiago Capetillo deben ser rechazados para regresar al proceso tradicional de “Evaluación y Comentarios”, establecido en el Reglamento para la Radicación y Evaluación Arqueológica de Proyectos de Construcción y Desarrollo del 8 de febrero del 2017, Sección 2 parte C, el cual, es el proceso que cumple con el espíritu de la Ley 112 del 20 de julio de 1988 para la Protección del Patrimonio Arqueológico Terrestre de Puerto Rico.

En tema relacionado, la arqueóloga Ethel Schlafer nos dice que “la arqueología en Puerto Rico está pasando por momentos muy difíciles. El Consejo de Arqueología no se ha podido reunir desde hace más de un año. La nueva ley de permisos quiere excluir la Ley 112 de Protección al Patrimonio. Los arqueólogos no se reuniremos próximamente para discutir el asunto”.

Nos preguntamos, ¿cuál es la razón para este desastre? No creo que los funcionarios del estado se sienten a maquinar este desastre. Más bien parecería ser resultado de la aceptación de un estado de cosas relacionado a la lógica neoliberal. Es decir, la arqueología es un conjunto de prácticas que van más allá de describir e interpretar una sociedad pasada a partir de restos materiales. Va más allá de la búsqueda y catalogación de objetos de piedra, cerámica, huesos, ruinas. Se trata de determinar configuraciones históricas de alteridad que llevan a producir una imagen del pasado como totalidad concreta. Esos objetos, esas ruinas, aquella cerámica, esa hacienda, son piezas para construir un relato material del pasado con el que podemos ver las relaciones de producción y los intercambios desiguales entre seres humanos reales, de carne y hueso. No le adjudico a funcionarios gubernamentales la capacidad de entorpecer el trabajo arqueológico para evitar el uso político -en un sentido amplio- del conocimiento científico que se logra con la práctica de esta labor. Pero, a fin de cuentas, el resultado es el olvido, la pérdida de memoria histórica, la ausencia de perspectiva. Seguiremos informando.

Fotos de Ethel Schlafer

 

 

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