Economía: Incertidumbre y esperanza ante el 2025

 

Especial para CLARIDAD

Al realizar un balance sobre lo ocurrido durante el 2024, tanto en el orden económico, social y ambiental muestran un panorama poco alentador. Tuvimos un año 2024 con aumentos en los recaudos, la llegada de fondos federales, destrucción ambiental y las elecciones, mientras el clima social es de delitos, feminicidios, asesinatos de ancianos y niños, violencia sexual, violencia por las drogas y violencia ambiental. El miedo de los empresarios de “Democracia es Prosperidad” se hace realidad, pero no en el “socialismo” que tanto despreciaron sino en la “democracia liberal” de Trump. De parte de Trump no sabemos cuáles serán las políticas que se establecerán, ya que son muchos anuncios, pero si sabemos que llegaran recortes a fondos federales, recortes en agencias federales y en educación, lo cual representa menos dinero, menos empleos, menos consumo, las presiones inflacionarias tras la victoria de Trump aumentaran, y el fantasma de la recesión continuara. A eso se une el efecto Elon Musk, que no lo podemos predecir, así que la incertidumbre y el pesimismo nos devora. Lo cierto es que en EEUU el gobierno oculto, de empresarios capitalistas que decidían, es hoy visible, mandaran desde presidencia, la “democracia” será la dictadura corporativa.

El panorama económico que nos presenta EEUU son los viejos problemas heredados de la crisis financiera (2008) y del COVID (2019), el bajo crecimiento potencial, los elevados niveles de deuda pública de EEUU, la reconfiguración de los gastos (donde el muro es prioridad), la geopolítica con la guerra económica-comercial y los aranceles y el mundo volviendo a dividirse en bloques rompiendo la hegemonía de EEUU.

En este desafiante contexto económico y político, la colonia – Puerto Rico- no tiene muchas alternativas y sigue con las manos atadas debido a la Junta de Control Fiscal; la escalada del riesgo geopolítico y la afectación al precio de las materias primas; el problema de la inflación; o el aumento de la inestabilidad financiera que impacta al sector manufacturero; y los aumentos en precios de alimentos y otros bienes y servicios afectando al pueblo. Seguimos con una economía basada en servicios, comercio, entretenimiento y turismo, sin diversificarse o fortalecer algunos sectores estratégicos, en reconstrucción y sin un Modelo Económico y Social diferente. En una economía que cree que el problema son el “sistema de permisos” y eso van legislar, o la ‘Reforma Contributiva” (que ya la JCF le ha dado lo que quieren), o seguir con los líos de LUMA, cuando los problemas son profundos y diversos. El sistema de permisos tirará una cuerda de la ineficiencia administrativa delicada y peligrosa colocando a todos en riesgos y vulnerabilidades, solo para hacer más fácil que fluya el dinero a algunos. La Reforma contributiva dará un maquillaje nuevo a la falta de equidad y justicia contributiva y buscará improvisar con el impuesto al inventario y el Impuesto Mínimo Global. El Comité de Energía recomendará lo que los empresarios quieren y no lo que el Pueblo presentó como alternativa, por eso no están en ese comité. Se ira por las ramas de los problemas lo que refleja la pereza intelectual de los que diseñan las políticas públicas que no investigan y hacen lo que le dicen. Y refleja un gobierno que no escuchará al Pueblo, pero hará mucha fiesta y tendremos mucha manipulación de los medios de comunicación para presentar que hace mucho trabajo y que el Pueblo no se enteren de la realidad.

Mientras allá establecerán el “Proyecto 2025” o “Agenda 47” que define la agenda económica, ambiental y social de EEUU, aquí la “Agenda de Transformación de Puerto Rico 2028” de los empresarios que auspiciaron la campaña política definirá la nuestra. En ambas el Pueblo, los trabajadores, la sociedad y el medio ambiente pierden y ganan las élites económicas.

En definitiva, el 2025 será un año donde la administración de Puerto Rico que sólo piensa en los fondos federales, no tiene una ruta trazada de desarrollo para Puerto Rico. En macroeconomía, esta incertidumbre requiere cautela en cualquier proyección en especial en las fiscales de la Junta de Control Fiscal (JCF) influenciada por lo que decida EEUU.

Mientras la Junta de Planificación proyecta un aumento de 1.5% para el año fiscal 2025 (en el escenario base), basado en la desaceleración de la inflación y el aumento en el desembolso de fondos federales, entre las variables principales de las proyecciones que se encuentran. Siguen pensando la economía asentada en los fondos federales para la reconstrucción, y los créditos al trabajo y por hijos dependientes que aumentarán este año, la privatización y contratos lo que no es alternativa de desarrollo sostenible. Por otro lado, la carga de la deuda pública y su reestructuración por parte de la JCF representa una amenaza para la estabilidad macroeconómica y va a socavar los esfuerzos para impulsar el crecimiento y a su vez el desarrollo. Esto puede dejar al país mal preparado para la próxima desaceleración económica y con dificultades para prepararse para numerosos cambios estructurales que están en marcha, incluida la transición energética, los cambios demográficos y la evolución de las necesidades de transformaciones económicas necesarias.

Comenzamos a sembrar esperanzas ante tanta incertidumbre y es urgente que se cree legislación temporal que defina que vamos hacer con el Impuesto Mínimo Global de 15%, de manera que la Junta de Control Fiscal no lo desvíe para pagar deuda o que se vaya a otros países. Es una política temporera, a lo que definimos los objetivos sociales y económicos a donde queremos dirigir a Puerto Rico y el Nuevo Modelo Económico que se plasmará en esa política que sustituya a esta. No podemos continuar legislando por improvisación necesitamos un proyecto de país que defina los objetivos, metas y la ruta a mediano y largo plazo.

Así que desde el lado de la esperanza existen propuestas ciudadanas y de algunas propuestas electorales en áreas de acción para el crecimiento económico y comenzar a crear el Nuevo Modelo Económico que podemos legislar y a la vez mejorar la competitividad y la falta de dinamismo económico adaptado nuestra economía a la cuarta revolución industrial. Esto obliga a un replanteamiento profundo del modelo de crecimiento. La recomendación principal es la creación de una Política Industrial Moderna donde tenemos dos modelos compatibles, el propuesto por el Centro para una Nueva Economía y el que propone el economista Ricardo Fuentes de Política Industrial desde la Economía Social y Solidaria y diversificando la economía. Atadas transversalmente a esta política industrial hay propuestas políticas y académicas para alejarnos de las dependencias de fondos federales y de inversión además de buscar alternativas a los recaudos; movernos a la sostenibilidad con una economía ambientalmente responsable con el modelo de la economía circular (Generación Circular); hay propuestas políticas y académicas para la inversión en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) con la revolución de la inteligencia artificial donde la UPR es clave para el desarrollo y crecimiento económico; y unirnos a el plan conjunto de descarbonización y competitividad para cumplir con los objetivos de reducción de la huella de carbono a través de crear una matriz energética diversificada (Queremos Sol, Casa Pueblo y propuestas de la UPR Mayagüez). Además de alejarse de la corrupción que desvía los fondos a actividades que no benefician a la sociedad, donde cada política pública sea para beneficio de la sociedad. En un artículo próximo ampliaremos estos temas.

Reconociendo que a Puerto Rico no le falta talento ni emprendimiento, y cuenta con las habilidades necesarias para beneficiarse de estas nuevas tecnologías podemos lograr esa transformación, aunque parezca reformismo. Puerto Rico en plena revolución de la inteligencia artificial, debe desbloquear su potencial innovador y modernizar sus industrias y gobierno, aumentando la inversión en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) y en conectividad además de asegurándose de que la inclusión social acompañe el avance tecnológico con una política industrial con objetivos claros y medibles.

Debemos como pueblo fijar prioridades de actuación claras para ese país de futuro. Sabemos que esa no es la agenda de la Gobernadora J. González, de Trump y de los empresarios que pagaron la campaña, pero si debe ser la agenda del Pueblo de Puerto Rico, con mayor participación, transparencia y discusión sobre lo que queremos. Queremos un Puerto Rico prospero, feliz, sostenible, de equidad y justicia, con protección ambiental y social y que nos integre a todos.

 

 

 

 

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