En contrado en las redes: Sobre la palabra puñeta y su desemantización

En homenaje de cariño a la memoria de Rubén del Rosario y Manuel Álvarez Nazario

La palabra puñeta no es una mala palabra. Antiguamente y hasta el siglo XIX se refería a los puños de las camisas y blusas de mangas largas que se abrochaban con yuntas o gemelos. También se refería al encaje de volantes con el que se remataba la terminación de la pieza de vestir. Era un proceso trabajoso e incómodo que los sastres y costureras detestaban, pues para hacer la puñeta se utilizaban telas gruesas a las que había que endurecer con refuerzos de entretelas almidonadas o enresinadas. Una forma de enseñar a dar puntadas invisibles a los aprendices era ordenarles a hacer las puñetas de las mangas de camisa. Era una especie de castigo para los empleados de un taller de costura que no querían aceptar trabajos difíciles. En ese sentido “hacer la puñeta” se convirtió en algo deplorable pero no inmoral. Con el tiempo la palabra puñeta pasó a significar: masturbación u onanismo. Por su nueva acepción sexual se convierte en una palabra sicalíptica y vedada su expresión en público.

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española explica sus significados:

1. puñeta. f. Encaje o vuelillo de algunos puños.

2. f. Pejiguera, dificultad, molestia a hacer ~s.1. loc. adv. coloq. U. para desechar algo, o para despedir a alguien, despectivamente o sin miramientos. Mandar a hacer puñetas: Vete, anda a hacer puñetas.

3. loc. adv. coloq. para manifestar que algo se ha estropeado o que un asunto ha fracasado. “El televisor se ha ido a hacer puñetas. Mi ascenso se fue a hacer puñetas”.

4. loc. adv. coloq. sanseacabó. Dejad el trabajo como está y a hacer puñetas, que ya es hora .hacer, o hacerse, la ~.

5. frs. Masturbar o masturbarse.2. frs. coloqs. hacer la pascua.puñeta, o puñetas.1. interjs. U. para expresar asombro o enfado.

Actualmente los jóvenes hablantes emplean la palabra “puñeta” como interjección (interjección. Del latín interiect?o, -?nis).1. f. Gram. Clase de palabras que expresan alguna impresión súbita o un sentimiento profundo, como asombro, sorpresa, dolor, molestia, amor, etc. Sirve también para apelar al interlocutor, o como fórmula de saludo, despedida, conformidad, etc.; p. ej., eh, hola).

Así que no hay por qué molestarse con la palabra. Siempre he afirmado lingüísticamente y explicaba a mis estudiantes universitarios que no existen malas palabras sino malas intenciones. El lenguaje es una creación cultural relativa. ¿Cómo explicarnos que en España se permita libremente el uso de la palabra “bicho” para referirse a los insectos. O sea que en España los bichos pican y en Puerto Rico preñan.

Entre los adultos hay cosas peores que los jóvenes aceptan como parte del canon cultural. Dejémonos de necedades y empleemos el tiempo en cosas más aleccionadoras: ¡puñeta!

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